El reciente revuelo que causó el posible default (cesación de pagos) del más importante fondo estatal de Dubai, el Dubai World, puso sobre el tapete la gigantesca deuda fiscal de los países desarrollados.
Estados Unidos se ha convertido en el mayor deudor planetario y, según la Comision Europea, el deficit promedio de los 16 países de la eurozona es del 6,4% este año.
La Unión Europea (UE) calcula que este deficit crecerá el año próximo a un 6,9, es decir, más del doble del permitido por el Pacto de Estabilidad.
Según dijo a BBC Mundo Russel Jones, director de Análisis Macroeconómico de RBC Capital Markets, el fantasma de un default soberano está en el aire desde el comienzo de la crisis financiera internacional.
"Dubai ha reavivado este fantasma. Nos ha recordado que hay serios problemas fiscales en el mundo desarrollado. Para los mercados se ha convertido en una fuente potencial de volatilidad", señaló Jones.
Zorba el Griego
Desde la caída del Lehman Brothers en septiembre de 2008, el FMI ha intervenido con fondos de emergencia en una docena de países pobres o en vías de desarrollo para evitar un default o enviar una señal de confianza a los mercados que evite futuras zozobras.
La UE ayudó a apuntalar a los miembros más débiles del bloque europeo como Hungría, Rumania y Letonia.
Pero pasado el primer aguacero, países emergentes poderosos como China o Brasil, están perfilándose como refugios más seguros para los inversores que algunas naciones desarrolladas.
Si se toma un instrumento de medición de riesgo de default soberano como es la relación entre deuda-Producto Interno Bruto, el cálculo hoy es que en 2010 la deuda de Japón duplicará su PIB mientras que la de Estados Unidos será de un 97%.
En comparación la relación deuda-PIB en China y Brasil es 46% y 65% respectivamente.
En Europa los inversores siguen muy de cerca la evolución de cinco países considerados vulnerables, que agrupan por la letra inicial de su nombre en inglés bajo la sigla PIGS: Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y España.
En algunos estados la situación es crítica.El deficit público de Grecia será este año un 12,7% de su PIB, cuatro veces más que el permitido por esa regla fundamental de la fundación del euro que es el Pacto de Estabilidad.
Navajazo fiscal
En su borrador de presupuesto de 2010 el gobierno griego se compromete a reducirla a un 9,1%, pero una buena parte de esta recuperación fiscal se monta alrededor de la incierta promesa de combatir la evasión tributaria.
El dilema que enfrentan estos países es el mismo que el resto de naciones del mundo desarrollado.
"No pueden achicar el gasto fiscal ahora porque la recuperación económica es demasiado frágil. Por otro lado tampoco pueden ignorar el problema. Por el momento, lo mejor que pueden hacer es plantear una estrategia a mediano plazo para que los mercados comprendan que hay conciencia del problema", dice Jones.
En noviembre la Unión Europea acordó propuestas para reducir el fuerte deficit fiscal de 13 naciones al 3% para 2014.
El problema es de "timing" -en qué momento tomar las acciones-. Si se apura el navajazo fiscal, se puede ahogar la recuperación como ocurrió en Estados Unidos durante la depresión del '30 o con Japón en la década del '90.
El laberinto económico
En una crisis como la actual el laberinto de las decisiones económicas está plagado de estos dilemas. El más grave lo plantea la realidad misma.
Si la economía no vuelve a la senda de un crecimiento sostenido pronto, la deuda para financiar el déficit seguirá creciendo porque una de las consecuencias más perversas de una recesión es que al bajar la actividad económica, disminuye la recaudación y crece el desequilibrio fiscal.
Hasta el momento el estado ha sido el gran motor de la incipiente recuperación económica global con sus paquetes de estímulo fiscal pero, según dijo a BBC Mundo Graham Secker, analista de Morgan Stanley, esta estrategia se ha agotado.
"Los estados no pueden seguir endeudándose para financiar nuevos estímulos fiscales porque se expondrían a un fuerte deterioro de sus monedas. De manera que de ahora en adelante la clave es el crecimiento. Si no hay crecimiento en 2010, el nerviosismo será muy grande", señaló Secker.
Para el sector financiero, origen de la debacle global, la situación fiscal es particularmente preocupante porque muchas entidades pudieron librarse de sus activos tóxicos -deudas incobrables- canjeándolos con bonos del estado cuya cotización (incluída en el haber bancario) podría desbarrancarse si persisten o se intensifican las dudas sobre un posible default.
¿Se trata de escenarios futuros que se pierden en un brumoso largo plazo?
Según los analistas estamos hablando de una situación que se tendrá que definir entre el 2010 y 2011.
"La economía de los países desarrollados no se recuperará de un salto. Tenemos por delante 12 meses de incertidumbre", señaló a BBC mundo Russel Jones.
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