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2012/03/21

El boom de los transgénicos, un desafío para Brasil

Un auge récord de los cultivos transgénicos puede llevar a Brasil a pelearle a Estados Unidos el liderazgo global en esos productos, pero abre nuevas dudas sobre cómo el país fiscaliza el fenómeno, sostienen expertos.
Brasil es considerado hoy el segundo país del mundo con más cultivos transgénicos, después de superar a Argentina en 2009 y registrar el mayor crecimiento global de esas plantaciones durante tres años seguidos.

Este boom parece haber colocado a Brasil en una etapa posterior al gran debate sobre su modelo de agricultura y, según expertos, plantea al gigante sudamericano el reto práctico de vigilar un mercado agrícola y alimenticio en constante cambio.
“Sin duda significa un desafío y Brasil no está preparado para esta expansión de los transgénicos”, dijo a BBC Mundo Adriana Charoux, la investigadora del Instituto brasileño de Defensa del Consumidor (IDEC).

“Motor”

Estados Unidos es el mayor productor mundial de cultivos transgénicos, con 69 millones de hectáreas plantadas en 2011, según el Servicio Internacional para la Adquisición de Aplicaciones Agrícolas en Biotecnología (ISAAA por sus siglas en inglés).

Brasil alcanzó 30,3 millones de hectáreas plantadas, un aumento de 20% respecto a 2010, y se convirtió en el “motor” del crecimiento mundial de esos cultivos, indicó el mes pasado esa organización no gubernamental.
Clive James, presidente de ISAAA, sostuvo que Estados Unidos mantiene una diferencia muy grande frente a otros países en esta materia, pero dijo Brasil reduce “rápidamente” la brecha y en el futuro puede cerrarla.
“Le llevará un tiempo, pero creo que la voluntad política está ahí y que el objetivo es aumentar la productividad a través de la biotecnología”.
A su juicio, el auge brasileño se debe al modelo de rápida aprobación de semillas que hay en el país y a flujos de tecnología creados para apoyar el crecimiento, con “alianzas” entre el sector público y privado.
Los tres principales cultivos transgénicos en Brasil son la soja, el maíz y el algodón, pero en el país ya se busca el desarrollo de nuevos productos como la caña de azúcar genéticamente modificada.
Hace unos días, una empresa anunció que este año comenzará a comercializar en Brasil un maíz con cinco genes modificadores diferentes, una novedad en el país.
La compañía, Dow Agrosciences, con sede en Estados Unidos, declinó informar sobre los motivos de este lanzamiento en el mercado sudamericano ante una consulta de BBC Mundo.

“No hay problemas”

“Es un mercado muy dinámico y cada año hay una novedad”, dijo José Carlos Cruz, experto en maíz y sorgo de la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (EMBRAPA por sus siglas en portugués), vinculada al Ministerio de Agricultura.

Cruz señaló a BBC Mundo que 70% de las semillas de maíz vendidas actualmente en Brasil son transgénicas, un cambio radical respecto al 39% registrado en la zafra 2009/10. Y estimó que pronto se alcanzará 85%.
A su juicio, el cambio se debe a las ventajas que el cultivo de maíz transgénico ofrece contra la plaga de la lagarta y al aumento de rendimiento que se logra con esas semillas.
Sin embargo, admitió que la productividad de un cultivo transgénico es similar a la de cultivos convencionales aunque “hace que no se pierda con el ataque de plagas”.
Cruz sostuvo que el gran debate en torno a los transgénicos “acabó” con la opción que han tomado quienes deciden cultivarlo pese a que las semillas modificadas genéticamente sean más caras.
“En términos prácticos ya no hay problemas, aunque siempre habrá un grupo intentando impedirlo, pero el productor es el que define eso, y ya definió”.

“Falta información”

Sin embargo, Charoux afirmó que “es necesario investigar mucho más para saber el impacto de los transgénicos”, que en Brasil comenzaron a cultivarse a fines de los años ’90s.
“Este debate no está planteado de forma transparente en la sociedad. Falta información del consumidor, educación y estudios científicos independientes, porque los que están siendo realizados son pagos por los fabricantes”, dijo la investigadora del IDEC.
Isabelle Geoffroy, una experta en bioseguridad y vigilancia sanitaria de la Fundación Oswaldo Cruz consultada por BBC Mundo, señaló que Brasil carece de laboratorios suficientes para analizar todos sus productos transgénicos.
“Además, no tenemos equipamientos que consigan detectar la cantidad de transgénicos en productos derivados de esos alimentos, como por ejemplo el aceite de soja”, añadió Geoffroy, que en julio publicó un informe acerca de la falta de información que hay sobre este tema en Brasil.
A su entender, la situación actual obstaculiza el cumplimiento de una ley que obliga a identificar con un rótulo para los consumidores los productos transgénicos que se comercializan en el país.
En referencia a la Comisión Técnica Nacional de Bioseguridad brasileña, que da su parecer para la liberación comercial de alimentos transgénicos, Geoffroy dijo que “los intereses políticos y económicos no se deben sobreponer a cuestiones de salud humana, animal y del medio ambiente”
“Ese es el mayor riesgo para la sociedad”, concluyó.

2011/12/09

Detectadas plagas resistentes al insecticida de un maíz transgénico

Dejando a un lado las reticencias de la población hacia los alimentos transgénicos, los expertos llevan tiempo advirtiendo de que estos cultivos sí presentan un riesgo real fundamentado en el conocimiento científico. Los plaguicidas biológicos que llevan incorporados estas semillas, del mismo modo que cualquier otro insecticida, pueden seleccionar variantes de las plagas que sean inmunes a estos productos, lo que anula el propósito original de la modificación genética y dificulta aún más la lucha contra las plagas. Y según acaba de revelar un informe de la Agencia de Protección Medioambiental de EEUU (EPA), parece que esto ya está ocurriendo.
El documento de la EPA analiza "múltiples informes de daño inesperado en maíz CryBb1". Este galimatías es el nombre de una proteína bacteriana con efecto insecticida cuyo gen está insertado en el maíz MON 863 del gigante agrobiotecnológico Monsanto. La planta utiliza este gen implantado para producir la proteína bacteriana que es letal para el gusano del maíz, una larva de escarabajo que se alimenta de las raíces de este cultivo.
Los expertos de la EPA examinaron las alertas de cultivos dañados y concluyeron que "se sospecha resistencia en al menos algunas regiones de cuatro estados", concretamente en Iowa, Illinois, Minne-sota y Nebraska. La EPA recomienda que se implemente un "plan adecuado de remediación", consistente en emplear "insecticidas convencionales" y "métodos alternativos de control para impedir el establecimiento de insectos resistentes". La agencia federal propina un serio zurriagazo a la compañía biotecnológica al afirmar que "el programa de monitorización de resistencias [de Monsanto] es inadecuado [...], incluyendo las respuestas a revisiones previas realizadas por la agencia [EPA]".

Vender la solución

La compañía ha replicado poniendo en duda las conclusiones de la EPA. El portavoz de Monsanto en St. Louis, Lee Quarles, dijo a Bloomberg que toman el informe de la agencia "en serio", pero que no hay confirmación científica de las resistencias. Entre las medidas que recomienda Monsanto para "llevar la delantera al insecto" está rotar los cultivos de maíz con soja, pero también otra solución para engrosar aún más las arcas de la empresa: cambiar al maíz SmartStax, otra variedad de Monsanto que lleva no una, sino dos toxinas contra el gusano.
Por su parte, la EPA juzga que SmartStax puede perder eficacia en cultivos donde se han instalado gusanos resistentes. Propone, en cambio, plantar maíz no transgénico, ya que así los insectos inmunes podrán aparearse con otros que no lo son y producir nuevas generaciones de insectos susceptibles. 

