El incremento de las capacidades de
almacenamiento y la necesidad de ofrecer velocidad y seguridad están
proporcionando curiosos productos como los discos duros encapsulados con
helio, un gas que permite una mejor refrigeración y teóricamente una
mayor eficiencia cuando se trata de ofrecer prestaciones tan avanzadas.
Cuando hablamos de capacidades de almacenamiento de hasta 10 Tb (diez veces más que los pequeños discos duros externos cada vez más populares) se hace necesario recurrir a novedosas tecnologías que permitan un óptimo funcionamiento de tales densidades.
Hasta ahora capacidades de 8 y 10Tb estaban reservadas para discos duros especiales albergados en servidores mientras que los equipos de sobremesa más avanzados se “conformaban” con alcanzar los 6 Tb, pero Western Digital ha revolucionado esto con su nuevo disco duro interno para equipos de sobremesa corrientes que emplea helio y un nuevo método de almacenamiento de datos denominado SMR, siglas de Shingled Magnetic Recording. Este nuevo método, específico para discos con tanta densidad de almacenamiento, se basa en un pequeño truco mecánico por el que el cabezal de lectura tiene la mitad de tamaño que el de escritura, lo que permite cubrir un área más pequeña y por tanto aumentar la capacidad.
La contrapartida estriba en que además de requerir un software específico como controlador de disco se dilatan los tiempos de lectura, motivos por los que se espera que la tasa de adopción de este nuevo tipo de discos duros sea limitada. Igualmente es también necesario un mayor período para la reescritura por las misma razones de la diferencia de tamaño del cabezal de modo que se trata más bien de una tecnología muy adecuada para datos que deben permanecer archivados durante mucho tiempo más que para consultas frecuentes o datos que deban modificarse con cierta frecuencia.
La otra interesante novedad es que en el interior de estos discos duros, en lugar de la habitual combinación de oxigeno y nitrógeno hay helio. Este gas, al presentar una menor densidad que el aire, permite a los mecanismos internos trabajar con una menor presión y con un menor consumo energético (56 % menos que la generación anterior de discos duros similares), mejorando la seguridad contra fallos (más de 2,5 millones de horas entre errores).
Cuando hablamos de capacidades de almacenamiento de hasta 10 Tb (diez veces más que los pequeños discos duros externos cada vez más populares) se hace necesario recurrir a novedosas tecnologías que permitan un óptimo funcionamiento de tales densidades.
Hasta ahora capacidades de 8 y 10Tb estaban reservadas para discos duros especiales albergados en servidores mientras que los equipos de sobremesa más avanzados se “conformaban” con alcanzar los 6 Tb, pero Western Digital ha revolucionado esto con su nuevo disco duro interno para equipos de sobremesa corrientes que emplea helio y un nuevo método de almacenamiento de datos denominado SMR, siglas de Shingled Magnetic Recording. Este nuevo método, específico para discos con tanta densidad de almacenamiento, se basa en un pequeño truco mecánico por el que el cabezal de lectura tiene la mitad de tamaño que el de escritura, lo que permite cubrir un área más pequeña y por tanto aumentar la capacidad.
La contrapartida estriba en que además de requerir un software específico como controlador de disco se dilatan los tiempos de lectura, motivos por los que se espera que la tasa de adopción de este nuevo tipo de discos duros sea limitada. Igualmente es también necesario un mayor período para la reescritura por las misma razones de la diferencia de tamaño del cabezal de modo que se trata más bien de una tecnología muy adecuada para datos que deben permanecer archivados durante mucho tiempo más que para consultas frecuentes o datos que deban modificarse con cierta frecuencia.
La otra interesante novedad es que en el interior de estos discos duros, en lugar de la habitual combinación de oxigeno y nitrógeno hay helio. Este gas, al presentar una menor densidad que el aire, permite a los mecanismos internos trabajar con una menor presión y con un menor consumo energético (56 % menos que la generación anterior de discos duros similares), mejorando la seguridad contra fallos (más de 2,5 millones de horas entre errores).
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