El cofundador del teléfono móvil, el estadounidense Martin Cooper, aseguró que la tecnología móvil continúa siendo nueva, un "bebé", pese a que empezó a desarrollarse hace ahora 100 años.
Cooper recordó que hace 36 años, cuando el futuro de la comunicación se orientaba a los vehículos, y cuando se pensaba que ninguna compañía tendría la capacidad financiera suficiente para llevar a cabo este proyecto, su empresa puso en funcionamiento lo que hoy se conoce como el primer teléfono móvil.
Durante una conferencia organizada por la Fundación Telefónica, en Madrid, indicó que este dispositivo, que pesaba aproximadamente un kilogramo y costaba en 1973 alrededor de 4.000 dólares, hizo realidad un sueño, ya que permitió la comunicación entre personas sin limitar por ello su movilidad o su libertad.
Desde entonces, y una vez que se abrió la competencia en el sector, la telefonía móvil fue avanzando hasta ser capaz de ofrecer canales de audio, texto, Internet, radio, y hasta ser utilizada por cerca de la mitad de la población del planeta.
Sin embargo, pese a todos estos avances, el llamado "padre" del teléfono móvil aseguró, según informó la agencia Efe, que esta tecnología aún es muy nueva y tiene enormes posibilidades para desarrollarse en el futuro.
Una de sus orientaciones, explicó, será emplear los dispositivos móviles en el campo de la salud, lo que permitirá detectar a tiempo los infartos, controlar el ritmo cardiaco, el peso o la temperatura corporal.
Pero sin duda, dijo, el futuro de la tecnología móvil pasa por su integración con Internet, combinación que mejorará la productividad, reducirá el costo de las redes, dotará al producto de más seguridad y "revolucionará" la interacción social, lo que "cambiará más aún la vida a los ciudadanos".
Las nuevas tecnologías, aseguró, han modificado los usos de los usuarios y por ello se está revirtiendo la tendencia de aquellos que prefieren tener una línea fija de teléfono a una red inalámbrica.
Los teléfonos móviles en un futuro no muy lejano podrán realizar controles demográficos, de tráfico o incluso determinar las pautas de comportamiento de los ciudadanos, algo que a los Gobiernos les genera cierta inseguridad dada la falta de privacidad que ello supone.
Con respecto a las baterías de estos teléfonos, Cooper considera que aún no se ha avanzado suficiente, y en unos años el propio cuerpo humano será capaz de recargar estos dispositivos, aunque confesó no saber muy bien cómo.
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