Las empresas petrolíferas con instalaciones en el golfo de México estarán obligadas a retirar sus infraestructuras en desuso en cinco años, según anunció esta semana el Gobierno de EEUU. Ha sido necesaria una tragedia como la de la plataforma Deepwater Horizon el pasado 20 de abril para que la administración se decidiera a dar este paso. El desastre, que causó la muerte de 11 de sus trabajadores, también ha provocado el vertido de 1.000 millones de litros de crudo en el golfo. La compañía responsable de la explotación, BP, anunció ayer que a lo largo de este sábado sellará el pozo definitivamente.
La medida de EEUU, que entrará en vigor el próximo 15 de octubre, atañe a las aproximadamente 650 plataformas y 3.500 pozos inactivos que alberga la zona, según los datos del Servicio de Administración de Minerales (MMS, del inglés) de EEUU. Las compañías tendrán un plazo de cinco años para desmantelar las plataformas y sellar los pozos, en el caso de instalaciones ya en desuso. Para las que se dejen de utilizar una vez haya entrado en vigor la nueva ley, el plazo se reducirá a tres años. La orden forma parte del "esfuerzo para mejorar la seguridad de la producción de energía en aguas continentales y reforzar la protección ambiental", según afirmó en un comunicado el secretario de Interior de EEUU, Ken Salazar.
No obstante, no se trata de una medida blindada, puesto que las compañías podrán mantener sus infraestructuras en desuso si prevén que podrán ser "utilizadas para apoyar otras operaciones" o si serán "capaces de producir petróleo, gas o azufre en el futuro", según el documento. En este caso, las empresas deberán solicitar un permiso al organismo correspondiente. "Las plataformas inactivas tienen el mismo riesgo medioambiental que las activas", asegura a Público el científico de Asuntos Marinos y Política de la Universidad de Miami (EEUU) Daniel Solís.
Responsabilidad y costes
Desde que la primera explotación petrolífera se instalara en el golfo de México en 1942, otras 5.861 se fueron estableciendo paulatinamente en la zona hasta el año 2000. Durante ese periodo, sólo fueron retiradas 1.879 de ellas, lo que supone un 32% del total, según el MMS. "Históricamente siempre ha habido un debate sobre quién tenía la responsabilidad de retirar estas infraestructuras", explica el profesor de Costas y Medio Ambiente de la Universidad del Estado de Luisiana (EEUU), Christopher D'Elia. Además, "se han mantenido inactivas debido al coste que supone su desmantelamiento", añade.
Ante el incremento de las instalaciones obsoletas en el golfo de México, el MMS inició en 1979 un plan para reorientar los usos de estas infraestrucuras conocido como Rigs-to-Reefs, que en castellano se traduce como De plataformas a arrecifes. El programa consiste en reconvertir las plataformas petrolíferas en desuso en arrecifes artificiales de coral.
Desde que comenzó el programa hasta el año 2000, las compañías petrolíferas donaron 151 de sus instalaciones extractivas para este fin. La densidad de fauna marina asociada a estos arrecifes artificiales es entre 20 y 50 veces superior a la que se encuentra en aguas abiertas, según un análisis del MMS. "La decisión del Gobierno de obligar a las compañías a retirar las infraestructuras está bien encaminada", asegura D'Elia. Sin embargo, el experto cree que "cada caso debería ser estudiado individualmente para comprobar qué opción es la que tiene más beneficios ambientales".
No obstante, a pesar de las ventajas de estos arrecifes artificiales frente al mantenimiento de las infraestructuras en desuso, Solís opina que "retirarlas todas es la mejor opción, ya que hasta los arrecifes artificiales conllevan una serie de riesgos".
La extracción de crudo domina la región
23% de superficie explotableDe los 1.550.000 kilómetros cuadrados que EEUU posee en el golfo, el 23% de esta superficie (unos 650.000 kilómetros cuadrados) está destinado a la explotación petrolífera.
6.627 licencias
El territorio ocupado por la actividad extractiva se reparte entre las 6.627 licencias de explotación que el Gobierno de EEUU ha otorgado en estas aguas.
33% producción anual
El MMS estima que la actividad petrolera en el golfo aporta el 33% de la producción de crudo anual del país. Esta cifra supone la generación de unos 40 millones de barriles de petróleo.
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