"Inglés Práctico: Gramática por Correspondencia", un libro gigante de 1973 publicado por la ex Unión Soviética se encuentra sobre una pila de textos en el escritorio del bibliotecario de la escuela primaria Grigor Prlichev, en Macedonia.
Es un buen libro para aprender inglés, afirma.
En una habitación a lo largo del pasillo, tras una puerta metálica cerrada con llave, hay hileras de cajas de ordenadores sin abrir, esperando a ser instalados bajo un programa de 60 millones de euros, pensado para dar a cada alumno del sistema escolar acceso a la tecnología.
El primer ministro prometió un ordenador por cada estudiante durante su campaña electoral a principios de año en el país de los Balcanes sin salida al mar. Macedonia aspira a entrar en la Unión Europea en los próximos años, y espera que la tecnología le ayude a impulsar su economía.
Pero como ocurre con frecuencia en los casos con ambiciosos planes para educar con la ayuda de la tecnología, la brecha entre la idea y la realidad es muy amplia.
Actualmente la escuela no dispone de suficiente dinero para comprar materiales básicos de limpieza como desinfectantes o trapos, agregó la funcionaria, pero se mostró entusiasmada con el programa: "Es una buena idea gastar el dinero en ordenadores: Macedonia necesita avanzar".
"Si queremos estar actualizados debemos informatizar nuestra nación. Debemos empezar por los estudiantes desde temprana edad", dijo el ministro de educación de Macedonia, Nikola Todorov.
Macedonia compró 165.000 ordenadores a Haier, el mayor fabricante chino de artículos para el hogar.
El fabricante de procesadores Intel vendió a Macedonia otras 53.000 computadoras portátiles a 340 dólares cada una, dijo Ivo Ivanovski, el ministro de Información.
Aunque los números ascienden a poco menos de 360.000 estudiantes, debido a que las escuelas funcionan en dos turnos, todos los niños tendrán acceso a una computadora al estar en clase, indicó el ministro.
El país también comprará 22.000 ordenadores portátiles Acer para los maestros, señaló Ivanovski.
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