En 2008, Brian Thomas se paró de la cama en el medio de la noche y estranguló a Christine, su esposa de 40 años, que estaba durmiendo. En diciembre de 2010, una investigación determinó que su muerte fue accidental, a pesar de que Brian admitió que la había matado. ¿Cómo pudo pasar eso? Brian Thomas fue en realidad una trágica víctima de una noche de terror y mató a su esposa cuando estaba dormido.
La pareja se encontraba de vacaciones en un campamento de caravanas. Durante el día de la fatídica noche, un grupo de jóvenes los había hecho sentir amenazados y en peligro.
En la noche, Thomas tuvo una pesadilla horrible y empezó a caminar dormido.
Thomas le dijo a la policía que le pareció haber visto, encima de Chistine, a un hombre que vestía jeans y que estaba cubierto con un paño negro.
Aseguró que le había gritado al sujeto y que lo había agarrado por el cuello. Pero cuando se despertó, se encontró con sus manos alrededor del cuello de Christine.
Cuando se dio cuenta de lo que había hecho, ya era demasiado tarde. Inmediatamente llamó a la policía.
Midiendo el cerebro
Debido a las extrañas circunstancias que rodearon el caso de Thomas, el doctor Chris Idzikowski, director del Centro del Sueño de Edimburgo, fue llamado para que lo examinara y para que determinara lo que pasó esa noche.
"Llevamos a cabo un estudio de su patrón de sueño en la prisión. Le colocamos sensores para medir sus ondas cerebrales, el movimiento de sus ojos, de su barbilla y de sus piernas, su flujo nasal, su ritmo respiratorio y sus niveles de oxígeno".
La información registrada durante esa sesión de sueño de Thomas era clave para que Idzikowski descubriera cualquier tipo de comportamiento que le pudiera dar indicios de que la versión de Thomas era plausible: que él realmente estaba dormido la noche en la que mató a su esposa.
"Buscaba factores desencadenantes, durante el sueño, de un episodio de sonambulismo", indicó el experto. "Cosas como apnea obstructiva al dormir, que sucede cuando tu respiración se ve interrumpida, o movimientos periódicos en las extremidades, que ocurren cuando tus piernas o tus brazos se empiezan a mover como cuando uno tiene un ataque. En el caso de Thomas, esas señales aparecieron de inmediato".
Esto, junto a los testimonios de personas que han atestiguado su sonambulismo, ayudó a reconstruir el cuadro de una persona que sufre de parasomnia ambulatoria, un término que agrupa comportamientos típicos del sonámbulismo.
Evidentemente, esto por sí solo no fue suficiente para absolverlo del asesinato.
"Uno nunca tiene la certeza absoluta en cada caso", indicó Idzokowski, un experto en casos que tienen entre sus elementos la parasomnia.
"Después de tener los registros del sueño (del sujeto), el caso debe ser tratado como cualquier otro. ¿Hubo un motivo? Es importante contar con los testimonios de los testigos que muestren que el individuo no actuaba conscientemente o que reflejen su estado de confusión, así como también con la evidencia de episodios de estrés inusual o de privación del sueño. Hay, por supuesto, el riesgo de simulación o de exageración de la condición. Por eso fui llamado, tanto por la parte acusadora como por la defensa".
Absolución
En el caso de Thomas, la evidencia inclinó la balanza de forma contundente a su favor, lo que permitió que saliera absuelto.
En el juicio que se llevó a cabo en
Crown Prosecution Service (Fiscalía de la Corona Británica), los psiquiatras que lo estaban tratando consideraron que un nuevo episodio de ese tipo era muy poco probable. Pero dejarlo en libertad un problema bastante particular.
"Brian Thomas fue absuelto justamente", indicó el especialista. "Ahora el sistema no lo perseguirá, pero queda latente la pregunta de si (lo que pasó) podría suceder otra vez".
De manera que depende de Thomas buscar un tratamiento para su sonambulismo. Aunque como explica Idzikowski, el resultado habría podido ser más preocupante.
"Hay un caso que se remonta a hace 60 ó 70 años. Un detective francés que estaba de vacaciones fue invitado a participar en una investigación de un asesinato. El detective terminó concluyendo que él mismo había cometido el crimen mientras estaba dormido. Tras ser sentenciado, se le permitió continuar con su trabajo como policía, pero tenía que dormir en la noche en la prisión".
Circuito del sueño
Casos como los de Brian Thomas no son poco comunes. La década pasada ha atestiguado un aumento del número de crímenes protagonizados por sonámbulos, incluyendo un caso muy difundido sobre un hombre que condujo 20 kilómetros, apuñaló a su suegra hasta matarla e hirió a su suegro, mientras estaba dormido.
De hecho, en Estados Unidos estos casos son cada vez más frecuentes. Tanto que el doctor Michel Cramer Bornemann, del Instituto del Sueño de Minessota, desarrolló el primer laboratorio forense del sueño del mundo para ayudar en casos en los que la defensa de un determinado acusado basa sus argumentos en el sonambulismo.
De acuerdo con Bornemann, el cerebro de un sonámbulo experimenta "cortocircuitos" durante las primeras horas del sueño, lo que le permite levantarse y empezar a caminar.
Durante el sueño, el cerebro transita por diferentes fases de actividad conocidas como movimientos oculares rápidos, MOR, y etapas en la que no existen dichos movimientos, no-MOR.
En la etapa del sueño MOR, el cerebro paraliza al cuerpo para evitar que "actuemos" nuestros sueños en momentos en que nuestra mente procesa los acontecimientos que ocurrieron durante el día.
En su transición al estado no-MOR, la actividad se reduce, la sinapsis del cerebro (es decir, la unión intercelular entre neuronas) inicia el cambio.
