Fuente: La Nacion.
Para Alfonso Cortina de Alcocer los retos profesionales son cosa seria. Quizás por su formación, ingeniero superior industrial y economista, nada, ni el más mínimo detalle, deja que el azar decida por él. Confía en su propia capacidad y en la de los expertos que lo rodean: "En mi vida profesional siempre creí que centralizar es un fracaso; sobre todo con gente que sabe mucho más que uno. El secreto es saber delegar, tener sentido común e intuir por dónde va a venir la rentabilidad", le confesó a la revista dominical del diario español El Mundo, pocos meses atrás.
La historia corrobora que expresa lo que siente. A pesar de su falta de experiencia en el negocio petrolero, Cortina fue nombrado presidente de Repsol en 1996. Sólo tardó dos años y medio para convertir a Repsol en la décima petrolera del mundo manteniendo un fuerte aumento en los beneficios. Cortina conoce muy bien la Argentina y su gente. Fue él quien cerró la fusión con YPF. Ya retirado de la petrolera, aún hoy sigue la actualidad argentina casi a diario a través de la versión online de lanacion.com.
Otro amor, más antiguo - lo conoció cuando contaba con poco más de 20 años de edad -, ocupa actualmente una importante parte de su día: el arte del vino.
Cortina compró, en 1993, una finca en el corazón de los Montes de Toledo, en el área de influencia del Parque Nacional de Cabañeros, al sur de Madrid. Fiel a su creencia, en 1997 inició la planificación y el diseño del viñedo contando con el asesoramiento del mundialmente famoso experto australiano en viticultura Richard Smart y de su amigo Carlos Falcó. Nueve años más tarde, el rey Juan Carlos I inauguraba la bodega Pago de Vallegarcía.
Esta vez Cortina no sacó petróleo del subsuelo, sino excelentes vinos de sus uvas. Pronto, el blanco Viognier comenzó a venderse con éxito. Los Vallegarcía Syrah, Cabernet Sauvignon, Merlot, Petit Verdot, se están abriendo paso en el mercado español. El pasado 8 de septiembre, en una cata organizada por María Isabel Mijares y con la presencia de Rafael Ansón, presidente de la Academia Española de Gastronomía, Cortina presentó sus nuevas cosechas Viognier, Cabernet Sauvignon y Syrah. La aceptación de los expertos fue unánime. Ahora sólo falta la opinión del otro gran jurado: el consumidor. Cortina espera confiado en su finca. Y no es un mal sitio. A pocos kilómetros de la residencia familiar, se levanta el edificio de la bodega, considerado espectacular por su diseño arquitectónico "que recuerda a bodegas como Opus One o Catena Zapata, mientras su tecnología de vanguardia la sitúa entre las más futuristas de España", según la prensa local.
Está claro que para este empresario madrileño negocios y armonía hacen un maridaje perfecto.
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