El físico Albert László Barabási, experto internacional en teoría de redes y autor del libro Linked. The new science of Networks, ha señalado que las redes sociales e internet funcionan de forma similar a un organismo vivo y responden a sus mismas reglas en la conferencia «Redes y propiedades emergentes» del ciclo «Los debates abiertos de Fundación Telefónica».
El profesor Barabási, de origen rumano, es un reconocido y prestigioso físico de la Northeaster University de Boston. Se ha dado a conocer por sus investigaciones acerca de redes libres de escala y las redes biológicas. Anteriormente, ejerció su labor docente en la Universidad de Notre-Dame (Indiana, EE.UU.), donde impartió clases de Física, dirigió la investigación sobre redes complejas y coordinó el proyecto de Redes auto-organizativas de dicha universidad.
Han acompañado al conferenciante en una mesa redonda moderada por la periodista Mara Torres el director de comunicación de Tuenti, Ícaro Moyano, y el director general de Cink y blogger económico, Marc Vidal. Además, se ha podido participar en el debate con preguntas a través de Twitter en @fundacionTef y el acto se ha podido seguir en directo en la dirección: www.fundacion.telefonica.com/debateyconocimiento.A juicio del físico rumano, la ciencia de las redes es un intento de estudiar las redes emergentes sirviéndonos de unas reglas básicas, ya que las redes y las células de un organismo vivo funcionan de una manera muy parecida. Incluso las estructuras de las distintas redes son bastante similares. Barabási ha indicado que en 1960, gracias a la teoría de la red del modelo aleatorio ideada por los matemáticos húngaros Paul Erdös y Alfréd Rényi, se descubrió que cada red está formada por nodos que se encuentran entrelazados e interconectados de forma aleatoria. Los nodos, para los dos matemáticos, se interconectaban al azar y más tarde de par en par… hasta que, en palabras de Barabási, «la red surge en algún momento mágico». Sin embargo, según el autor de Linked esa conexión no se produce simplemente al azar, sino que obedece a un «orden inherente»: «pensábamos que la gente enlazaba de forma aleatoria y, evidentemente, si la sociedad fuera aleatoria, la mayor parte de la gente tendría el mismo número de amigos, sería una sociedad de medias muy democrática; pero esto no es así».
Ha añadido además que «si la Red fuera aleatoria, sería como la red de carreteras de Estados Unidos, con sus enlaces –las carreteras– y sus nodos –las ciudades–». Por el contrario, en la World Wide Web nos encontramos con algo más parecido a las redes aéreas: «se trata de sitios que, en lugar de ser muy democráticos y con nodos estándar, hay unos pocos nodos principales encargados de sostener la estructura en red y muchos prescindibles».
También Barabási ha hablado de las comunidades on line, que corroboran esta visión de la Red y en las que algunos usuarios tienen muy pocos amigos y otros en cambio pueden llegar a tener miles. Por otra parte, este hecho también se comprueba al estudiar las llamadas «redes sin escala», que tienen pocos nodos principales y experimentan el efecto del «mundo pequeño», donde las personas se encuentran las unas de las otras «a seis o a menos de seis personas.: “Podemos encontrarnos al azar a dos personas en el mundo y comprobar que se encuentran conectadas entre sí a una distancia de seis o menos personas, porque hay vínculos que ni siquiera conocen».
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