Fuente:
Expansion.com.
En tiempos de crisis, la Unión Europea quiere aprovechar la pujanza que todavía mantiene el mercado de la telefonía móvil, para recaudar recursos con destino a las famélicas arcas comunitarias. La Comisión Europea ha propuesto una nueva clasificación aduanera para los teléfonos móviles más potentes, que puede acabar con que cualquier terminal con funciones avanzadas, como GPS, cámaras digitales o recepción de televisión, reciban un nuevo arancel de hasta el 14% sobre el precio nominal.
Actualmente, este tipo de teléfonos no estaba gravado dentro de la Unión Europea con ningún derecho aduanero.
En Europa, se venden anualmente alrededor de 250 millones de teléfonos móviles. Aunque las cifras concretas son difíciles de fijar, las empresas que analizan este sector estiman que el precio medio de estos aparatos se sitúa en unos 115 euros por unidad. Con este dato, la facturación del sector de la telefonía móvil en cuanto al equipamiento de los clientes –sin contar con los ingresos por servicios,– podría estimarse en torno a los 30.000 millones de euros anuales.
Afectados
Fuentes de Aetic, la patronal española de las empresas de electrónica, estiman que la aplicación del nuevo derecho aduanero podría extenderse a cerca del 60% del mercado total de terminales, puesto que la incorporación de nuevas funciones, cada vez más sofisticadas, es un rasgo común a la industria.
Si estas estimaciones fueran correctas, supondría que el volumen de teléfonos gravados por el nuevo impuesto se acercaría a los 150 millones de teléfonos al año, con un valor de mercado superior a los 17.000 millones de euros. Con este volumen de mercado, un nuevo arancel del 14% podría acabar recaudando hasta 2.300 millones de euros anuales.
Aunque otras fuentes consideran que el porcentaje y volumen de terminales afectados por el nuevo impuesto serían inferiores a las estimaciones de Aetic, expertos jurídicos consultados por EXPANSIÓN señalan que la pretensión europea de implantar un arancel tan alto es poco habitual, puesto que normalmente son inferiores. Incluso en algunos sectores industriales con fuerte presencia europea, como el automóvil, los aranceles a los productos extracomunitarios son del 10%.
Los responsables de Aetic no comprenden el interés de la Comisión por implantar un impuesto tan elevado cuando prácticamente no existe ninguna industria europea que defender, ya que la inmensa mayoría de los equipos que se venden en Europa se fabrican fuera de la UE.
En esta misma línea, Eicta, la asociación europea de fabricantes digitales, se opone frontalmente a la medida, que puede poner en peligro la competitividad de Europa frente a otros mercados.
Hasta el momento, la industria de las tecnologías de la información y la de las telecomunicaciones no se encontraban sometidas a ningún tipo de arancel comunitario. Los ordenadores de sobremesa, los PC portátiles y los teléfonos móviles –tres de los principales sectores de la industria electrónica– estaban exentos, mientras que la electrónica de consumo (televisores, lectores de DVD, equipos de música, MP3, etc.) sí soportan diferentes gravámenes.
Además, el canon
En el caso español, además, el impacto en el precio de los terminales de esta iniciativa comunitaria se sumaría a la implantación del canon digital, que grava con 1,5 euros por terminal a los teléfonos móviles con capacidad de reproducción de archivos musicales.
Esta medida afecta a la mayoría de los equipos que se comercializan, ya que el MP3 es prácticamente un estándar de la industria, excepto para los equipos más básicos.
Un sector con mayor presión fiscal que el resto
El sector de la telefonía soporta en España una carga fiscal adicional a la de la mayoría de los sectores económicos. Además de pagar los impuestos normales (Sociedades, IVA, IBI, etc.) satisface algunos impuestos específicos y adicionales, como el IAE y las tasas por ocupación de dominio público, por reserva del espectro radioeléctrico, por numeración o la tasa general de operadores, que se aportan al Estado o financian a la CMT.
Este conjunto de impuestos recaudó en 2007 unos 570 millones de euros, un 6% más que en 2006.