La noticia, presentada como una filtración recibida desde los propios servidores de correo de la compañía, anunciaba retrasos en el lanzamiento del iPhone hasta Octubre (en lugar de la fecha anunciada, finales de Junio), y del Mac OS X Leopard hasta Enero de 2008 (en lugar de Septiembre 2007). El mensaje fue un spoofing cometido sobre los servidores de correo de Apple, logró ser distribuido a los empleados de Apple que reciben su Bullet*News, y de ahí fue filtrado a Engadget, quien lo tomó como noticia legítima. El desmentido de Apple llegó a los empleados una hora y treinta y ocho minutos más tarde, y a Engadget poco después. La acción, tras el desmentido, se corrigió relativamente: al terminar el día la acción estaba a $1.40, $1.250 millones en capitalización.
Lo sucedido, aparte de desencadenar las correspondientes investigaciones en Apple tanto externas (quién envió el correo) como internas (quién lo filtró a Engadget), debería hacernos reflexionar acerca de la influencia de los medios online. Un blog como Engadget, con una influencia muy superior e infinitamente más rápida que cualquier medio tradicional en papel, y seguramente con una viralidad y velocidad de expansión comparable, si no superior debido a la naturaleza del público objetivo, a la de cualquier medio tradicional online. Y como siempre, independientemente de que hagamos juicios de valor acerca de si esto es bueno o malo, la respuesta inmediata está clara: no es ni bueno ni malo, simplemente ES. El mundo que hemos definido es así, la información se mueve de esa manera, y las reacciones ocurren en cuestión de minutos: un lector de Engadget, en dos clics, pasa de la ventana donde ha leído la noticia, a la de su broker online y, anticipando una más que razonable caída vinculada con la noticia, vende sus acciones. Y en menos que canta un gallo, además de venderlas, ha escrito una entrada en su blog personal y está contribuyendo a la difusión la noticia. Las excusas tradicionales de los medios clásicos, que acusarían al blog de escaso rigor por no contrastar sus fuentes, no sirven: algo así se le habría colado, seguramente, hasta al mismísimo Wall Street Journal. La respuesta a un entorno con este tipo de comportamiento venga probablemente de jugar a ese mismo juego, al juego de la velocidad: ser capaz de ofrecer al mercado la misma velocidad para desmentir el rumor, y esperar que los inversores aprendan a buscar una segunda referencia antes de lanzarse como locos al parqué. Y eso hoy en día, me temo, se llama blog corporativo: un lugar en donde ofrecer comentarios en tiempo real sobre la empresa, con un desarrollo de comunidad que haga que se convierta en referencia. Para Apple, el no tenerlo provoca que aquellos que buscan información acaben invariablemente en blogs más o menos informados, desde generalistas como Engadget, hasta específicos como The Apple Blog, TUAW, Apple Insider, Applesfera, MacRumors y tantos otros. Una pérdida de control sobre el flujo comunicativo que, a la luz de los acontecimientos, no te puedes permitir.
Fuente: Blog de Enrique Dans.
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