La Comisión Europea se quedó ayer sola en su nueva estrategia para relajar la autorización del cultivo de transgénicos en suelo europeo. La propuesta del titular comunitario de Sanidad, John Dalli, pretende oficialmente dar a cada país más libertad para prohibir el cultivo de los organismos genéticamente modificados y no supone ninguna modificación en los análisis científicos a menudo favorables al cultivo que elabora la Agencia Europea para la Seguridad Alimentaria (AESA). Sin embargo, los países antitransgénicos y las ONG ecologistas denuncian que, reafirmando las competencias nacionales, lo que se persigue es relajar el bloqueo a nivel europeo de nuevas especies.
"La mayoría de los Estados no comparte la postura de la Comisión", reconoció la ministra Elena Espinosa, tras el Consejo de Ministros de Agricultura celebrado ayer. "Podría ser el inicio de la renacionalización" de la política agrícola, añadió. "Muchos países tienen dudas", reconoció su colega belga.
Lo cierto es que las propuestas de la Comisión no convencen a casi nadie. Los ecologistas ven la mano negra de la industria diseñadora de transgénicos, mientras que países productores España incluida tienen dudas sobre la compatibilidad de la solución con las reglas del mercado interno o las de la Organización Mundial del Comercio. El responsable de la campaña de transgénicos de Greenpeace, Marco Contiero, pidió a los 27 que no desatasquen la autorización hasta que "los ciudadanos y granjeros europeos estén seguros de que se resuelven los peligros" de estos organismos.
"La mayoría de los Estados no comparte la postura de la Comisión", reconoció la ministra Elena Espinosa, tras el Consejo de Ministros de Agricultura celebrado ayer. "Podría ser el inicio de la renacionalización" de la política agrícola, añadió. "Muchos países tienen dudas", reconoció su colega belga.
Lo cierto es que las propuestas de la Comisión no convencen a casi nadie. Los ecologistas ven la mano negra de la industria diseñadora de transgénicos, mientras que países productores España incluida tienen dudas sobre la compatibilidad de la solución con las reglas del mercado interno o las de la Organización Mundial del Comercio. El responsable de la campaña de transgénicos de Greenpeace, Marco Contiero, pidió a los 27 que no desatasquen la autorización hasta que "los ciudadanos y granjeros europeos estén seguros de que se resuelven los peligros" de estos organismos.
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