El último intento de contactar con vida inteligente extraterrestre ya está en marcha. Más de 25.000 mensajes escritos por terrícolas fueron lanzados el viernes desde un complejo de la NASA en Australia hacia Gliese 581d, un planeta situado a 194 billones de kilómetros de la Tierra, en la constelación de Libra, que podría reunir las condiciones para albergar vida alienígena. Si este es, como se anhela, un cuerpo celeste poblado, sus habitantes recibirán los recados en diciembre de 2029, cuando las señales de radio recorran los 20,3 años luz que separan los dos planetas.
Si los gliesianos existen, y además poseen una inteligencia similar a la de Guillermo Marconi, el inventor de la radio, y dominan el inglés y el código binario, se encontrarán con mensajes como: "Colegas alienígenas, necesito entradas para Pearl Jam"; "¿Cómo está Elvis?" y "Estáis invitados a las fiestas del Pilar". Los mensajes, procedentes de todo el mundo, fueron recopilados a través de la página Hellofromearth.net (Hola desde la Tierra) por la revista Cosmos, que ha organizado la iniciativa con el apoyo de la NASA y el Gobierno de su país para celebrar el Año Internacional de la Astronomía. Los propios organizadores admiten que no esperan ver ovnis visitando Zaragoza en 2051, la fecha más temprana en la que los hipotéticos gliesianos podrían responder a la llamada terrrestre.
"Enviar una pequeña señal a la inmensidad del espacio es un poco como gritar socorro en el fondo del océano, pero esto no significa que este tipo de llamadas cósmicas esté condenado al fracaso", apuntan en la web. Su esperanza está basada en las predicciones del astrónomo Frank Drake, autor en 1960 de una célebre ecuación para calcular el número de civilizaciones extraterrestres de la Vía Láctea, la galaxia por la que deambula la Tierra. Según los organizadores de Hello from Earth, que se apoyan en las conclusiones de este astrónomo, puede existir vida inteligente en una de cada 10 millones de estrellas.
El propio Drake no está tan ilusionado con el proyecto como sus promotores. "Estas iniciativas sólo son útiles para enseñar a la gente que podemos enviar mensajes a través del espacio interestelar. Pero los mensajes concretos de Hellofrom Earth son tonterías, porque se envían en lenguajes terrícolas que serán incomprensibles para los extraterrestres", explica a Público. "Sólo podrían funcionar si se adjuntara un libro de texto para aprender idiomas", bromea.
Mensajes simbólicos
Este veterano científico sabe de lo que habla. En 1972, diseñó junto a Carl Sagan las placas con mensajes simbólicos que se incorporaron a las sondas espaciales Pioneer 10 y 11, por si alguna civilización extra-terrestre las interceptaba. En cada lámina, grabaron las figuras desnudas de un hombre y una mujer (sin la vulva, por mojigatería) y un rudimentario mapa del Sistema Solar. Fue el primer mensaje físico destinado a alienígenas que se envió desde la Tierra.
Poco después, Drake, entonces en la Universidad de Cornell, repitió. Fue el autor del conocido como mensaje de Arecibo, emitido desde el telescopio puertorriqueño del mismo nombre el 16 de noviembre de 1974. Esta vez, la misiva para los extraterrestres era más compleja. Drake, de nuevo junto a Sagan, concibió un mensaje en código binario en el que intentaba transmitir la estructura de la hélice de ADN, el número de protones de los elementos químicos fundamentales para la vida tal y como la conocemos y otras informaciones útiles para explicar qué es un ser humano.
Drake todavía confía en que alguien responda. "Pero no antes de 50.000 años", matiza. El radiotelescopio de Arecibo envió el mensaje, mediante ondas de radio, hacia un cúmulo de estrellas de la constelación de Hércules, el Messier 13, situado a 25.000 años luz de la Tierra. La señal tiene que recorrer el camino hasta sus posibles destinatarios y la respuesta tardaría en llegar, al menos, la misma cantidad de tiempo.