2011/11/02

La patata transgénica avanza hacia la sartén

Un español podrá hacer una tortilla de patatas transgénicas en 2014 si todo sale según calcula la mayor empresa química del mundo, BASF.
La multinacional alemana solicitó ayer a la UE la aprobación para consumo humano y animal de su patata Fortuna, cuyos genes han sido modificados en laboratorio para ser resistente al tizón tardío. Esta enfermedad, provocada por el hongo Phytophthora infestans, arruina el 20% de las cosechas de patata en todo el mundo, según las cifras de BASF. Es el mismo patógeno que disparó la Gran Hambruna irlandesa, entre 1845 y 1849, causando cientos de miles de muertos y un éxodo de la población hacia EEUU y Canadá.
La empresa aseguró ayer en un comunicado que "la introducción en el mercado se espera para 2014 o 2015". Sin embargo, los antecedentes invitan al escepticismo. Antes, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) tendrá que evaluar la seguridad de la patata transgénica para los seres humanos, los animales y el medio ambiente. Y luego tendrá que llegar el visto bueno de Bruselas, que se concede con cuentagotas.
Desde 1998, cuando se aprobó el cultivo de maíz transgénico de Monsanto resistente a la plaga del taladro, la UE sólo ha aprobado otra variedad, la patata Amflora, también de BASF y con un uso residual para obtener almidón para la industria. Bruselas se enfrenta a un atasco de 74 transgénicos a la espera de autorización. Una veintena de ellos ya ha superado el examen de la EFSA.

La Asociación Europea de Bioindustrias, el lobby de las multinacionales en la UE, denunció a mediados de octubre la "lentitud" del proceso de autorización y su parálisis de facto. Las aprobaciones del maíz BT11, resistente a larvas de mariposa, y del maíz Herculex I, blindado contra el gusano cogollero, están congeladas desde 2001, pese al informe favorable de la EFSA. La patata de BASF podría seguir el mismo camino.
Juan Felipe Carrasco, portavoz de Greenpeace, cree que el caso de la patata Fortuna es "especialmente grave" al tratarse de un producto para consumo humano, cuyos efectos para la salud podrían ser "irreversibles". Carrasco, cuya organización sí apoya los organismos con genes modificados para uso médico en ambientes confinados, subraya además que "la ciudadanía no quiere transgénicos". Según el último Eurobarómetro, de 2010, sólo el 35% de los españoles apoya su cultivo.
Pese a su mala imagen pública, el Ministerio de Medio Ambiente sigue asegurando que "no existe ningún estudio científico que demuestre que estos alimentos sean perjudiciales para la salud". Recientemente, 25 premios Nobel firmaron un manifiesto en defensa de la biotecnología agraria. En España, el mayor productor de la UE, se plantaron en 2011 casi 100.000 hectáreas del maíz de Monsanto, para consumo animal.

2011/06/10

Transgénicos en Bolivia: no, sí... tal vez

Públicamente, el gobierno boliviano sigue siendo uno de los mayores opositores a la producción, importación y comercialización de alimentos transgénicos.
Pero hay quienes consideran que el proyecto de Ley de Revolución Productiva, Comunitaria y Agropecuaria -que actualmente se discute en la Asamblea Legislativa- es indicativo de un cambio en la postura oficial.

El artículo 19 del proyecto de ley sostiene que "se establecerán disposiciones para el control de la producción, importación y comercialización de productos genéticamente modificados".
Una medida con la que según Marco Octavio Rivera, biólogo y ecologista de la Liga de Defensa del Medio Ambiente, "se está abriendo la puerta tácitamente a los transgénicos".
"Es una estrategia del agro-capitalismo. Bolivia está abriéndose poco a poco a las grandes transnacionales. No es un secreto para nadie", le dijo a BBC Mundo.
Para Rivera la disposición contradice además la que hasta ahora había sido la posición del gobierno del presidente Evo Morales, quien el año pasado anunció que el país sería un "territorio libre de semillas transgénicas" dentro de media década.
En esa oportunidad, el mandatario incluso relacionó los problemas de calvicie de los europeos con el consumo de alimentos genéticamente modificados.

"Protección a las plantas nativas"

El ministro de Autonomías, Carlos Romero, impulsor del proyecto de ley, niega que la nueva redacción vaya a incentivar la producción de transgénicos.
"El proyecto de ley prioriza la producción de alimentos orgánicos (y) manda a proteger el patrimonio genético del país que ocupa el octavo lugar en cuanto a biodiversidad a nivel mundial," le dijo a BBC Mundo.
"Lo que ha desarrollado la agricultura orgánica, especialmente en nuestros pueblos indígenas de la cultura andina, son los recursos genéticos nativos, que no tienen nada que ver con los recursos genéticamente modificados", agregó.
Uno de los temores de los ecologistas, sin embargo, es que la importación de alimentos transgénicos termine contaminando las plantas nativas bolivianas, las mismas que el gobierno quiere salvaguardar y proteger.
"Hay pruebas por ejemplo de la contaminación del maíz nativo en México a través del maíz transgénico," dijo Rivera.
Pero, según Romero, sólo se permitirá la importación y comercialización de paquetes tecnológicos agrícolas que involucren transgénicos si estos no están vinculados a especies originarias de Bolivia o con una alta diversidad en el país, entre ellos la papa y el maíz blando.
Y el ministro también informó que se reglamentará la producción de soya transgénica en el país, la cual está permitida desde el 2005.

¿Solución a los problemas alimenticios?

Por su parte, entre quienes defienden la legalización de los transgénicos están aquellos que sostienen que estos podrían reducir la dependencia alimenticia de Bolivia de las importaciones de Brasil y Argentina, y convertirlo en un país exportador.
"En Bolivia todavía estamos con semillas que han pasado de moda (…) que no llenan las necesidades (del país) frente a los cambios climáticos y bajo la competitividad", le dijo a BBC Mundo Demetrio Pérez, presidente de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo) de Santa Cruz.
"En Bolivia hay dos salidas: una es producir bajo estas tecnologías conforme a las normativas correspondientes que sean aprobadas y la otra es depender de la producción de los países vecinos", afirmó.
Por lo pronto, el proyecto de ley aún se encuentra en la Asamblea Legislativa, donde todavía está sujeto a debate y modificaciones.

BBC Mundo

2011/04/18

El Gobierno creará una 'lista negra' de parcelas con transgénicos

El único país de Europa que apuesta claramente por el cultivo de transgénicos, España, pegará un golpe de timón en los próximos meses. El Gobierno prepara un registro obligatorio de parcelas cultivadas con maíz modificado genéticamente en el que los agricultores se tendrán que apuntar siempre antes de sembrar y mediante comunicación formal y expresa, según la hoja de ruta del Ejecutivo en materia de transgénicos, a cuyas conclusiones ha tenido acceso Público.
El documento asegura que "el Gobierno no incentivará el cultivo de transgénicos", aunque en la práctica lo desincentivará. Los propietarios de las tierras tendrán que comunicar en qué parcelas exactas plantan transgénicos, de qué tipo son y "las medidas adoptadas en cada cultivo para evitar contaminación externa". La creación de esta lista negra de agricultores transgénicos, con un indudable poder disuasorio, se concretará mediante un real decreto antes de que termine la legislatura.

Una plaga que causa estragos

La ministra Rosa Aguilar cambia así el paso marcado por su predecesora al frente del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Elena Espinosa, que siempre apoyó el cultivo de transgénicos en España. Aguilar, en cambio, defendió el programa electoral antitransgénicos de Izquierda Unida hasta que abandonó la formación para entrar en la Junta de Andalucía con los socialistas. Recién nombrada ministra, en diciembre de 2010, la exalcaldesa de Córdoba aseguró en una entrevista con este periódico que comía transgénicos "sin problemas".
En España se plantaron en 2010 unas 76.000 hectáreas de maíz con genes alterados en laboratorio, casi una cuarta parte del total del maíz nacional. Estas plantas modificadas genéticamente son resistentes a una plaga que causa estragos en Aragón y Catalunya: los llamados insectos del taladro o barrenadores del tallo. Cuando estos bichos mordisquean el tallo, una proteína tóxica para ellos paraliza su sistema digestivo y mueren.

A partir de la entrada en vigor del real decreto, los agricultores que quieran sembrar esta variedad resistente al taladro, desarrollada en origen por la multinacional estadounidense Monsanto, tendrán que retratarse en el registro y exponerse a la opinión pública. Según el último Eurobarómetro, de 2010, sólo el 35% de los españoles apoya el cultivo de organismos transgénicos. En 2002, el porcentaje alcanzaba el 61%. El temor de los ciudadanos es tal que el maíz sólo se dedica al consumo animal, porque ninguna empresa se ha atrevido a comercializarlo para las personas. Sin embargo, la misma encuesta revelaba que en el país de Europa con mayor superficie sembrada con transgénicos uno de cada cuatro ciudadanos no ha oído hablar nunca de esta tecnología.

