La Eurocámara ha aprobado un informe (PDF, 351 Kb) en el que sugiere la creación de una marca europea para fomentar la confianza de los consumidores en el comercio electrónico. El texto también propone medidas para mejorar la transparencia y potenciar los sistemas de pago transfronterizos en Internet.
Según explica el propio Parlamento en una nota de prensa, sólo uno de cada tres consumidores europeos compraría en otros Estados miembros mediante comercio electrónico.
Por ello, los diputados proponen a la Comisión que introduzca una "marca de confianza europea sostenible, con unas normas claras y transparentes, que deben ser objeto de supervisión". Este sistema, además, debe estar respaldado por un "mecanismo de control o aplicación de las normas, como ya ocurre a nivel nacional en algunos Estados miembros".
Sin embargo, el Parlamento también explica que "todo sistema de marca de confianza europea debe estar sujeto a una exhaustiva evaluación de impacto, y se debe aplicar en cooperación con las marcas de confianza que ya existen en los Estados miembros".
Asimismo, los diputados insisten en la necesidad de garantizar la "adecuada aplicación por parte de las autoridades y los tribunales nacionales de las disposiciones nacionales por las que se aplica esta norma antidiscriminación en los ordenamientos jurídicos de los Estados miembros".
Además, el texto destaca la necesidad de aumentar la transparencia de la cadena de suministro en el entorno del comercio electrónico, de manera que el consumidor conozca siempre la identidad del proveedor, así como su nombre comercial, su dirección, los datos de contacto y el número de registro fiscal, así como si se trata de un intermediario o un proveedor final, especialmente en el caso de las subastas en línea.
También se subraya, en esta misma línea, la importancia de mejorar la confianza en los sistemas de pago transfronterizos en Internet "promoviendo una serie de métodos de pago, potenciando la interoperabilidad y las normas comunes, suprimiendo los obstáculos técnicos, apoyando las tecnologías más seguras para las transacciones electrónicas, armonizando y reforzando la legislación sobre la privacidad y la seguridad, luchando contra las actividades fraudulentas e informando y educando al público".
Por ello, el informe pide a la Comisión que cree un sistema europeo de alerta rápida, incluida una base de datos, para la lucha contra las actividades fraudulentas en el mercado digital.
El ponente, Pablo Arias Echeverria (PPE), declaró en el debate que "el comercio electrónico es una herramienta con enorme potencial para relanzar y mejorar la competitividad de nuestra economía y fortalecer el mercado interior. Puede crear un gran valor y oportunidades a los ciudadanos y las empresas europeas en estos tiempos de crisis".
Asimismo, añadió que "es vital que los líderes de la Unión Europea implementen las medidas necesarias para superar las barreras existentes en el comercio electrónico transfronterizo en Europa y que generemos confianza en este medio, lo simplifiquemos y dotemos de transparencia a las normas que lo regulan".
Según explica el propio Parlamento en una nota de prensa, sólo uno de cada tres consumidores europeos compraría en otros Estados miembros mediante comercio electrónico.
Por ello, los diputados proponen a la Comisión que introduzca una "marca de confianza europea sostenible, con unas normas claras y transparentes, que deben ser objeto de supervisión". Este sistema, además, debe estar respaldado por un "mecanismo de control o aplicación de las normas, como ya ocurre a nivel nacional en algunos Estados miembros".
Sin embargo, el Parlamento también explica que "todo sistema de marca de confianza europea debe estar sujeto a una exhaustiva evaluación de impacto, y se debe aplicar en cooperación con las marcas de confianza que ya existen en los Estados miembros".
Evitar la discriminación y aumentar la transparencia
Segú explica el Parlamento, muchos vendedores no aceptan pedidos provenientes de países que no son el suyo, lo que perjudica el comercio electrónico. En este sentido, la Eurocámara "lamenta que la Directiva de servicios aún no se haya transpuesto completamente en algunos Estados miembros" y, por ello, pide a la Comisión y a los países de la UE "que pongan fin a la discriminación de los consumidores en función de su dirección electrónica o de su residencia".Asimismo, los diputados insisten en la necesidad de garantizar la "adecuada aplicación por parte de las autoridades y los tribunales nacionales de las disposiciones nacionales por las que se aplica esta norma antidiscriminación en los ordenamientos jurídicos de los Estados miembros".
Además, el texto destaca la necesidad de aumentar la transparencia de la cadena de suministro en el entorno del comercio electrónico, de manera que el consumidor conozca siempre la identidad del proveedor, así como su nombre comercial, su dirección, los datos de contacto y el número de registro fiscal, así como si se trata de un intermediario o un proveedor final, especialmente en el caso de las subastas en línea.
También se subraya, en esta misma línea, la importancia de mejorar la confianza en los sistemas de pago transfronterizos en Internet "promoviendo una serie de métodos de pago, potenciando la interoperabilidad y las normas comunes, suprimiendo los obstáculos técnicos, apoyando las tecnologías más seguras para las transacciones electrónicas, armonizando y reforzando la legislación sobre la privacidad y la seguridad, luchando contra las actividades fraudulentas e informando y educando al público".
Por ello, el informe pide a la Comisión que cree un sistema europeo de alerta rápida, incluida una base de datos, para la lucha contra las actividades fraudulentas en el mercado digital.
El ponente, Pablo Arias Echeverria (PPE), declaró en el debate que "el comercio electrónico es una herramienta con enorme potencial para relanzar y mejorar la competitividad de nuestra economía y fortalecer el mercado interior. Puede crear un gran valor y oportunidades a los ciudadanos y las empresas europeas en estos tiempos de crisis".
Asimismo, añadió que "es vital que los líderes de la Unión Europea implementen las medidas necesarias para superar las barreras existentes en el comercio electrónico transfronterizo en Europa y que generemos confianza en este medio, lo simplifiquemos y dotemos de transparencia a las normas que lo regulan".
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