El Pais
El reto de la nueva generación de buscadores consiste en pasar de una Web de personas que buscan, a una herramienta que resuelva las necesidades personales. "En la actualidad hay miles buscadores y la gente apenas conoce unos cuantos. La gente que llega a la Web no quiere buscar, quiere encontrar", asegura Ricardo Baeza-Yates, vicepresidente de Yahoo! Reasearch para Europa, Medio Este y Latinoamérica, que dirige los laboratorios de Barcelona y Santiago de Chile, para quien el futuro de la Web y de Internet no pasa solamente por las áreas informáticas, sino que implica a muchas otras disciplinas como la sociología, la economía, el diseño, la psicología o la etnografía. "El desafío es averiguar ¿qué quiere la gente? y unir a todas las personas que en ese momento quieren hacer lo mismo", describe de manera gráfica Baeza, que ha inaugurado el III Congreso Español de Informática en la Universidad Politécnica de Valencia.
Más de 1.400 congresistas de todas las sub especialidades próximas al lenguaje de la informática se dan cita desde hoy en Valencia en 14 workshop y un plenario, el próximo sábado, con el que concluye el congreso que aborda los nuevos retos científicos y tecnológicos en ingeniería informática. Ingenieros, físicos, biólogos, programadores, docentes, matemáticos o médicos se reúnen durante cuatro días para abordar las nuevas investigaciones en el campo de la inteligencia artificial a las tecnologías de la información y las comunicaciones en la educación, a aplicaciones de minería de datos o informática gráfica.
La medicina y la informática sanitaria ocupan un lugar de primer orden en el congreso. "Estamos definiendo el concepto de economía de la calidad de vida", aclara Gregorio Martín Quetglàs, experto en Robótica de la UPV, que subraya como el médico está incorporado como uno más del equipo junto al informático en el Instituto de Biomecánica de Valencia. Quetglàs vaticina que "algunas especialidades médicas desaparecerán del entorno físico del hospital". Por ejemplo, la radiología. "Habrá un operador de Rayos X, una imagen que viaja y un historial médico electrónico, sin necesidad de mayor infraestructura hospitalaria".
De hecho, Gregorio Gómez, Director de Asistencia Sanitaria de la Agencia Valenciana de Salud advierte del potencial futuro de esta rama de la informática, tanto en volumen de negocio como de empleados y de académicas. Aunque, como ha advertido su colega Ignacio Martos Pérez, de Indra SA, -empresa que tiene a más de 700 profesionales (de todas las ramas, legal, médica, ingeniería, etc.) trabajando en proyectos de salud que requieren de una gran especialización y coordinación- "la industria tiene un problema ya, necesita especialistas de las TIC formados con competencias y un alto código ético".
Martos abogó por una mayor diversificación de especialidades, programas y cursos de postgrado especializados en tecnología sanitaria. "Hay una demanda de profesionales especializados, tenemos que ser capaces de generar una oferta. El reto está a nivel de Universidad, de formación del profesorado especializado aplicado a las TIC en todos los campos, porque si no la industria no estará a la altura", remató.
Para Oscar Sanz, director de Desarrollo de Programas de Sanidad de Microsoft el reto europeo pasa por la "interoperatividad" sobre todos los actores involucrados, médicos, pacientes y administraciones. "La interoperatividad debe de ser técnica, semántica, organizativa y legislativa", para eliminar las actuales barreras digitales. Así está contenido en el Plan de Acción de la Agenda Digital Europea de mayo de 2010. La agenda tiene dos fases: un acceso online seguro de todos los usuarios y unos servicios digitalizados generalizados, para lo cual habría simplificar los "estándares base". Pero la "convergencia en la E-Health requiere de mayor coordinación entre gobernantes y técnicos".
Vicente Traver, doctor ingeniero en Telecomunicaciones de la UPV, considera que la E-Salud es un instrumento clave para gestionar de manera eficiente, imprimir equidad al servicio sanitario y nivelar las prestaciones e investigar y poner en común todo lo relativo a las enfermedades raras o poco comunes. Sólo a partir de ese "tráfico de datos" se podrá crear una "medicina de la evidencia". Sólida. Y, sobre todo, reducir "la cantidad de errores en la lectura de un diagnóstico o receta". "En EE UU", recordó el escalofriante dato de que 10.000 personas mueren al año sólo por errores de trascripción".
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