En una persona promedio, estas transiciones entre los dos estados producen sin dificultades entre cuatro y seis veces cada noche. Pero, por razones que aún no se entienden, los sonámbulos sufren de algo que ha sido llamado como un "error de conexión".
"Algo en la conexión entre ambas fases falla, lo que crea un impulso eléctrico absurdo que desencadena una superposición de ambos estados", señaló Cramer Bornemann.
"No estás totalmente en la etapa MOR, por eso tus músculos están relajados, por eso no estás paralizado. Pero tampoco estás totalmente en la fase no-MOR. De ahí que puedes todavía estar dormido. En esa situación, algunos de los procesos del cerebro estarán despiertos mientras que otros están apagados".
Pero ¿por qué esa irregularidad conlleva a tan particular, y con frecuencia, violento comportamiento?
"Las estructuras del cerebro como el hipotálamo, encargado de regular el sueño, están al lado del cerebro medio, donde yacen las conductas más primitivas de la evolución. Por eso cuando el impulso eléctrico se dispara, despierta esa parte del cerebro, dejando otras, como la corteza frontal, dormidas. Eso hace que no haya nada que inhiba la reacción de ira mientras experimentas un episodio de sonambulismo", indicó Bornemann.
Como gallinas
Estas zonas primitivas en el cerebro medio controlan conductas automáticas. Es el mismo tipo de estructuras cerebrales que le permite a las gallinas correr aunque les hayan cortado la cabeza.
Estas áreas cerebrales también son responsables de lo que llaman "hipnosis de carretera", un término que busca definir a las personas que conducen una ruta que les es familiar sin recordar detalle alguno del viaje.
Dichas estructuras son conocidas como generadoras de patrones centrales.
Durante el día, esas estructuras son controladas por funciones superiores del cerebro, pero no dependen de ellas.
"Estos generadores de patrones en animales primitivos producen comportamientos clave para su supervivencia, como el instinto depredador, el de la alimentación y el sexual", señaló Cramer Bornemann.
"Nuestros cerebros altamente evolucionados han sido capaces de anular estos instintos básicos, pero no dejan de estar ahí. Ellos se activan en casos de epilepsia. De ahí que los comportamientos de sonámbulos estén en el mismo orden que las crisis epilépticas", indicó Bornemann.
Las conductas primitivas coinciden con el estereotipo de actividades que realizan los sonámbulos: comer, tener relaciones sexuales y buscar objetos.
Los asesinatos más violentos tienden a ocurrir en una noche de terror para el sonámbulo o después de que alguien los intenta despertar, desatando en él una respuesta violenta desinhibida.
De hecho, en raras ocasiones, cuando un sonámbulo ha sido sometido a un escáner cerebral, lo cual en sí mismo representa toda una hazaña, la prueba revela que mientras su corteza frontal se mantuvo dormida, su amígdala y su sistema límbico (los centros del cerebro que controlan las emociones), se activan en exceso.
En riesgo
Parecería que el defecto en los circuitos del cerebro que causa este desbalance es hereditario.
Mientras sólo el 2% de la población adulta afirma que es sonámbula, los hijos de sonámbulos tienen 50% de probabilidades de desarrollar el trastorno en su vida adulta.
No obstante, también parece que todos estamos, hasta cierto punto, en riesgo de desarrollar sonambulismo.
"El sonambulismo podría ser una condición que está presente en todos nosotros. Bajo ciertas condiciones, el 'hombre lobo sonámbulo' vive en cada uno de nosotros y estamos a un paso de protagonizar episodios aislados de sonambulismo, si algún error de conexión ocurre. Todo lo que se necesita es algo que desestabilice nuestro sueño", opina Cramer Bornemann.
Alrededor de 12% de los niños son sonámbulos hasta los 18 años.
En la mayoría de los casos, a medida de que sus cerebros maduran, esas fallas en las conexiones son corregidas y no vuelven a presentarse. Algunos remanentes pueden aparecer ocasionalmente en forma de sacudones o temblores mientras duermen.
Cuando nuestros patrones de dormir son interrumpidos por el estrés, la privación de sueño, el ruido u otros factores, nos volvemos más vulnerables al sonambulismo.
¡No duerma desnudo!
En su clínica del sueño en el Hospital Universitario James Cook, el doctor Paul Reading puede desatar un episodio de sonambulismo.
"En el laboratorio podemos recrear las condiciones del sonambulismo, al perturbar a alguien mientras duerme y, después, en el medio de la noche, hacerle un ruido estruendoso", dijo Reading.
"Por eso, tener buenos hábitos de dormir es crucial para evitar episodios de sonambulismo".
En particular, el consumo de alcohol puede ser un factor determinante. No tanto por la intoxicación que produce su consumo sino porque los efectos secundarios que genera -como la vejiga llena, irse a la cama tarde o incluso pasar la noche en el sofá- pueden causar las interrupciones necesarias para dejar a una persona vulnerable a errores de conexiones en el cerebro.
A quienes viven con sonámbulos, Reading les hace una recomendación.
"La primera hora de sueño es crucial, si pueden evitar causarles cualquier molestia en esa hora, todo estará bajo control".
Para los sonámbulos, el doctor tiene un consejo invaluable.
"Pónganse la pijama a la hora de dormir, y se ahorrarán muchas vergüenzas, especialmente si están de vacaciones en un hotel, cuando naturalmente es más difícil pasar una noche ininterrumpida. Es sorprendente ver cuántas personas que saben que son sonámbulas todavía duermen desnudas".
clic Este artículo fue publicado en la revista Focus de la BBC.
BBC Mundo