No hacen falta más mensajes
A sus 79 años, Drake todavía trabaja para contactar con los alienígenas. Fue uno de los fundadores del Instituto SETI de EEUU, dedicado a la búsqueda de inteligencia extraterrestre, y aún hoy es director del Centro Carl Sagan para el estudio de la vida en el universo. En su opinión, tentativas ingenuas como la de Hello from Earth trivializan su trabajo. "Hacen que parezca sencillo comunicar con los extraterrestres", se lamenta.
De hecho, el astrónomo cree que ya no es necesario llevar a cabo más intentos de notificar la existencia del ser humano a posibles vecinos espaciales. "Ya enviamos muchos mensajes que nos describen con detalle, sobre todo programas de televisión, que una civilización alienígena avanzada podría capturarlos con facilidad. Cualquier mensaje adicional es innecesario", aclara.
El director de Composición de Mensajes Interestelares del Instituto SETI, Douglas Vakoch, tampoco confía en obtener una respuesta del planeta Gliese 581d. "No podemos contar con que una civilización que haya evolucionado de manera independiente comprenda inglés, chino, suajili o cualquier otra lengua natural. Pero es difícil imaginar una civilización que sea capaz de comunicarse a través del universo y sea incapaz de entender que dos más dos son cuatro", opina.
La mayor parte de los científicos involucrados en la búsqueda de inteligencia extra-terrestre cree que las matemáticas pueden ser el lenguaje universal que permita relacionarse a seres vivos avanzados de diferentes planetas. El propio Instituto SETI puso en marcha recientemente Earth Speaks (la Tierra habla), un programa similar a Hello from Earth, que pretende recoger respuestas a las preguntas: "Si descubrimos vida inteligente más allá de la Tierra, ¿deberíamos responder? Si la respuesta es sí, ¿qué deberíamos contestar?".
Aunque las réplicas no se enviarán al espacio, la respuesta ha sido masiva. Muchas de ellas proponen el lenguaje matemático para contactar con los alienígenas, a través de la aritmética o de series de números primos. Pero para Vakoch, además de la forma del mensaje, es importante su contenido. Su propuesta es sorprendente: menos imágenes idílicas del ser humano y más sinceridad.
"Reconocer nuestros errores"
Según el investigador, los responsables de las sondas espaciales Voyager que fueron lanzadas en 1977 con imágenes y sonidos de la Tierra "excluyeron a propósito representaciones de guerras, pobreza y enfermedad". A su juicio, "reconocer nuestros errores y debilidades sería un buen punto de partida para una conversación interestelar que pueda mantenerse a lo largo de generaciones".
El locutor del programa de radio ¿Estamos solos?, producido por el Instituto SETI, el astrónomo Seth Shostak, tampoco da un duro por el éxito del proyecto Hello from Earth. Incluso se atreve a hacer una apuesta: "Si alguien en Gliese 581d responde, invitaré a todos los lectores de Público a una cena".
La crisis corta la comunicación con los extraterrestres
La diplomacia interestelar no parece una prioridad en tiempos de crisis económica. Uno de los responsables del Instituto SETI de EEUU, Frank Drake, admite que su organización tiene "mucho menos dinero" para buscar vida inteligente extraterrestre, ya que sus ingresos dependen básicamente de las donaciones privadas, y "la recesión económica ha reducido drásticamente la capacidad de estas personas y fundaciones para contribuir". Sin embargo, el astrónomo confía en el plan de estímulo del Gobierno de Barack Obama, que apoyará de manera general la investigación en astrobiología de EEUU.
En 2006, la mitad de los casi 10 millones de euros del presupuesto del SETI procedía de los fondos de la NASA, según la web Space.com. Entonces, los recortes presupuestarios en la división de astrobiología de la agencia espacial hicieron peligrar los salarios del medio centenar de científicos que trabajan en el SETI. La búsqueda de inteligencia extraterrestre pasó a depender de la generosidad de donantes privados. "La financiación es una de nuestras grandes preocupaciones", confirma el astrónomo del SETI Seth Shostak.