Cada vez más rascacielos en Nueva York, Estados Unidos, están apagando sus luces para ayudar a reducir el número de aves que se estrellan contra estos edificios de gran altura.
El proyecto "luces fuera" —liderado por la organización NYC Audubon— se extiende hasta el 1 de noviembre, fecha en la que se espera que las aves hayan terminado sus movimientos migratorios de otoño.El Empire State y el edificio Chrysler son parte del proyecto de atenuación de luces.
Se estima que cada año 90.000 aves mueren en la ciudad como resultado del choque contra las fachadas de cristal de los edificios.
Los organizadores de esta iniciativa anual, ahora ya en su quinto año, aseguran que las luces brillantes desorientan a las aves migratorias y anulan sus señales naturales de navegación.
Persianas y lámparas de mesa
NYC Audubon (el grupo que trabaja para proteger aves silvestres y sus hábitats dentro de la ciudad) ha hecho un llamado a los propietarios y residentes de los edificios de gran altura para apagar las luches en los pisos desocupados o no utilizados entre la media noche y el amanecer.También están pidiendo a los trabajadores nocturnos que bajen las persianas o utilicen lámparas de escritorio en lugar de iluminación de techo.
Un proyecto similar en Toronto, Canada, dice que "cada año en Norteamérica mueren más aves a causa de las colisiones que las que sucumbieron ante el derrame de petróleo de Exxon Valdez", que cobró la vida de más de 250.000 aves.
NYC Audubon también cita los resultados de un estudio del Field Museum de Chicago, en el que se demuestra que el número de aves muertas por chocar contra los edificios por la noche cayó en un 83% al apagar las luces.
Durante la temporada de migración, unos 30 voluntarios están patrullando los edificios por las noches.
"La vigilancia y la investigación mejora nuestro entendimiento de las causas detrás de (los choques de) las aves urbanas y estudia las maneras de prevenir (coaliciones) futuras", explicó Susan Elbin, director de conservación de NYC Audubon.
Gorriones y horneros
Entre las especies que parecen ser las más afectadas están los chingolos gorgiblancos (gorrión), reinita gorgigualda (pecho amarillo) y reinita montana (hornero), según indican las cifras.Aunque no hay pruebas directas, la evidencia anecdótica sugiere que las aves por la noche —especialmente cuando hay lluvia o niebla— vuelan a menor altura, haciéndolas más vulnerables a estrellarse contra las fachadas de cristal, bien iluminadas, de los edificios altos.
"No sabemos el alcance real del problema", dijo Glen Phillips, director ejecutivo de NYC Audubon.
"Los pájaros caen en los pisos altos, sus cuerpos nunca llegan al suelo. Además, los depredadores, las corrientes del viento, el tráfico, hacen que sea difícil para nosotros recoger y controlar las muertes".
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