A pesar de los avances de la investigación y de la tecnología, las incógnitas que despierta el Universo pueden ser comparables con su propia inmensidad. Incluso el botón de inicio del cosmos, el Big Bang, es sólo una teoría y poco se sabe de cómo y porqué el Universo ha ido conformándose hasta alcanzar su estado actual. Por ello, averiguar cómo era éste en su origen, cuando las primeras estrellas empezaron a alumbrar su crecimiento, será el objetivo principal de la investigación astronómica en EEUU durante la próxima década. La decisión ha sido tomada por los más de 300 expertos que han redactado el Astro Decadal Survey 2010, un documento que establece cuáles deben ser los retos de la astronomía hasta 2020.
La hazaña de sopesar qué aspectos científicos deben seguir siendo financiados y cuáles no ha sido liderada por la Academia Nacional de Ciencias de EEUU (NAS). Un comité formado por 23 astrónomos y astrofísicos de la NAS ha coordinado la actividad de otros 300 expertos subdivididos en 11 paneles, que fueron distribuidos en función del objeto de análisis. En total, se han valorado alrededor de 100 proyectos, una cifra "diez veces superior a lo que la investigación científica puede afrontar bajo un presupuesto realista", asegura el documento.
El trabajo de los diferentes paneles adquirió la forma de una serie de recomendaciones, bajo las cuales el comité principal ha valorado las diferentes opciones en función de las limitaciones económicas y temporales. La decisión final "ofrece posibilidades en muchas de las disciplinas astronómicas, pero no todas las áreas pueden ser una prioridad", explica a Público la profesora de Astronomía del Instituto de Tecnología de California, Lynne Hillenbrand, una de las coordinadoras del estudio.
El origen de todo
Los proyectos vencedores han sido aquellos centrados en desvelar cómo era el Universo en su juventud. "Nos enfrentamos a un gran misterio: cómo y cuándo se formaron las primeras galaxias y las estrellas más jóvenes empezaron a brillar", se pregunta Hillenbrand. Se calcula que ambos fenómenos tuvieron lugar 500 millones de años después del origen del cosmos, frente a los 13.700 millones de años en los que se estima su edad actual.
Para revelar estas incógnitas, los proyectos intentarán localizar restos perdidos en el espacio de los primeros átomos de hidrógeno que se descompusieron en sus partes más pequeñas debido a la acción de la luz. Además, se llevarán a cabo ejercicios de paleontología cósmica que buscarán estrellas excepcionales con bajísimas concentraciones de elementos pesados.
Cotillear en las edades más tempranas del cosmos no será la única misión prioritaria de la astronomía hasta 2020, puesto que el documento mantiene el énfasis en la búsqueda de nuevos mundos.
Esta rama de la investigación ha crecido muchísimo en los últimos años. En la actualidad ya se han detectado 500 de estos cuerpos, llamados exoplanetas, desde que se descubriera el primero en 1989. No obstante, de momento ninguno de ellos ha mostrado la capacidad de ser habitable por humanos, por lo que el informe sitúa este objetivo como el segundo más importante en la investigación astronómica. "Debemos entender la frecuencia de los diferentes tipos de exoplanetas y desarrollar estrategias para estudiar en detalle a los vecinos más similares a la Tierra", explica Hillenbrand.
La ambición del comité del Astro Decadal Survey 2010 no acaba con estas dos misiones, ya que los expertos proponen un último objetivo: aumentar el conocimiento de la física del Universo. Los científicos quieren desvelar las propiedades de la energía oscura, "responsable de la desconcertante aceleración de la expansión del cosmos", cuenta Hillenbrand, así como de la materia oscura, "que probablemente se compone de nuevos tipos de partículas elementales", añade. Por último, se comprobará la Teoría de la Relatividad de Einstein en sistemas de agujeros negros. "La importancia de la investigación científica no sólo radica en la creación de conocimiento, también es una forma de estimular el interés de los jóvenes por la ciencia", concluye la experta.
Las misiones que ya no son una prioridad
‘SIM’La Misión de Interferometría Espacial (SIM, del inglés) es uno de los proyectos que ya no figura como prioridad en la futura investigación astronómica. Aunque sí aparecía entre los proyectos destacados del informe de 1991, la versión actual lo ha descartado por haber dejado de ser competitivo debido a su coste.
‘EXIST’
Este telescopio de infrarrojos también ha desaparecido del documento pese a haber figurado en el ‘Astro Decadal Survey 2001’. Al igual que el ‘SIM’, el telescopio ‘EXIST’ ha dejado de ser competitivo.
‘ARISE’
Este detector de ondas también aparecía en el informe de 2001. No obstante, ha sido suprimido de la lista de prioridades astronómicas debido a que sus objetivos pueden ser satisfechos por dos programas japoneses en curso.
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