Sin incentivos

El creciente rechazo de los españoles a los transgénicos no se corresponde con ninguna evidencia científica que indique peligro. El propio Ministerio explica en su página web que "no existe ningún estudio científico que demuestre que estos alimentos sean perjudiciales para la salud". La industria siempre ha esgrimido esta ausencia de riesgos para rechazar la creación de un registro de parcelas cultivadas con maíz modificado. La propia existencia de una lista negra ya siembra dudas sobre su seguridad, argumentaban.

Las organizaciones antitransgénicos, como Greenpeace o Amigos de la Tierra, sí reclaman desde hace años la creación de un registro público, como según ellos exige la legislación europea. Hasta la fecha, el Gobierno español había interpretado esas directivas de otra manera y sólo ha publicado el número de hectáreas transgénicas en cada comunidad autónoma, sin decir dónde se encuentran exactamente. En España no hay nada parecido a un registro. La superficie sembrada se calcula en función de las ventas de semillas modificadas genéticamente declaradas por las multinacionales.
La actualización del nuevo registro central será responsabilidad de las comunidades autónomas, según la hoja de ruta del Ejecutivo, que buscará "el máximo grado de consenso y participación de los sectores". El documento también señala que "el Gobierno de España no irá a más en primas e incentivos al cultivo de transgénicos", aunque en la actualidad no hay recompensas económicas para el cultivo de transgénicos, más allá del ahorro en insecticidas contra la plaga del taladro.

Tres Españas

El discurso del Gobierno ha cambiado por completo. En los papeles del Departamento de Estado de EEUU revelados por Wikileaks aparecía el secretario de Estado de Medio Rural y Agua, Josep Puxeu, pidiendo al embajador estadounidense presión en la UE a favor de los alimentos transgénicos. Pese a su supuesta seguridad absoluta, Austria, Francia, Alemania, Grecia, Hungría y Luxemburgo han prohibido su cultivo. Sólo España, la República Checa, Portugal, Rumanía, Polonia y Eslovaquia plantan organismos modificados genéticamente en la UE. Y, dentro de ellos, España cultiva aproximadamente el 80% del total europeo.
Ahora, el Ejecutivo parece sospechar. "Las autoridades científicas deben mantener un seguimiento continuado de la evolución y consecuencias de los cultivos, y las autoridades de gestión, tanto nacionales como regionales, deben acentuar el seguimiento y control de los cultivos", asegura el documento.
Si se confirman las trabas burocráticas a los transgénicos en nuestro país, la UE se quedará definitivamente descolgada del ritmo de los grandes países americanos y algunos asiáticos, como India y China. Si se trajeran a España todas las hectáreas de tierra cultivadas con transgénicos en todo el mundo en 2010, habría que recorrer el país desde Huelva hasta Girona y desde Cartagena hasta A Coruña atravesando un tupido campo de mazorcas de maíz, hilachas de algodón y granos de soja con sus genes modificados en el laboratorio. Y todavía faltarían otras dos Españas.
El año pasado, la cifra de transgénicos plantados en el mundo rozó por primera vez los 1,5 millones de kilómetros cuadrados. El 80% de la soja que se planta en el planeta ya es transgénica. Y el 65% del algodón. Y el 30% del maíz.
La UE, voluntariamente, se ha quedado fuera de este boom. En 1998, Bruselas aprobó el cultivo del maíz con genes modificados por la multinacional estadounidense Monsanto para ser resistente a la plaga del taladro. Desde entonces, nada. La UE sólo aprobó en 2010 una patata transgénica de la química alemana BASF, cuyo uso será residual, para obtener almidón para las industrias del papel, textil y de adhesivos.
Casi la mitad de todo lo plantado se encuentra en EEUU. Y el resto se reparte entre Brasil, Argentina, India y Canadá. El primer país europeo en esta lista es España, en el puesto 16, según el último informe del Servicio Internacional para la Adquisición de Aplicaciones Agrobiotecnológicas. Además de cultivar maíz, España lo importa de EEUU y Argentina, igual que la soja y la colza transgénicas, cuya siembra no está autorizada en nuestro país.

Publico

Bruselas se enfrenta a un atasco de 66 variedades

En Bruselas hay un atasco de 66 productos transgénicos esperando autorización, 21 de ellos para cultivo y 45 para importar de los países que monopolizan el mercado mundial. En este atolladero burocrático de los transgénicos hay de todo: patata, girasol, soja, maíz, algodón. Y de todas las multinacionales: Monsanto, Syngenta, BASF, Bayer, Pioneer. Al actual ritmo de aprobación para cultivo, una cada 12 años, la UE acabará con la lista de espera dentro de 250 años.
El comisario europeo de Salud y Política de Consumidores, el maltés John Dalli, quiere eliminar este tapón. Llegó a su puesto en febrero de 2010 y un mes después la UE aprobó una patata de BASF, en la cola desde 2003. Cuatro meses más tarde, Dalli propuso cambiar la legislación europea para que sea cada país, y no Bruselas como ocurre ahora, quien permita o prohíba el cultivo de una planta transgénica en su territorio. España se opone a nacionalizar las decisiones.
"El actual sistema europeo de evaluación y autorización para cultivo no funciona", critica Esteban Alcalde, de Syngenta. Su compañía espera que la Comisión Europea apruebe su maíz Bt 11 "a lo largo de este año y la primera mitad de 2012". La UE ya lo importa desde EEUU, Argentina, Brasil y Canadá para dar de comer al ganado. Gustavo Portis, de BASF, estima que su patata Fortuna podría ser "aprobada en 2014". Sería la primera patata transgénica para consumo humano en la UE. Esta papa es resistente al tizón tardío, un hongo que arruina unos 14 millones de toneladas de patatas cada año. Monsanto confía en que su maíz NK603 llegue pronto a España.

Publico 

2010/12/10

Un millón de firmas contra los transgénicos

Greenpeace presentó ayer en Bruselas un millón de firmas para pedir a la UE que no autorice nuevos cultivos transgénicos. Las firmas se entregaron al comisario de Salud, John Dalli, y pretenden pasar a la historia como la primera iniciativa ciudadana europea. Esta herramienta, prevista en el Tratado de Lisboa, permite iniciar la maquinaria legislativa comunitaria reuniendo un millón de firmas en varios países.
Para el director de Greenpeace en Bruselas, Jorgo Riss, la iniciativa servirá para cerrar "la gran brecha entre la opinión de los europeos y las políticas de la Comisión".
En la UE se permite plantar el maíz MON810 y la patata Amflora de BASF, cuyo cultivo la UE autorizó en marzo "sin cumplir la legislación comunitaria", según Ricken Patel, directora de Avaaz, otra organización participante.
Los ecologistas reclaman a Bruselas que reforme la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria para reforzar el peso de los dictámenes jurídicos y que congele cualquier nuevo aval hasta que se disipen las dudas sobre los riesgos de estos productos.
El Ejecutivo comunitario recordó que aún se discute el desarrollo de las iniciativas ciudadanas, por lo que las firmas se archivarán. Dalli aseguró que va a "examinar seriamente" las peticiones.

Publico

2010/11/19

Permitido en la mesa, vetado en los mares

Los salmones transgénicos están cerca de remontar río arriba hasta los restaurantes, pero todavía quedan algunos cabos sueltos por atar para que su consumo sea aprobado. La Administración de Alimentos y Medicamentos de EEUU (FDA) le dio un primer visto bueno a finales de septiembre pero ahora, cuando quedan pocos días para que tome su decisión definitiva, surgen nuevas dudas sobre la conveniencia de sacar al mercado el primer animal transgénico destinado a servirse como comida.
El nuevo salmón, que incluye genes de otras dos especies de peces, alcanza en apenas año y medio las dimensiones propias de un salmón atlántico de tres años, por lo que necesita menos inversión para comercializarlo. Pero esta circunstancia podría revolucionar el mercado alimentario de EEUU y los entornos naturales del salmón atlántico si un ejemplar transgénico escapara a aguas abiertas. Así lo advierte un artículo de opinión que publica hoy la revista Science, que pone en duda los métodos seguidos por la FDA para aceptar las pretensiones de la empresa Aquabounty, propietaria del salmón modificado.
Según los investigadores de las universidades de Duke (EEUU) y Stavanger (Noruega) que firman el trabajo, el proceso de la FDA para decidir sobre el consumo del AquAdvantage como se llama el nuevo pez "falla" por no tener en cuenta que el producto puede afectar al consumo total de salmón, al de otras fuentes de proteínas y al medio ambiente.

