Aunque el uso de los famosos como herramienta de márketing es muy habitual en Suiza, los 3,6 millones de euros abonados por la cadena de supermercados Migros para ofrecer un concierto de los Rolling en exclusiva a sus clientes ha batido todos los records, según publica la revista helvética Bilan en su último número. (LA GACETA DE LOS NEGOCIOS).
Corrían los terribles años 70. Había un ramillete de crisis —energética, existencial, política...— para escoger el camino de la propia decadencia, y el rock parecía declinar en un confuso marasmo. Entonces los Rolling Stones, esos chicos malos y feos, cantaron aquello de Es sólo rock and roll pero me gusta. La salvación. Décadas después, sus Satánicas Majestades abdican sin rubor en favor del márketing.
Aunque el uso de los famosos como herramienta de márketing es muy habitual en Suiza, los 3,6 millones de euros abonados por la cadena de supermercados Migros para ofrecer un concierto de los Rolling en exclusiva a sus clientes ha batido todos los records, según publica la revista helvética Bilan en su último número.
Fieles del supermercado
El espectáculo tendrá lugar el 11 de agosto en el estadio de Lausanne y estará reservado para 30.000 clientes de Migros que sean titulares de su tarjeta de puntos, ya que la cooperativa pretende con esta ampulosa iniciativa celebrar que su sistema de fidelización cumple diez años.
La locura transitoria de esta cadena de supermercados no es más que el exponente más llamativo de una tendencia: las grandes inversiones que empresas de todo el mundo están dispuestas a acometer por tener a un famoso a su servicio.
Un año de contrato con Catherine Zeta-Jones le cuesta cerca de 16 millones de euros a T-Mobile; Angelina Jolie, cerca de tres a la marca de ropa St. John; Gwyneth Paltrow, 2,2 millones a Estée Lauder, y Jessica Simpson, unos 1,8 millones a Guthy-Renker. Y en los últimos años también han recibido más de un millón, por un año de relación comercial, personajes como Julia Roberts con Gianfranco Ferré, Brad Pitt con Heineken o Scarlett Johansson y Penélope Cruz con L’Oreal, informa Efe.
Iniciado en 1955 por Marilyn Monroe con su famoso comentario de que sólo dormía con unas gotas de Chanel número 5, la relación comercial entre las estrellas y las empresas cada vez es más estrecha, más sofisticada y más cara.
Tal es la inflación de ese nuevo mercado, que mientras que la mítica actriz y cantante no cobró un sólo duro por aquella frase sobre Chanel, Nicole Kidman recibe de esa misma casa de perfumes cerca de tres millones de euros al año.
En declaraciones a la revista suiza, el director de la agencia publicitaria especializada en este segmento GlamCom, Vincent Fischer, asegura que el sector sufre una inflación anual que ya se aproxima al 25%.
Además, asegura que el caché de los famosos absorbe cerca del 10% de presupuesto de comunicación y publicidad de las empresas, y llama la atención sobre la explosión de ese mercado en Suiza, donde el lujo es una seña de identidad nacional.
Pese a las grandes inversiones, el negocio debe de ser rentable: Nespresso reconoció hace poco que al menos una cuarta parte de su asombroso crecimiento de 2006 es directamente imputable al efecto George Clooney.
Fuente: Vaporcito.
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