Al filo de los 80 años el director de cine afronta un hito singular en su carrera: dirigir una serie de televisión, medio en el que debutó como cómico en los años 50 y al que regresa de la mano de Amazon.
El servicio Prime Instant Video de Amazon será el “canal” por el que los espectadores podrán disfrutar de la primera serie de televisión dirigida por Woody Allen, una temporada de episodios de media hora de duración que aún no dispone de título ni de temática.
Amazon así lo ha anunciado hoy y el propio Allen ha confirmado la noticia asegurando que “aún no tengo una idea formada sobre cómo manejar este proyecto o de qué irá, de hecho no estoy muy seguro de por dónde empezar”, haciendo alarde de la tradicional inseguridad que asociamos a muchas de sus célebres interpretaciones.
Los primeros países donde Amazon distribuirá esta serie de producción propia serán Estados Unidos de América, Reino Unido y Alemania. Recientemente una miniserie de esta misma empresa, “Transparent”, se ha hecho acreedora de un Globo de Oro como mejor serie de comedia, así como su protagonista Jeffrey Tambor obtuvo el galardón a mejor actor de comedia, consolidando una tendencia inaugurada el pasado año por “House of cards”, serie distribuida online por Netflix, en la que se premia a series que ya no llegan al espectador a través de cadenas televisivas sino por Internet.
Hace cinco años que Amazon inició la andadura de sus propios estudios de producción audiovisual, limitándose por el momento a pulsar los intereses del público potencial a través de episodios pilotos, pero ahora parecen haber alcanzado un grado de madurez que demuestran con decisión al confirmar la serie completa (al menos una temporada inicial) a Woody Allen.
Diversos analistas coinciden en señalar el exitoso modelo de negocio de plataformas de pago como Netflix, Hulu o Amazon en las que los episodios de las series son disfrutados por el espectador sin interrupciones publicitarias, lo que además hace que “cueste volver atrás”, al tradicional visionado de las cadenas televisivas con pausas publicitarias, que además de distraer de la experiencia visual también añaden minutos extra al tiempo necesario para ver un capítulo completo.
Esto hace que se apueste por contenidos de calidad, como el mencionado encargo a Allen u otros que ya se están emitiendo en Netflix (“Marco Polo”, una superproducción de 10 episodios que ha costado unos 90 millones de dólares) o los que se anuncian en Hulu como la adaptación en cuya producción está implicado J.J. Abrams de “22/11/63″, uno de los últimos libros de Stephen King.
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