"Consecuencias indeseadas"

"El regulador debe considerar todos y cada uno de los posibles riesgos para evitar consecuencias indeseadas", defienden los investigadores, ya que la FDA se limitó a examinar los riesgos de un salmón modificado en comparación con otro convencional, sin encontrar riesgos para la salud de los consumidores. Los autores del artículo citan la posibilidad de que un ejemplar modificado alcanzara aguas abiertas, donde es "plausible" que se diera una transferencia genética a "sus primos salvajes". De hecho, la FDA exige en su aprobado provisional que el AquAdvantage sólo pueda criarse en tanques situados en tierra firme, lejos del posible salto a la libertad.
Los investigadores recogen la hipótesis de la propia FDA, que asume que el nuevo salmón reemplazará al convencional en el mercado, para advertir de otros riesgos, como que se esquilmen los peces que se usan para alimentar al nuevo salmón tras dispararse su consumo.
"En Europa se decidirá de la misma manera que en EEUU: analizando científicamente el riesgo derivado de su consumo", asegura Josep Casacuberta, miembro de la homóloga europea de la FDA (la EFSA). Casacuberta apuesta por mantener separado el "método científico y el análisis de datos de las especulaciones gratuitas como las que se desarrollan en ese artículo".

Publico

2010/10/15

La UE rechaza relajar la política comunitaria sobre transgénicos

Publico


La Comisión Europea sufrió ayer un duro revés en su empeño por flexibilizar el cultivo de productos transgénicos en la Unión Europea. Una mayoría de países se opusieron de nuevo a la iniciativa del comisario de Salud, John Dalli, que quiere permitir a cada Estado que prohíba el cultivo en su país atendiendo a razones "culturales o socioeconómicas", pero dé carta blanca a los demás para cultivar nuevas variedades que llevan años esperando a ser autorizadas.
La ministra española de Medio Ambiente, Elena Espinosa, aseguró que "nadie", ni siquiera "aquellos que quieren más agilidad en la autorización de transgénicos", apoyan al Ejecutivo comunitario, cuya propuesta sólo contenta a la industria. Para los países tradicionalmente contrarios a los organismos genéticamente modificados (OGM), como Francia, Dalli se equivoca de prioridad y debería purgar el funcionamiento de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria, que suele autorizar nuevos cultivos que luego bloquean sistemáticamente los ministros. Para otros, la propuesta no tiene fundamento jurídico, ya que de ser aprobada podría violar las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) sobre barreras comerciales.
Para España, uno de los países líderes en el cultivo del maíz MON 810, "el procedimiento actual de autorización de OGM es lento y poco efectivo", pero lo que propone la Comisión "sigue sin ser una garantía de que los procesos se vayan a agilizar".
Dalli recibió un descontento insólitamente unánime prometiendo que la propuesta "no es definitiva". La organización Greenpeace se vio respaldada por el consejo de ministros y advirtió de que "hasta que las preocupaciones sobre seguridad de los transgénicos no se recojan en la proposición de la Comisión, los ministros deberían mantener su posición y pedir una suspensión de nuevas autorizaciones", en palabras de Marco Contiero, responsable de transgénicos de la oficina comunitaria. 

La UE rechaza relajar la política comunitaria sobre transgénicos

Publico


La Comisión Europea sufrió ayer un duro revés en su empeño por flexibilizar el cultivo de productos transgénicos en la Unión Europea. Una mayoría de países se opusieron de nuevo a la iniciativa del comisario de Salud, John Dalli, que quiere permitir a cada Estado que prohíba el cultivo en su país atendiendo a razones "culturales o socioeconómicas", pero dé carta blanca a los demás para cultivar nuevas variedades que llevan años esperando a ser autorizadas.
La ministra española de Medio Ambiente, Elena Espinosa, aseguró que "nadie", ni siquiera "aquellos que quieren más agilidad en la autorización de transgénicos", apoyan al Ejecutivo comunitario, cuya propuesta sólo contenta a la industria. Para los países tradicionalmente contrarios a los organismos genéticamente modificados (OGM), como Francia, Dalli se equivoca de prioridad y debería purgar el funcionamiento de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria, que suele autorizar nuevos cultivos que luego bloquean sistemáticamente los ministros. Para otros, la propuesta no tiene fundamento jurídico, ya que de ser aprobada podría violar las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) sobre barreras comerciales.
Para España, uno de los países líderes en el cultivo del maíz MON 810, "el procedimiento actual de autorización de OGM es lento y poco efectivo", pero lo que propone la Comisión "sigue sin ser una garantía de que los procesos se vayan a agilizar".
Dalli recibió un descontento insólitamente unánime prometiendo que la propuesta "no es definitiva". La organización Greenpeace se vio respaldada por el consejo de ministros y advirtió de que "hasta que las preocupaciones sobre seguridad de los transgénicos no se recojan en la proposición de la Comisión, los ministros deberían mantener su posición y pedir una suspensión de nuevas autorizaciones", en palabras de Marco Contiero, responsable de transgénicos de la oficina comunitaria. 

2010/10/04

La feria de los animales 'trans'

Publico

Para unos puede ser una galería de los horrores y, para otros, la solución a los problemas de salud, los medioambientales e incluso al hambre que golpea al mundo. Sea como sea, los animales genéticamente modificados (GE) empiezan a abandonar los laboratorios para alimentar una gran industria, la de la biotecnología. EEUU, que ya se adelantó al resto del mundo permitiendo los cultivos GE en 1996, vuelve a hacerlo celebrando una feria de ganado transgénico.
En Sioux Falls, la principal ciudad del Estado ganadero de Dakota del Sur (EEUU) se han reunido la pasada semanagenetistas, laboratorios y grandes compañías de biotecnología en una cumbre sobre animales transgénicos organizada por la Organización de la Industria Biotecnológica (BIO), una asociación que reune a 1.200 empresas. Durante tres días han repasado los últimos avances en genética animal, las oportunidades de negocio y las restricciones regulatorias. Pero, de forma paralela, han mostrado algunas de las criaturas engendradas por los biotecnólogos que, mediante ingeniería genética producen medicinas para los humanos, son más resistentes a las enfermedades o, incluso, beneficiarían al medio ambiente.
Así, la empresa Revicor exhibió varios ejemplares de un cerdo que produce células para el tratamiento de la diabetes, además de tejidos y órganos para su transplante a humanos. El cerdo presenta varias ventajas sobre otros animales de cara a un xenotrasplante. Son fáciles de criar, tienen unas características anatómicas y fisiológicas compatibles con los humanos y, por último, los patógenos que pudieran transmitir al hombre están más estudiados. De hecho, los cerdos de Revicor carecen de un gen necesario para sintetizar un enzima, la alfa 1.3 galactosil-transferasa, necesaria para el sistema inmunológico. Con esto se consigue que el sistema inmunitario humano no rechace un xenotrasplante. Por ahora, los tejidos usados en pruebas viven hasta seis meses en el nuevo cuerpo.

Vacas menos locas

Los animales más presentes en la feria han sido las vacas. Dos variedades distintas han estado a la vista de los visitantes. Una, modificada por la empresa local BioDak, ha desarrollado una resistencia a la encefalopatía bovina espongiforme (EBE), el llamado mal de las vacas locas que, en humanos, puede provocar una variante letal de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob. Por otro, la empresa Hematech, que saltó a la fama tras conseguir las primeras reses sin el gen relacionado con la EBE, ha llevado a la feria vacas que producen anticuerpos humanos en su sangre.
Las ventajas, dicen, de estos animales, superan con mucho sus riesgos. "Los animales transgénicos pueden mejorar la salud humana proporcionando proteínas compatibles y terapias para combatir enfermedades, además de células, tejidos y órganos para xenotrasplantes", explica el director de biotecnología animal de la BIO, David Edwards.
Otro de los argumentos de la industria es el de la mejora de la producción de alimentos, tanto en cantidad como en calidad. Es el caso del salmón que acaba de aprobar la Administración de EEUU y que, con genes y hormonas de otros salmónidos, crece en la mitad de tiempo. También se investiga cómo introducir enzimas en el tracto digestivo de los rumiantes para que su engorde se acelere.
Otra de las líneas de trabajo es la modificación genética para hacer más resistentes a los animales a enfermedades como la mastitis o infecciones bacterianas. En BIO no dejan de recordar que, para 2020 y según la ONU, sólo los países ricos necesitarán un 60% más de proteínas animales.

