Bollería industrial, decenas de latas de RedBull, un ordenador modificado para correr más rápido y una colchoneta. Gorka Sainz, donostiarra de 23 años y estudiante de informática, ha prescindido de su régimen habitualmente saludable de alimentación y sueño para pasar el máximo número de horas delante de la pantalla. Es uno más de los 6.000 fanáticos de la informática y los videojuegos que atestaban ayer el BEC de Barakaldo en el día de mayor afluencia del Euskal Encounter. La segunda mayor fiesta en red -o LAN Party- que se celebra en España concluye hoy a las 18.00, después de 80 horas en las que adictos a las descargas, expertos en modificar ordenadores, artistas digitales y, sobre todo, jugadores profesionales y aficionados de videojuegos se han visto las caras.
"La mayoría de la gente viene a jugar", explican desde la organización. Un 61% de los asistentes se ha inscrito en alguno de los torneos de videojuegos para aficionados, aunque, por supuesto, también se podía jugar por cuenta propia. Muchos de los asistentes son aficionados a los videojuegos en línea y aprovechan LAN parties como este para reunirse. "Nosotros tenemos un equipo que se llama Eres un enfermo y somos de Santander, Santoña, Madrid... Aquí quedamos con gente de otras partes que hemos ido conociendo", explica David Carrillo. La mitad de los participantes son de fuera de Vizcaya.
Este encuentro es la LAN Party que ofrece una mayor velocidad de conexión de las que se celebran en España, 12 gigas por segundo. Sin embargo, muchos de los asistentes y los propios promotores del encuentro señalan que "desde que las conexiones a Internet domésticas son de varios megas", cada vez tiene "menos sentido" venir a este tipo de eventos sólo a descargarse cosas, como era típico cuando estas reuniones empezaron a popularizarse. "¡Eso lo dicen los que tienen unas conexiones de la hostia! A los que tenemos un mega, nos viene muy bien esto", se defendían Maite e Iker. Esta pareja de Llodio ha venido fundamentalmente a bajarse películas y música. Aunque tampoco descartaban ayer asistir al preestreno mundial del videojuego StarCraft II, uno de los platos fuertes del Euskal Encounter. Olga Alós, barcelonesa residente en París, también aprovecha para descargarse "todo lo que pueda y más", ya que, recuerda, en Francia las leyes contra la piratería cultural son muy duras. "Y no tardarán en serlo también aquí", augura.
La mayoría de los asistentes, sin embargo, no han venido a una sola actividad en concreto. Aunque parezca sorprendente, dada la cantidad de público que parecía absorbida por la pantalla y aislada por sus auriculares, todos mencionan el hecho de reunirse "con los colegas" como uno de los principales alicientes. "Estar cuatro días con amigos haciendo algo que nos gusta y sacar rato para hacer algo de turismo, aprovechando que tenemos sitio donde dormir", era la intención de casi todos los presentes. Eso sí, la comida de la mayoría no pasa el examen de un dietista: sandwiches, cerveza, pizza...
José María y Marimar Crespo, mellizos de 26 años, pasarán los cuatro días sin salir del BEC, y eso que podrían ir a dormir a casa, porque viven en Barakaldo. "No hace falta ser informático para disfrutar de esto", asegura Marimar, que es marino mercante. "Para mucha gente somos frikis y estar cuatro días aquí es antinatural", reconoce José María. Pero el contraargumento está escrito en su cara sonriente: "Soy feliz haciendo esto".