La controversia que ha generado la propuesta de Google y  Verizon sobre la neutralidad de la red y que ha colocado al primero en  el centro de la diana de todos los ataques ha obligado a la empresa de  Mountain View a «aclarar una serie de inexactitudes» a las que, a su  juicio, sus detractores han incurrido a la hora de valorar el acuerdo  entre ambas compañías. Lo ha hecho una por una Richard Whitt, consejero  en Washington de Telecomunicaciones y Medios, a través del blog oficial de la compañía. 
En primer lugar, Google asegura  que, lejos de haberse «vendido» como le acusan algunos, «ha sido la voz corporativa más importante en el tema de la neutralidad  de las redes en los últimos cinco años. Ninguna otra compañía  está dedicando tantos esfuerzos para defender la apertura de internet»,  aunque no haya sido fácil en Washington dadas las realidades políticas. 
Dicho esto, defiende la propuesta  negociada con Verizon, porque «aunque no sea la solución perfecta,  creemos que una propuesta que contemple el estricto  cumplimiento de medidas de protección para los consumidores es  mejor que ningún tipo de protección», afirma.
Google niega también que represente  un paso atrás en el camino hacia una internet libre (y, en consecuencia,  neutral), pues, a su juicio, si se adopta dará a la Comisión Federal de  Comunicaciones (FCC) de Estados Unidos «la capacidad  de preservar la internet abierta a través de reglas que pueden  hacerse cumpliar a los proveedores de banda ancha». 
El gigante de internet aclara  también el que ha sido el aspecto más polémico de su propuesta: dejar  las redes inalámbricas fuera de la neutralidad de la red. Sus  argumentos: «el mercado de redes  inalámbricas es más competitivo que el mercado de cableado, dado  que los consumidores típicamente tienen más de dos proveedores para  elegir... [además] debido a que estas redes emplean radiofrecuencias en  vez de cables estos proveedores necesitan gestionar sus redes de manera  más activa. Por último, la apertura de redes y de dispositivos está  ahora empezando a despegar como un nuevo modelo de negocio». 
Por todas estas razones, en su  propuesta -asegura el todopoderoso buscador- se ha considerado  pertinente, como primera medida a seguir, dejar que los proveedores  inalámbricos sean transparentes con los usuarios en lo que se refiere a  cómo se maneja el tráfico en la red y así impedir  «congestiones o priorización de determinadas aplicaciones o contenidas».  Pero esto siempre con la condición, según apunta Google, de que el  gobierno federal de Estados Unidos «monitoree y reporte regularmente  sobre el estado del mercado de la banda ancha inalámbrica». 
Google también ha desmentido que su  acuerdo con Verizon responda a intereses conjuntos por la plataforma  Android. Se trata tan sólo de una propuesta para un marco legislativo  -afirma-, «no un contrato de negocios». Como tampoco entiende que esta  alianza suponga que el futuro de internet esté en manos de dos  corporaciones privadas. «Nuestras compañías están proponiendo un marco  legislativo para que el Congreso considere. Esperamos que todas las  partes interesadas se sumen y ayudena a formar el marco que hará que  todos avancemos. No somos tan presuntuosos como para asumir que dos  corporaciones podrían, o debería, decidir el futuro de este tema.  Simplemente estamos tratando de ofrecer una propuesta para ayudar a  resolver una debate que ha estado estancado por cinco años», manifiesta.