Los libros electrónicos serán una nueva revolución para el sector, pero su integración en la sociedad tardará todavía un año más. Tiempo que servirá para mejorar la oferta, todavía muy limitada.
El auge del consumo tecnológico en los últimos años ha sido extremo. En menos de quince años, millones de hogares se han transformado en verdaderos centros de comunicación. No hay que olvidar a que velocidad se han incorporado los ordenadores personales en las casas hasta convertirse en un electrodoméstico más, como se ha multiplicado y mejorado el parque de conexiones a Internet, como la llegada de la Televisión Digital Terrestre (TDT) ha sido aceptada como algo natural o como se ha integrado en la sociedad de la telefonía móvil.
Por esta razón, resulta lógico que muchas compañías tecnológicas hayan decidido apostar por dar un paso adelante en lo que se refiere a los libros electrónicos (e-books) y a sus soportes de lectura, también conocidos como readers. Sin embargo, y a pesar de las noticias sobre el increíble éxito de ventas del Kindle, el lector de e-books del gigante Amazon, el mercado español todavía no parece estar maduro para recibir este nuevo artilugio.
El problema no se debe a que los ciudadanos no estén preparados, ni a que los editores no hayan hecho sus deberes y mucho menos a que las empresas no tengan los dispositivos preparados. Lo que sucede es que la demanda de e-books en España no es, por ahora, consistente ni económicamente sostenible y la oferta, por esta misma razón, está evolucionando de manera lenta.
Sin embargo, no hay que desesperar y tampoco se debe dejar de lado una herramienta que podría cambiar el mundo de la lectura y renovar un sector que lleva muchos años esperando una nueva revolución.
Objetivo: 2010
De hecho, las cifras de facturación españolas del e-book no han cesado de mejorar desde 1999. Según explicó Antonio María Ávila, director ejecutivo de la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE), en el seminario El e-book, a examen. Su incidencia en la industria editorial, la cuota de venta de los libros electrónicos en España, en 2008, fue del 1,33%, con 42 millones de euros, un 21% más que el año anterior, y estimó que ese incremento en 2009 será cercano al 10%.
Jorge Gallego, responsable del lanzamiento del reader de Sony en España, también se mostró un tanto escéptico ante la situación actual del mercado español, pero aseguró que los soportes de lectura se convertirán sin ninguna duda en el regalo estrella de las Navidades del 2010. “Todavía no tenemos una fecha cerrada para la puesta a la venta de nuestro reader, pero estamos hablando con los editores y cuando haya una oferta suficiente en calidad y en cantidad lo lanzaremos”, añadió Gallego.
Sea como sea, ya existen decenas de lectores de libros electrónicos en el mercado y según las estimaciones de Sony, 2009 finalizará con unos 60.000 lectores de diversas marcas vendidos en España. Una cifra que “no es excelente, pero tampoco está mal”, comentó Gallego .
Otros problemas
Además de las dificultades para cuadrar la oferta y la demanda, el e-book también se enfrenta a otros problemas, como los fiscales –todavía no se sabe que IVA se le asignará– o los de digitalización, ya que todavía existen pocas compañías que programen en el lenguaje utilizado por el formato e-book.
Por otro lado, los libros electrónicos también deberán luchar contra la piratería digital, aunque según Jesús Badenes, director de la División Editorial de Librerías del Grupo Planeta, el e-book se va a beneficiar del trabajo que se ha realizado para contrarrestar la piratería que ha afectado tanto a la música y como al cine.
Badenes consideró además que la regulación del libro digital –del que según él se podrían vender tres millones de unidades en los próximos cinco años– “se someterá a cánones más normales”.
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