Se sabe que los principales síntomas del coronavirus COVID-19 son prácticamente los mismos que un resfrío común, fiebre, tos seca y cansancio.
Diversos factores asociados a sistemas inmunológicos débiles o sistemas respiratorias afectados por infecciones contribuyen a que el enfermo desarrolle síntomas más graves como la dificultad respiratoria y en el peor de los casos fallen algunos de sus órganos.
Se comprobó que un 80% de los 82 muertes vinculadas al COVID-19 eran mayores de 60 años, tres cuartas partes de ellos eran vulnerables al tener presión sanguínea alta, diabetes, males cardíacos y cancer.
De 75 465 casos reportados hasta el 20 de febrero de 2020 solo el 2.4% de infectados con el COVID-19 eran jóvenes menores de 18 años, aún no se puede concluir si esa población tiene un sistema inmunológico con mejor respuesta que de los adultos o bien no muestran los síntomas cuando tienen el virus.
La tasa de fatalidad es muy difícil de estimar debido a que las cuarentenas ordenadas por el gobierno chino no permiten conocer realmente la magnitud de esparción del virus entre la población, se presume que sea de 1% ó 2%, en un reporte que cubre 44 672 casos se ve que el ratio de fatalidad (muerte) es de 8% en personas mayores de 70 años y 14% en personas mayores a 80 años.
Otro problema que hay es que China cambia el criterio bajo el cual reporta la cantidad real de infectados, en algunos casos los confirma de acuerdo a un test médico, en otro caso los confirman en base a síntomas y en otros excluye a los infectados que no muestran los síntomas.
La tasa de fatalidad aparentemente es mucho más alta en China, especialmente en la zona de Hubei, no se puede descartas que sea una enfermedad seria, pese a que hasta este momento hay más de 42 mil recuperados no se conoce qué consecuencias ha tenido el COVID-19 sobre ellos.
De acuerdo al análisis que se hizo sobre las radiografías de los pulmones de la gente de Wuhan quienes fueron infectados por el virus se observa que en la primera semana muestran signos aparentes de inflamación, esta comienza en un área y luego se va a expandiendo en las siguientes semanas, después el infectado empieza a recuperarse.
Una de las posibles consecuencias es algún tipo de fibrosis del cual no se sabe si se puede revertir y qué consecuencias tendrá.
El consejo de salud en la mayoría de países infectados es:
- Evitar las zonas que experimenten un brote.
- Toser o estornudar en paños desechables.
- Lavarse bien las manos.
El número de infectados es mucho mayor de lo que informan los reportes oficiales, se presume que hasta un 60% de la población mundial podría ser infectada.
Las medidas de salud como las pruebas, tratamientos y cuarentena de personas en riesgo pueden ayudar a evitar la propagación del virus pero es imposible determinar el alcance eventual.
La nota completa en New Scientist.
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