La agencia Reuters está experimentando con un nuevo sistema que podría acabar con los comentarios de mal gusto que llenan cada día las ediciones digitales de los periódicos. El objetivo, según explica Richard Baum, editor de participación de Reuters, es frenar los malos comentarios recompensando a aquellos usuarios que aportan valor a la conversación. Así, al usuario que se crea una cuenta en Reuters se le asigna un perfil, de manera que sus comentarios iniciales son moderados por el equipo de la agencia, que le irá adjudicando puntos por cada respuesta que se ajuste a los patrones de calidad establecidos. Una vez que el usuario obtiene la puntuación suficiente se le premia con la publicación de sus aportaciones. En caso de que éste en algún momento realice un comentario inapropiado perderá los puntos e, incluso, su estatus de usuario.
Este sistema, a juicio de Baum, es la mejor solución para promover la interacción del usuario, al mismo tiempo que se cuida la profesionalidad. Los periódicos deben empezar a controlar y gestionar los comentarios sin caer en la censura, a pesar de la fina línea que separa a ambas actuaciones.
Con esta nueva metodología Reuters pretende poner orden a la gran cantidad de comentarios en internet a la que se tienen que enfrentar diariamente los periódicos y que les dificulta fomentar una conversación de calidad en torno a sus contenidos informativos. La agencia ya ha advertido en otras ocasiones sobre la importancia de fomentar comentarios de calidad: «Me vengo preocupando cada vez más por la calidad de los comentarios en las noticias de la edición digital de la agencia y de otros sitios informativos en internet», asegura Dean Wright, responsable de establecer los estándares éticos y de innovación de Reuters. Y admite que efectivamente en muchas historias, una gran parte de la conversación se ha nutrido de numerosos improperios de usuarios que se esconden bajo el anonimato, otro de los aspectos que incentivan los comentarios de baja calidad.
Baum asegura los periódicos tienen que tener control sobre lo que publican los usuarios en sus sitios web. Y explica que aquellos comentarios que contengan lenguaje racista, incitación a la violencia o un comportamiento irrespetuoso hacia otros lectores no se deben admitir. Asimismo, tampoco son aceptables aquellos que hagan un uso excesivo de mayúsculas, que incurran en errores ortográficos o gramaticales o que no tengan nada que ver con la historia que se presenta. «Si se bloquean este tipo de comentarios no se debe a cuestiones políticas, sino a incoherencias, repeticiones o al mal gusto de los mismos», recalca Baum.
No se debe subestimar, por contra, el valor de los buenos comentarios. Los lectores que cuestionan la historia a partir de un debate constructivo e inteligente es algo muy positivo para las noticias digitales. Son comentarios que aportan valor añadido y que, por tanto, contribuyen a una conversación de calidad en torno a los contenidos. Y son éstos los que se deben aprovechar y, según Baum, la mejor manera de hacerlo es con un sistema que discrimine, pero que no requiera un proceso de edición tedioso.
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