Protestas ecologistas

Pero el recurso a la crisis alimentaria no seduce a los ecologistas. "Decir que la solución es tecnológica cuando el origen del problema es político es un acto de cinismo", opina el responsable de la campaña de transgénicos de Greenpeace, Juan Felipe Carrasco. De hecho, añade, "la reciente historia muestra que a más tecnología, más hambre". Para los ecologistas, sólo se trata de mantener un control corporativo sobre la producción, como muestra la dependencia de la agricultura transgénica de la industria biotecnológica.
La reina de la escena es la industria biotecnológica de EEUU. A pesar de su juventud, hay ya casi 48.000 firmas o laboratorios que, según estadísticas de la BIO, dan trabajo a 1,42 millones de personas. Una de las bases para este despegue fue la normativa aprobada por el Gobierno de EEUU el año pasado, que clarificaba los mecanismos para aprobar el uso de animales GE. A la feria de Sioux Falls han acudido expertos y empresas de varios países, como Canadá, Hungría, Italia o Nueva Zelanda. También había investigadores y compañías chinas, coreanas y de Singapur. Y una de las jornadas se centró en la seguridad. En BIO son conscientes que es el talón de Aquiles de su negocio.
"Tras casi dos décadas de estudios, todas las investigaciones científicas hasta la fecha indican que no hay problemas con el bienestar de los animales ni con el medio ambiente", sostiene Edwards y añade: "La ingeniería genética es una herramienta para hacer mejor a los animales".
En Greenpeace no se oponen a la investigación con transgénicos pero sí a su liberación en el medio ambiente y ese es un riesgo que nadie puede evitar al 100%. Carrasco pone como ejemplo el salmón revisado por la FDA. "Sólo en Canadá escapan un millón de salmones de las piscifactorías al mar cada año. Con que unas decenas fueran transgénicos fértiles, acabarían con los naturales en poco tiempo", explica.

El triunfo de la agricultura modificada

Los últimos datos del Departamento de Agricultura de EEUU, publicados en julio, no dejan lugar a dudas: la agricultura GE ha triunfado. La soja modificada para ser tolerante a los herbicidas ya supone el 93% del total plantado el año pasado en aquel país. En el caso del algodón, la cifra es del 78% ( y del 73% las semillas resistentes a plagas). El tercer gran producto, el maíz, tiene cifras algo inferiores. El 70% de las plantaciones lleva cambios en sus genes para soportar una mayor carga de herbicidas, mientras que un 63% resiste mejor artificialmente el ataque de los insectos.

2010/09/29

La UE, reacia a relajar el cultivo de los transgénicos

Publico

La Comisión Europea se quedó ayer sola en su nueva estrategia para relajar la autorización del cultivo de transgénicos en suelo europeo. La propuesta del titular comunitario de Sanidad, John Dalli, pretende oficialmente dar a cada país más libertad para prohibir el cultivo de los organismos genéticamente modificados y no supone ninguna modificación en los análisis científicos a menudo favorables al cultivo que elabora la Agencia Europea para la Seguridad Alimentaria (AESA). Sin embargo, los países antitransgénicos y las ONG ecologistas denuncian que, reafirmando las competencias nacionales, lo que se persigue es relajar el bloqueo a nivel europeo de nuevas especies.
"La mayoría de los Estados no comparte la postura de la Comisión", reconoció la ministra Elena Espinosa, tras el Consejo de Ministros de Agricultura celebrado ayer. "Podría ser el inicio de la renacionalización" de la política agrícola, añadió. "Muchos países tienen dudas", reconoció su colega belga.
Lo cierto es que las propuestas de la Comisión no convencen a casi nadie. Los ecologistas ven la mano negra de la industria diseñadora de transgénicos, mientras que países productores España incluida tienen dudas sobre la compatibilidad de la solución con las reglas del mercado interno o las de la Organización Mundial del Comercio. El responsable de la campaña de transgénicos de Greenpeace, Marco Contiero, pidió a los 27 que no desatasquen la autorización hasta que "los ciudadanos y granjeros europeos estén seguros de que se resuelven los peligros" de estos organismos.

2010/09/22

EEUU debate si comer salmón transgénico a ciegas

Publico

El salmón transgénico podría aterrizar en el plato de los estadounidenses sin haber sido invitado. Los estudios preliminares de la Agencia de Alimentos y Medicamentos del Gobierno federal (FDA), que debe aprobar su posible venta, no han detectado nada que lo haga peligroso para su consumo humano, según The New York Times y otros medios estadounidenses.
De hecho, los informes, presentados hace unos días, consideran que el animal no es diferente a un salmón natural, lo que facilitaría su aprobación y permitiría que se vendiese sin una etiqueta que avise de su procedencia a los consumidores, algo que indigna a consumidores y ecologistas.
La nueva variedad transgénica se llama AquAdvantage, una marca registrada tras la que se esconde un salmón del Atlántico al que se han introducido genes del salmón real del Pacífico y de un pez similar a una anguila. El apaño le aporta una dosis extra de hormonas de crecimiento que le hacen desarrollarse dos veces más rápido y estar listo para la venta en la mitad de tiempo, lo que permitiría, según sus creadores, abastecer la creciente demanda de pescado en EEUU y otros países.

Sin estudios concluyentes

"El salmón AquAdvantage es tan seguro como cualquier otro salmón del Atlántico", explicó el lunes Kathleen Jones, una de las expertas de la FDA, a The Washington Post.
Fuera de las puertas de la agencia las cosas no están tan claras. Un comité de expertos y activistas independientes reunidos por la agencia concluyó el lunes sin un resultado definitivo. No se presentaron estudios concluyentes que demostrasen que el salmón puede ser dañino, pero algunos expertos dijeron que los análisis de la FDA que apoyan que el pescado es inocuo tampoco son válidos, pues sólo han analizado unas pocas decenas de peces.
La falta de estudios podría alargar el ya de por sí farragoso proceso de aprobación, que comenzó en 1995 y que puede tardar aún varios meses y requerir complejos estudios de impacto ambiental. De ser aprobado, el AquAdvantage se convertiría en el primer animal modificado genéticamente para consumo humano en EEUU.

Más ecológico

El creador de AquAdvantage, Ron Stotish, que se jacta de haber probado ya la carne de sus salmones, defendió que la criatura es totalmente apta para ser comida y que además aliviaría el problema de la sobrepesca de peces salvajes. Los ecologistas no comparten su versión y alertan de que esos animales podrían escaparse de las piscifactorías e introducir cambios en las poblaciones salvajes imposibles de revertir. Eso supondría que los estadounidenses y seguramente el resto del mundo comería peces transgénicos sin saberlo.
Esa posibilidad está más cerca de lo que parece, ya que la FDA no sólo podría aprobar la nueva especie, sino también dejar que se venda sin etiqueta que explique su procedencia. Según explica The Washington Post, la pegatina sólo sería obligatoria si se prueba que los AquAdvantage son distintos de los salmones normales, algo que acaba de descartar. Al cierre de esta edición, otro comité de expertos convocado por la agencia discutía si se debe incluir o no una etiqueta para indicar al consumidor si su salmón es transgénico.

2010/08/06

Los transgénicos saltan la valla

Publico

Un equipo de científicos presenta hoy la que, aseguran, es "la primera evidencia" de que las plantas transgénicas se escapan de los cultivos y se asientan en el medio natural en el primer productor de organismos modificados genéticamente del mundo, EEUU. Si se confirman los datos, recibidos con escepticismo por la comunidad científica, se convertirían en munición para las organizaciones antitransgénicos en su batalla contra las multinacionales que dominan el mercado, como Monsanto.
Los científicos, entre los que se encuentran dos miembros de la Agencia de Protección Ambiental de EEUU, recorrieron durante el mes de julio unos 5.400 kilómetros de carreteras en Dakota del Norte, recogiendo muestras de colza silvestre en las cunetas. En este estado se encuentra la mayor parte de las más de 600.000 hectáreas de colza cultivadas en EEUU. Y más del 90% son variedades cuyos genes han sido modificados para que sean resistentes a los herbicidas. Según los investigadores, que anuncian hoy sus conclusiones en Pittsburgh en el congreso anual de la Sociedad de Ecología de EEUU, de las 406 plantas silvestres recolectadas, 347 presentan genes de resistencia a los herbicidas. Más del 86% posee en su genoma contaminación genética procedente de los vecinos cultivos de colza transgénica.
En España, donde está prohibido el cultivo de esta especie modificada genéticamente, empleada para elaborar aceite o para fabricar biocombustibles, sí está permitida su importación desde EEUU. La colza transgénica ha superado todas las evaluaciones sobre sus posibles efectos sobre la salud o el medio ambiente.

