Dos años después del lanzamiento de 'Barcelona', el fabricante presenta su nuevo procesador Opteron Quad Core de 45 nanómetros, cuyas ventajas se resumen en la reducción energética y el incremento de la productividad.
La semana pasada, AMD reunió en Berlín a periodistas de medio mundo para darles a conocer las bondades de 'Shanghai', su nuevo procesador Opteron Quad-Core de 45 nanómetros.
Una de las razones de este lanzamiento radica en solventar las deficiencias de su predecesor, 'Barcelona', que llegó al mercado hace tan sólo dos años. Al menos así lo confirmó Emilio Ghilardi, director general de AMD en EMEA, durante el encuentro en la capital alemana: "Sabemos que cometimos muchos errores con 'Barcelona', pero hemos aprendido de ellos".Así, para el desarrollo de su nueva propuesta, el fabricante asegura que decidió escuchar a los clientes, quienes solicitaron un producto basado en cuatro principios básicos: que el coste de las plataformas que soportan grandes rendimientos de virtualización fuese realmente efectivo, que se utilizase la menor energía posible, que fuese capaz de soportar con solvencia aplicaciones críticas y que se establecieran alianzas estratégicas con la mayor cantidad de 'partners', tanto en al ámbito del software como del hardware.
Con estas premisas, AMD se puso a trabajar sabiendo que el tiempo corría en su contra. Fruto de ese esfuerzo ha sido este lanzamiento, que como el propio Ghilardi reconoció, llega un cuatrimestre antes de lo previsto. "Con esto demostramos que AMD no sólo cumple con las expectativas que se impone la propia compañía, sino que además las supera", apuntó.
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