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Soitu.
Estados Unidos ha tenido siempre un altísimo porcentaje de 'homeless' (personas sin casa). Aunque el problema era grave, no formaba parte de los discursos de Obama, ni estaba dentro del debate político. Pero de pronto la crisis ha puesto sobre la mesa el tema. Y es que en los últimos días los medios de comunicación se han fijado en un
nuevo perfil de vagabundos: personas que se han quedado sin trabajo por la crisis y en consecuencia han perdido su casa. Buen ejemplo de este fenómeno es el campamento de Sacramento (California Norte), donde unas
200 personas se apilan en tiendas de campaña ante la imposibilidad de pagar una hipoteca o un alquiler. Pero no es el único. Campamentos como éste se han reproducido desde hace meses por todo el país en ciudades como Fresno, Nashville, St. Petersburg, Seattle, Phoenix...
Según Michael Stoops, director del
National Coalition for the Homeless, "éste es un problema que viene de largo. Lo que ocurre es que la crisis económica ha provocado que haya un nuevo perfil de gente que vive en la calle: familias que han perdido sus casas." En estos campamentos, que carecen de electricidad y agua corriente,
"hay también niños". Los 'nuevos sin techo' han tenido que aprender a convivir con otros vagabundos, marcados por problemas con el alcohol, las drogas y, en algunos casos, enfermedades mentales.
Los últimos datos apuntan a que hay
1,5 millones de personas sin hogar viviendo en la calle o en los refugios especializados. En ciudades como Santa Mónica (Los Ángeles) —conocida como 'The home of the homeless' (la casa de los sin casa)— duermen cada noche a la intemperie unas 1.000 personas. Un dato muy alarmante si tenemos en cuenta que la población ronda los 89.000 habitantes y el
ingreso medio anual por familia es de 90.000 dólares (67.883 euros). ¡Ya quisieran muchas familias españolas! Santa Mónica es un ejemplo de cómo
la diferencia de clases ataca fuertemente a Estados Unidos: mansiones de millonarios y BMW descapotables conviven con cientos de personas que viven en la más absoluta miseria. La población mira (miramos) a otro lado. Los carritos de la compra repletos de mantas, bolsas y enseres de supervivencia son parte del mobiliario urbano.
Según publica
New America Media, del total de los 'sin techo' en EEUU, entre 15.000 y 20.000 serían personas que han perdido su hogar debido a la crisis económica. "Lo que más nos preocupa ahora mismo es que la
tasa de paro aumente y las familias sin casa se multipliquen", sostiene Michael Stopps.
Aunque los 'sin techo' son un problema prácticamente invisible, este nuevo perfil ha hecho que incluso los
políticos se sonrojen ante el desastre y busquen medidas urgentes. Es el caso del gobernador de California, Arnold Schwarzenegger. En cuanto las informaciones sobre el fenómeno de Sacramento empezaron a llenar páginas de periódicos y minutos de televisión — salió en programas tan populares como
The Oprah Winfrey Show—, el gobernador se presentó ante los medios para asegurar que colocaría a estas personas en un centro de convenciones cercano hasta que construyan un refugio.
A Obama la pregunta sobre qué iba a pasar con el resto de vagabundos le dejó un poco descolocado.
"Tengo el corazón roto de saber que hay niños estadounidenses viviendo en la calle. Haré todo lo posible para que sus padres recuperen el trabajo". Para el alcalde de Sacramento, Kevin Johnson, éste era un problema que "se llevaba tiempo escondiendo" y tarde o temprano tenía que salir a la luz. "Nosotros como ciudad no vamos a avergonzarnos sino a solucionarlo cuanto antes". Johnson ha prometido que el campamento, que ha escandalizado a la sociedad norteamericana, desaparecerá en menos de dos semanas.
Sin duda la cara más amarga de una crisis que cada día ahoga a más estadounidenses. Y como dice el eslogan
de la campaña de 'National Coalition for the Homeless': olvídate de los estereotipos sobre los vagabundos. "Le puede pasar a cualquiera".