Llamada a la cautela

"También encontramos dos muestras silvestres en las que había varios transgenes [los genes incorporados a las plantas transgénicas] acumulados en un solo ejemplar", ha explicado en un comunicado una de las responsables del estudio, Cynthia Sagers, de la Universidad de Arkansas. "No se ha comercializado todavía ninguna variedad con varios genes incorporados, así que este hallazgo sugiere que las poblaciones asilvestradas se están reproduciendo y se han establecido fuera de los cultivos", añade. A su juicio, "estas observaciones tienen importantes implicaciones para la ecología y la gestión de especies nativas y malas hierbas, además de para la gestión de los transgénicos en EEUU".
Pese al alarmismo de sus conclusiones, los investigadores consultados piden cautela. De entrada, el estudio aún no se ha publicado en una revista científica, un requisito esencial para que los expertos puedan aceptar los datos y discutirlos. "En los congresos se dicen 300.000 cosas, hay que esperar a que se publique en una revista científica", cree el investigador del CSIC Pere Puigdomènech, miembro del Grupo Europeo de Ética de las Ciencias y Nuevas Tecnologías durante casi una década.
En su opinión, la colza es "un caso muy específico". A diferencia de otras especies, como el maíz, hay muchas plantas silvestres similares con las que se puede cruzar. En EEUU, la colza hibrida de manera espontánea con una decena de especies nativas o naturalizadas. La contaminación genética es sencilla. "Si hay una especie en la que es esperable ver estos resultados, es esta", afirma el investigador.
Sin embargo, Puigdomènech asegura que, si se confirma que el estudio científico es riguroso y los genes de las plantas transgénicas han saltado la valla de los cultivos, los genes "están destinados a desaparecer al cabo de un cierto tiempo, porque estas plantas silvestres resistentes a los herbicidas no tendrían ninguna ventaja sobre las demás, porque no reciben herbicidas". La fuga no supondría en ningún caso un riesgo para la salud. En España, se permite un 0,9% de maíz transgénico en el maíz no modificado, porque la contaminación genética entre cultivos es habitual.
La anunciada hoy no es la primera demostración de fugas en los cultivos de colza transgénica. En 2008, científicos canadienses de la Universidad de Manitoba publicaron en la revista Weed Science la primera evidencia de que el flujo genético provocaba la acumulación de resistencias a diferentes herbicidas, procedentes de diferentes cultivos transgénicos, en los mismos ejemplares de colza escapados de las fincas. Y en 2009, en Japón, un equipo de la Universidad de Yokkaichi constató que la colza transgénica se había extendido accidentalmente alrededor de los 13 puertos a los que llegan las importaciones de este producto con destino a las fábricas de aceite. El estudio intentaba mostrar "la importancia de otro camino de transferencia de genes modificados a especies emparentadas y no transgénicas a través del transporte de semillas".

La amenaza es "un mito"

La compañía estadounidense Monsanto, que controla el mercado mundial de semillas transgénicas, es propietaria de la patente de algunas de las variedades de colza que han escapado de los cultivos. La multinacional considera que la creencia de que el flujo genético de los cultivos biotecnológicos amenaza la biodiversidad es "un mito".
Según la multinacional, "un estudio de diez años de duración llevado a cabo por un respetado ecologista británico encontró que los cultivos biotecnológicos resistentes a los herbicidas no sobreviven bien en un entorno natural y no es probable que puedan invadir otros hábitats que no sean cultivos de plantas de peor calidad". Además, "las plantas no mostraron capacidad de reproducción autónoma, ni de automantenimiento y no se extendieron en el área circundante". El estudio que se presenta hoy, no obstante, sí ha observado que las poblaciones asilvestradas se han reproducido.

2010/07/14

La UE propone desbloquear el cultivo de transgénicos

Fuente: Publico.

En doce años, la Unión Europea sólo ha autorizado el cultivo de dos plantas genéticamente modificadas: una especie de maíz y otra de patata. Una lucha política y de argumentos científicos a escala europea ha impedido, hasta ahora, la vía libre al cultivo de nuevos transgénicos. Para superarla, la Comisión Europea, tradicionalmente sensible a los intereses de la industria de la biotecnología, propuso ayer un cambio en la legislación comunitaria para permitir a los estados miembros tener la última palabra.
La modificación, propuesta ayer por el comisario de Salud, John Dalli, permitirá a los gobiernos vetar, por motivos éticos o socioeconómicos, el cultivo de productos transgénicos en su país. Dalli aseguró que el proceso de autorización europeo, que tiene en cuenta la seguridad alimentaria y el medio ambiente, seguirá vigente. Sin embargo, grupos ecologistas y partidos verdes denuncian que la táctica del Ejecutivo comunitario pretende que los países que sistemáticamente bloquean nuevas autorizaciones relajen su escepticismo a la hora del voto europeo por disponer de la nueva posibilidad de un veto nacional.

"Solidez científica"

"La autorización basada en la solidez científica no se va a modificar", aseguró ayer el comisario, aclarando que Bruselas no está "ni a favor ni en contra" de los transgénicos. Por su parte, Stefanie Hundsdorfer, de Greenpeace, afirmó que "la Comisión ofrece a los países prohibiciones nacionales si miran para otro lado en cuanto a los peligros para la salud y la seguridad durante el proceso europeo de autorización".
Lo cierto es que países que, como Francia, se oponen a estos cultivos, ya impiden a sus agricultores plantar el maíz MON 810 o la patata Amflora, las dos especies autorizadas. En ese sentido, la modificación podría quedarse en un mero reconocimiento legal de una práctica ya habitual. La Comisión pretende además facilitar que los estados puedan declarar regiones libres de transgénicos para proteger, por ejemplo, la agricultura ecológica.
La importación y comercialización de productos cultivados fuera de la UE no se modificará con esta propuesta y será el Ejecutivo comunitario quien siga autorizando productos muy demandados en Europa, como el pienso transgénico, siempre que no haya una clara mayoría de países a favor o en contra.

2010/06/30

Marchando una de salmón transgénico

Fuente: Publico.

Los animales transgénicos llegarán a los supermercados. La pregunta ya no es si se permitirá el consumo humano de filetes de vacas modificadas genéticamente, sino cuándo. La Administración de Alimentos y Medicamentos de EEUU (FDA) parece estar a punto de dar un paso que abrirá los estómagos de los consumidores a estos productos. La empresa biotecnológica estadounidense AquaBounty anunció el pasado 15 de junio "progresos" en su intención de llevar a los frigoríficos de los estadounidenses un salmón modificado genéticamente para crecer en la mitad de tiempo. Sería el primer animal transgénico destinado a servirse como comida.
El principal directivo de la compañía, Ronald Stotish, aseguró al diario The New York Times que el visto bueno de la FDA podría llegar "quizá en unos pocos meses". La agencia ha rechazado confirmar o negar esta información al tratarse de un asunto "confidencial". Según la empresa, un comité especializado en medicina veterinaria se reunirá en breve como paso previo a la autorización del salmón.

Esperando a EEUU

El veredicto de la agencia de EEUU será clave para desbloquear la investigación de animales transgénicos para consumo humano en otros países. "Todo el mundo está esperando a ver qué pasa en EEUU", admite el investigador del CSIC Josep Casacuberta, miembro del Panel de Organismos Modificados Genéticamente de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), homóloga de la FDA.
La EFSA ya está allanando el camino para la llegada de los alimentos transgénicos de origen animal. Según explica Casacuberta a Público, el organismo europeo prepara una guía para asesorar a empresas e instituciones públicas en la investigación con animales transgénicos destinados a consumo humano o a la fabricación de medicamentos. Este libro de instrucciones estará listo a mediados de 2011 y acercará la autorización para crear ganado resistente al mal de las vacas locas, cochinos con una panceta más saludable y vacas de cuyas ubres manen medicamentos.
La guía, según Casacuberta, "se centrará en algunos ejemplos concretos, como la producción de peces para piscifactorías". Las empresas biotecnológicas venden las ventajas de estos animales. AquaBounty asegura que su salmón, bautizado AquAdvantage®, con el símbolo de registrado, servirá para "reducir la presión" sobre las poblaciones salvajes de salmones, sobrepescadas, como casi todas las pesquerías, hasta el borde del colapso.
Los científicos de la compañía han incorporado en el genoma del salmón atlántico un gen del salmón real, un gigante propio de las aguas del océano Pacífico. Gracias a este gen, los ejemplares producen más hormona del crecimiento y pueden alcanzar en año y medio un tamaño propio de los tres años, la talla que exige el mercado. "La hormona del crecimiento del salmón real es la misma que la del salmón atlántico, solamente se regula de manera diferente. Su habilidad para crecer más rápido no cambia las características biológicas del pez", afirma la empresa. Según su versión, uno de sus ejemplares transgénicos de 18 meses es indistinguible de otro salmón atlántico de tres años. Ahora falta que la FDA confirme que no supone riesgos para el consumidor ni para el medio ambiente.

