Los cirujanos acuden cada vez más a equipos robóticos de alta tecnología para operar a pacientes con cáncer de próstata y otras enfermedades, pero algunas autoridades médicas están preocupadas por la formación inadecuada y los laxos controles entre los médicos que lo utilizan. Seguir leyendo el arículo
Los médicos optan por el popular Sistema Quirúrgico da Vinci, fabricado por Intuitive Surgical, antes que por la cirugía convencional, en especial para retirar la glándula prostática, porque es menos invasiva y permite una mayor precisión. El año pasado se hicieron unas 80.000 operaciones de este tipo en EEUU.
Los brazos robóticos del dispositivo están equipados con instrumental diminuto y una cámara. Los instrumentos, insertados en el cuerpo a través de pequeñas incisiones, exploran y cortan mientras el cirujano controla los mandos y ve el proceso en una imagen tridimensional ampliada.
Esta cirugía tiene un porcentaje de errores comparable al de la tradicional, pero los pacientes corren más riesgos si los robots los utilizan médicos inexpertos.
"Cuanto más hagas, mejor serás. La cuestión es en qué punto estás haciendo cirugía segura", dijo el doctor Kevin Zorn, jefe de urología del Hospital Weiss Memorial en la Universidad de Chicago.
Zorn fue el principal autor de un artículo publicado en septiembre en el Journal of Urology que proponía institucionalizar niveles de formación para los cirujanos que utilizan estas máquinas. En la actualidad no hay un sistema de credenciales para evaluar la competencia de un médico, y los cirujanos no pueden practicar con simuladores antes de trabajar con pacientes vivos.
Como ejemplo, explicó un caso en el que el médico utilizaba la máquina por cuarta vez. Tras ocho horas de operación, el médico que supervisaba el proceso dijo al cirujano que avanzaba demasiado despacio y le recomendó pasar al método convencional, en el que se hace una incisión desde el ombligo hasta el hueso púbico para acceder a la próstata.
Cuando el supervisor salió del quirófano, el cirujano continuó utilizando el robot. El paciente murió más tarde debido a complicaciones.
CONTROLES NECESARIOS
El asunto de los patrones se abordará el mes que viene en el Congreso Mundial de Endourología de Múnich.
La cirugía robótica se utiliza en pacientes que sufren de cánceres ginecológicos, problemas de arterias coronarias, cáncer de riñón y cáncer de vejiga, así como en el 85 por ciento de las prostatectomías radicales de EEUU. Los errores en esta delicada operación pueden producir incontinencia e impotencia.
Zorn, que dijo haber realizado más de 500 cirugías asistidas por robots, reconoció que un cirujano debe utilizar el sistema al menos 20 veces antes de familiarizarse con el instrumental y el procedimiento para hacer la operación segura.
"Intuitive ha hecho un gran trabajo sacándolo y promocionándolo, pero creo que no pensaron en asegurarse de que estemos haciendo cirugía robótica segura", comentó el experto, que sin embargo afirmó que la responsabilidad última de formarse adecuadamente recae en los médicos, y no en los fabricantes de las máquinas.
Sin embargo, los médicos afirman que en la mayoría de los casos el sistema da Vinci produce mejores resultados que la cirugía general porque los pacientes experimentan menores traumas, pérdidas de sangre, riesgos de infección y dolor, así como menos cicatrices. También las estancias en el hospital suelen ser más breves.
Hasta nueve de cada 10 pacientes que deciden operarse en EEUU optan por la cirugía robótica, señaló Michael McGuire, director quirúrgico de Oncología Urología y codirector del Centro de Cáncer de Próstata del Sistema Sanitario de la Universidad de Northshore, en Chicago.
"Si no haces cirugía robótica, te quedas fuera del negocio de la cirugía prostática", señaló McGuire.
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