Al Gillen, analista de IDC, ha asegurado que Windows 7 será "la última gran actualización del entorno Windows para el cliente tal y como lo hemos conocido durante la última década". Su ciclo de adopción y reemplazo en las empresas durará entre cinco y siete años y, para entonces, la industria habrá cambiado mucho.
Según Gillen, que piensa que en cualquier caso Windows 7 será un gran éxito, los ordenadores de los usuarios finales serán cada vez menos importantes porque las aplicaciones y los datos se moverán a la nube, "ayudando en el proceso a romper la dependencia en clientes pesados y procesamiento local". Chrome OS sería, por tanto, la vía a seguir, también por Microsoft.
No obstante, este tipo de predicciones llevan haciéndose desde hace años sin que llegue nunca a abandonarse los ordenadores potentes que ejecutan y almacenan los datos localmente. Además, esto no significaría que Microsoft no sacase nuevos sistema operativos, sino que no supondrían un gran cambio.
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