Seguro para el consumo

El presidente de la Sociedad Española de Biotecnología, José Luis García, no duda de que si la FDA aprueba el salmón transgénico es que es seguro. "La hormona del crecimiento no es más que lo que le inyectaron a [el futbolista argentino Lionel] Messi cuando era pequeño para que creciera. En Europa está prohibida, pero en EEUU se le inyecta a las vacas", explica. Sin embargo, este científico del Centro de Investigaciones Biológicas (CSIC) es más escéptico sobre los efectos del nuevo gen en el bienestar de los animales. "Es probable que tengan una salud más frágil", opina.
García también duda de que la FDA vaya a aprobar la comercialización del salmón de AquaBounty en breve, por falta de legislación adecuada, e interpreta que puede tratarse de "la típica noticia interesada que dan las empresas para conseguir fondos". Además, García subraya que la sociedad, sobre todo la europea, "no está preparada" para la llegada de animales transgénicos a los supermercados. En España, donde se siembran unas 76.000 hectáreas de maíz transgénico para consumo animal, el 31% de los ciudadanos rechaza los cultivos biotecnológicos, según el último Eurobarómetro. El 26% aplaude estos organismos modificados genéticamente. Y el 23% no sabe ni que existen.
El salmón AquAdvantage no será, en realidad, el primer pez transgénico que se convierta en alimento para las personas. Como recuerda García, “en Cuba desarrollaron hace mucho tiempo la tilapia transgénica y, según ellos, ya la habían utilizado al menos experimentalmente para consumo humano”. En 1996, el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnológica (CIGB) de La Habana anunció que había creado tilapias –un grupo de peces de origen africano– transgénicas, con crecimiento acelerado. En los medios cubanos, el científico Mario Pablo Estrada explicó más tarde que 22 trabajadores del CIGB consumieron dos veces al día durante una semana la tilapia modificada genéticamente “y no se alteró ningún parámetro bioquímico de la sangre”. El jefe de AquaBounty también ha catado su salmón transgénico.

El 'peligro' de los genes troyanos

“Muchos laboratorios están estudiando si los organismos modificados genéticamente son seguros para el consumo humano pero, hasta donde yo sé, el nuestro es el único que estudia si serán seguros para el planeta”, declaró en febrero de 2004 el biólogo Richard Howard, de la Universidad de Purdue (EEUU). Exageraba. Científicos de la Universidad de Ohio, por ejemplo, habían analizado en 2003 más de 150.000 semillas cultivadas en México para buscar huellas de contaminación de genes de plantas transgénicas en el maíz nativo. No hallaron ni rastro, pero estos estudios eran poco conocidos cuando Howard se topó con una peligrosa carambola producida por un pez transgénico.
Su equipo, con dinero del Departamento de Agricultura de EEUU, descubrió con un modelo matemático (no en condiciones naturales) que la versión modificada genéticamente de una especie de pez, el medaka japonés, se reproducía tres veces más rápido que sus hermanos no transgénicos debido a su mayor tamaño. Sin embargo, por cada 100 crías naturales que llegaban a adultas, sólo 70 transgénicas lo conseguían. “Imagina un pastel, y que te comes un tercio al día. La mitad habrá desaparecido en dos días y en una semana sólo te quedará una décima parte. Es concebible que un efecto similar ocurra en las poblaciones de peces si un organismo modificado con estos genes troyanos se escapa”, alertaba Howard.
Su estudio, publicado en la revista PNAS, es la principal munición de las ONG que se oponen a los “peces frankenstein”. Para AquaBounty, la empresa que desarrolla el salmón transgénico, el riesgo es ínfimo. La compañía, que sólo venderá los huevos a las piscifactorías, asegura que todos sus salmones serán hembras estériles que se criarán en instalaciones cerradas. “Como estos peces son incapaces de reproducirse, no puede haber flujo genético a los salmones salvajes”, arguyen.
Sin embargo, al responsable de la campaña de Transgénicos de Greenpeace, Juan-Felipe Carrasco, no le tranquiliza esta respuesta. Señala que los salmones pueden “desequilibrar los ecosistemas” si llegan al mar, “como ha ocurrido con truchas no transgénicas de piscifactoría que han escapado y están compitiendo por su mayor tamaño con las poblaciones naturales”. Para Carrasco, es necesario cambiar el sistema. “Para dar de comer a este monstruo hay que pescar más y plantar más soja, porque consume pienso vegetal y animal. Lo que hay que hacer es consumir productos locales y de temporada y evitar los derivados animales, no producir salmones transgénicos”.

2010/03/03

La UE aprueba la patata transgénica

Fuente: Publico.

La patata transgénica Amflora, conocida por sus críticos como patata Frankenstein, es desde ayer el segundo producto transgénico de libre cultivo en la Unión Europea. El Ejecutivo comunitario tomó la decisión gracias al procedimiento que le permite aprobar unilateralmente el cultivo en caso de que no haya una mayoría de países claramente a favor ni en contra del cultivo. Para ello tuvo que desechar, tras un largo estudio, las dudas científicas que advierten de una resistencia del producto a los antibióticos, así como la falta de apoyo social que los transgénicos cosechan en buena parte de Europa. Es la segunda autorización de cultivo que toma la Unión Europea desde que en 1998 aprobase el maíz MON 810, comercializado por la multinacional estadounidense Monsanto y que resiste al ataque de algunos insectos.

La patata Amflora, diseñada por la empresa alemana BASF, no se dedicará al consumo humano, sino a la producción de almidón y piensos animales. La cultivarán agricultores que lleguen a acuerdos con la empresa creadora de la variedad, que espera aumentar sus beneficios en 30 millones al año. Los productores checos serán los primeros en adquirir la licencia para 150 hectáreas, informa Reuters.

La decisión acaba con un bloqueo de seis años y se produce semanas después del inicio del segundo mandato de José Manuel Durao Barroso. El presidente de la Comisión es un conocido entusiasta de los transgénicos, pero su hasta ahora comisario de Medio Ambiente, Stavros Dimas, tenía un perfil más escéptico.

"Hemos dado respuesta a todas las dudas científicas, particularmente a las que hacían referencia a la salud", aseguró el nuevo comisario de Salud, el maltés John Dalli, en su primera rueda de prensa. Según él, "cualquier retraso adicional habría sido injustificado". Para BASF, la decisión de ayer supone "un hito para los próximos productos innovadores que promoverán una agricultura competitiva y sostenible en Europa", en palabras de Stefan Marcinowski, uno de sus directivos.

Guerra científica

Tras conocer la decisión, Greenpeace alertó en un comunicado de que este organismo genéticamente manipulado (OGM) "crea un riesgo para la salud animal y humana inaceptable, así como para el medio ambiente". Según Marco Contiero, responsable del área de transgénicos, Barroso fue en los últimos seis años "incapaz de enterrar las pruebas científicas que cuestionan la seguridad de esta patata modificada".

La fortaleza del cultivo y su resistencia a algunos antibióticos puso en el pasado sobre alerta a los ecologistas, que advirtieron del riesgo para la salud de los humanos si esa resistencia se incorpora a la cadena alimentaria. Los científicos de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria alertaron en el pasado sobre los efectos para la salud humana de la patata, que sí se utilizará para fabricar piensos animales. La agencia, que provee de asesoramiento científico a las decisiones de la Comisión, sacó adelante el año pasado un nuevo dictamen con opiniones internas discordantes donde consideraba el riesgo remoto.

España, a favor de esta patata y de los otros cuatro productos, recuerda que las autoridades públicas y la Agencia de Seguridad Alimentaria española han certificado que son inofensivos para los humanos. Las dudas científicas que España mantuvo en el pasado "fueron incorporadas" a la decisión de ayer, aseguraron fuentes del departamento que dirige Elena Espinosa. El Gobierno "pone por encima de cualquier consideración la seguridad medioambiental y de los ciudadanos", aseguran.

La autorización del cultivo de Amflora, al igual que la del maíz MON 810, ha seguido un intrincado proceso técnico y político que ha puesto de relieve una división apasionada en el seno de la UE. El Gobierno ha apoyado sin demasiado entusiasmo las autorizaciones de organismos genéticamente modificados. No en vano, en España se produce el 80% del MON 810 cultivado en toda la UE. Otros países, como Austria, Hungría, Francia, Grecia, Alemania o Luxemburgo, han bloqueado sistemáticamente nuevos cultivos alegando sus propios análisis científicos.

Ante la falta de mayorías en el Consejo, la institución de los Gobiernos, la CE aprobó también la comercialización de otros cuatro transgénicos. El Ejecutivo comunitario propuso dar poder a los estados miembros para decidir si cultivan o no estos transgénicos, lo que pondrá fin al sistema europeo incumplido por varios de los grandes países en contra de nuevas autorizaciones. Como paraguas de la actuación de la CE en los próximos cinco años, Dalli presentará en verano una renovada estrategia para situar a Europa "a la vanguardia en la era de las nuevas tecnologías" agrícolas.

2010/02/15

"Muchos países piden cultivar transgénicos"

Fuente: Publico.

La semana pasada, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, anunció que la UE iniciará una nueva campaña en favor de los alimentos transgénicos. Cuando está a punto de publicarse el último informe del Servicio Internacional para la Adquisición de Aplicaciones de Biotecnología Agraria, el director de esta fundación dedicada a la difusión de los transgénicos, Clive James, ha visitado España para participar en una feria de biotecnología.

¿Qué opina del reciente anuncio de la UE?

Liberar el mercado es una decisión de desarrollo. Hay muchos países a los que les gustaría poder cultivar transgénicos, y muchos ministerios ya lo están pidiendo. Un país donde no se cultiven transgénicos estará en una seria desventaja.

Entonces, ¿hay que estimular estos cultivos?

Hay pruebas consistentes para apoyar esta tecnología. En cuanto a seguridad alimentaria, tienen un cero por ciento de riesgos. Son tan sanos como los tradicionales e incluso más. Respecto al medio ambiente, los cultivos modificados necesitan menos pesticidas y son más productivos, requieren menos superficie para producir más. Donde antes tenías un cultivo, ahora tienes dos, lo que reduce la necesidad de talar árboles para tierras de labranza. Además, ahorran agua, ya que no son tan exigentes. Los pueblos que cultivan transgénicos han incrementado su calidad de vida frente a los que no. El aumento de productividad entre 1996 y 2007 ha generado unos 32.000 millones de euros.

¿Quién se beneficia de esta ganancia?

El 40% de las hectáreas de producción están en países en desarrollo. Durante 2008, 12,3 millones de granjeros con pocos recursos adoptaron estas tecnologías. No nos sorprende, porque ellos saben que generan beneficios.

¿Pueden contaminarse las especies originales?

Eso no es un riesgo. Muy pronto la tecnología conseguirá que los genes de los trangénicos no se transfieran. Mientras tanto, sólo hay que aislar los cultivos. Sin embargo, la transferencia de genes es evolución natural y la ha habido toda la historia.

¿Por qué mucha gente aún rechaza estos cultivos?

Lo hacen por razones políticas, no científicas. Los humanos no toleramos bien los cambios, estamos más cómodos con lo mismo de siempre. Las políticas de la UE se basan en la innovación, y esta es la tecnología mas innovadora que hay en cultivos. Europa tiene que practicar lo que predica.

¿Qué opina de la actual política de transgénicos?

Es una mala decisión rechazar esta oportunidad, cuando hay tantas pruebas de sus beneficios. La legislación actual es el factor que más dificulta el aumento de los cultivos transgénicos.

2010/02/10

Bruselas relanza su apoyo a los transgénicos

Fuente: Publico.

Tras cinco años de reveses, el presidente de la Comisión Europea iniciará una nueva campaña en favor de los productos transgénicos. José Manuel Durao Barroso vio durante los últimos cinco años cómo los 27 rechazaban en varias ocasiones la legitimación de especies como el maíz MON 810, diseñado por el gigante estadounidense Monsanto y actualmente en producción en países como España. Con la nueva legislatura, que arranca hoy tras la confirmación ayer de su nuevo equipo, Bruselas propondrá un "sistema más eficaz", un "marco legal y preciso" para las sustancias, aclaró ayer un portavoz. Monsanto espera una renovación por diez años de la licencia que le permite cultivar su maíz en suelo europeo, pese a la oposición de Francia y Alemania. Barroso, gran defensor de los transgénicos, ha pedido a John Dalli, comisario de Sanidad que hoy estrena su cargo, que se ponga manos a la obra para idear un sistema que combine "la autorización comunitaria, basado en la ciencia, con la libertad de los Estados para decidir" si cultivan o no estos alimentos.

Según algunas fuentes, detrás de esta urgencia se esconde la voluntad renovada de presionar a los 27 y conseguir que levanten las restricciones. Hasta ahora, sólo está permitido el cultivo del MON 810, pero hay más empresas que aguardan un veredicto. La alemana BASF espera ver pronto aprobado el cultivo de su patata transgénica.

El presidente de la CE se basa en informes de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (AESA), criticados por los ecologistas por su falta de independencia.

India aplaza los cultivos modificados

Las protestas de ecologistas y agricultores han llevado al Gobierno indio a aplazar el cultivo comercial de la berenjena transgénica, el primer vegetal modificado que se iba a introducir en el país. India esperará el resultado de nuevos estudios que ofrezcan más seguridad para la salud de los consumidores y el medio ambiente, informa Elisa Reche desde Nueva Delhi.

Brasil lanza dos nuevas variedades de soja transgénica

Fuente: Pueblo en Linea.

La estatal Empresa Brasileña de Pesquisa Agropecuaria (Embrapa) lanzó el día 8 dos nuevas variedades de soja transgénica desarrolladas en el país, que son resistentes al glifosato y que cuentan con un ciclo de maduración precoz.

Los cultivares transgénicos BRS 249RR y BRS 295RR fueron lanzados este lunes en el primer día del Show Rural Coopavel, una de las mayores ferias agrícolas del país y tradicionalmente organizada en la ciudad de Cascavel.

Los transgénicos fueron desarrollados por científicos de la Embrapa, el principal centro mundial de investigación en agricultura tropical, y de la Fundación Meridional.

Como en su composición genética fue introducido el gen RR tienen como gran diferencial la resistencia al glifosato.

"Las dos cultivares asocian características importantes para el mercado de soja. La precocidad permite realizar dos cultivos durante el verano. El sembrado más temprano también facilita el control de la roja de la soja",según Geraldo Estevan, investigador de la Embrapa y uno de los responsables por el proyecto.

Los transgénicos fueron lanzados dos meses después de que la Comisión Técnica Nacional de Bioseguridad del gobierno brasileño aprobara el cultivo y la comercialización de otro transgénico de soja que se convirtió en el primer organismo genéticamente modificado desarrollado por científicos del país en contar con licencia.

La soja transgénica aprobada en diciembre pasado fue desarrollada gracias a una acuerdo que la Embrapa firmó con Basf en 2007 y por el que la multinacional cedió el gen ahas de tolerancia a herbicidas.

Brasil es el segundo mayor productor de soja del mundo, con una cosecha que se aproxima a las 60 millones de toneladas, y el mayor exportador mundial del producto.

El transgénico BRS 294RR, además de su gran precocidad, posee resistencia a la enfermedad que pudre la planta y un gran desempeño en regiones con altitud superior a 700 metros.

El cultivar BRS 295RR, además de la precocidad y excelente rendimiento,cuenta con resistencia al nematoide de cisto, otra enfermedad que afecta la soja, y buen desempeño en regiones de baja altitud.

Las nuevas variedades son indicadas para el cultivo en los estados brasileños de Paraná, Sao Paulo, Santa Catarina y Mato Grosso do Sul, que figuran entre los mayores productores nacionales de la oleaginosa.