Las disputas sobre si varios países podrían interceptar de forma efectiva el servicio de mensajería de BlackBerry ha hecho que se preste atención a cómo las agencias de espionaje estatal acceden a las comunicaciones electrónicas.
Para los ejecutivos, la principal pregunta no es si los mensajes pueden ser leídos, sino si esa información será utilizada con fines comerciales.
En cualquier caso, no sorprende saber que la mayoría de los estados no quieren hacer comentarios sobre cómo es utilizada esta información.
Reuters ha hablado con una serie de analistas de la industria y antiguos agentes de los servicios de inteligencia sobre cómo utilizan la vigilancia electrónica varios países.
El lanzamiento de BlackBerry en Rusia fue retrasado dos años mientras el FSB, el servicio de seguridad del país, negociaba el acceso de seguridad.
"En Rusia, los periodistas son muy conscientes de que su correo electrónico es interceptado", explica Ian Bremmer, presidente de la consultora de riesgo político Eurasia Group. "Dada la cantidad de dinero implicada, siempre habrá alguien espiando las empresas extranjeras. El FSB tiene los medios y los utiliza. No hay mucho que pueda hacer aparte de escribir los correos sabiendo que podrían ser interceptados".
Además, algunos oligarcas parecen tener vínculos cercanos con el servicio secreto, y Rusia ha dejado claro que ve algunos sectores económicos -particularmente el energético- como sectores clave.
En parte debido a su relativamente sencillo ejército, en desequilibro al compararlo con el de Estados Unidos, China es vista como un país que se esfuerza en construir su departamento de 'ciberguerra'.
Además, también ha sido sospechosa en muchas ocasiones de ciberataques a compañías estadounidenses, un factor clave en la decisión de Google de abandonar el país asiático a principios de año.
El buscador no dijo si creía que el Gobierno chino estaba detrás del ataque, pero una comisión asesora perteneciente al Congreso de EEUU dijo en noviembre de 2009 que que el Gobierno del país penetraba en las redes gubernamentales y de defensa estadounidenses para recopilar información.
China, por su parte, ha negado en múltiples ocasiones que su Gobierno apoye a los 'hackers'.
"Los chinos tienen los recursos para asignar 100 agentes a un problema al que el MI6 o la CIA podrían asignar sólo cinco o seis", explica el ex agente de contraterrorismo Fred Burton, ahora vice presidente de la compañía Stratfor. "Están particularmente interesados en atacar firmas emergentes de tecnologías de defensas, pues van tras su propiedad intelectual. Buscan llegar a los proyectos en una etapa temprana de su desarrollo".
Asimismo, en el país muchas empresas están ligadas de cerca al estado, pero esa cercanía no siempre se traduce en aceso a inteligencia comercial.
"No creo que las empresas en China deban asumir que todo lo que escriben es transmitido a directamente a sus rivales comerciales", explica Bremmer. "No todas las compañías chinas tienen conexiones con los oficiales de seguridad que tienen acceso a ese tipo de información".
Sin embargo, muchos analistas ven el riesgo para las compañías occidentales de que material comercialmente sensible pudiera filtrarse a sus rivales mucho menor que en otros países.
"Veo a la India como un país fuertemente inclinado en la dirección del libre mercado", asegura Ian Bremmer. "Es muy difícil tener capitalismo estatal en un sistema que ya es tan difuso y descentralizado, incluso aunque pueda ser una tentación para India ahora que empiezan a competir de una forma más directa con China".
En general, los analistas creen que la mayor prioridad de los estados de Oriente Medio y el Golfo, cuando se trata de vigilancia electrónica, es enfrentarse al activismo, la disidencia política y el comportamiento 'inmoral', más que el espionaje comercial.
El experto en seguridad de la información en el Golfo Ali Jahangeri cree que una solución potencial podría ser tener dos sistemas diferenciados de BlackBerry, uno para los usuarios locales, que pudiera ser monitorizado de forma sencilla, y uno más seguro para los clientes internacionales que valoran la confidencialidad.
Esto podría poner a las firmas occidentales en desventaja en comparación con sus rivales extranjeros de países como China. Por el momento, Nigeria ha dicho que no tiene planes de tratar de acceder a los dispositivos BlackBerry.
Los expertos explican que los países africanos que espían a las compañías extranjeras utilizan métodos más tradicionales como seguir a los directivos o comprar información a los conductores, limpiadores y trabajadores locales.
Organizaciones por la libertad de prensa de Sudáfrica han acusado a China de vender equipamiento de vigilancia electrónica a varios gobiernos autoritarios africanos entre los que se incluye Zimbabwe, donde aseguran que se utiliza para espiar a la prensa y los defensores de los derechos humanos.
En cualquier caso, la intercepción de datos parece ser materia de intercambio frecuente y fluido entre las potencias anglosajonas dominantes -Reino Unido y EEUU, y también Australia, Canadá y Nueva Zelanda
Un libro publicado este año, 'El Estado secreto', del académico Peter Hennessy, dice que entre el 50% y el 80% de las materias de inteligencia discutidas en la reunión semanal del comité de inteligencia proviene de Estados Unidos.
Los estados europeos continentales frecuentemente sospechan que las potencias anglosajonas espían por con fines comerciales. Todo el tráfico europeo de BlackBerry pasa por servidores localizados en Reino Unido o Canadá, y por ello muchos gobiernos europeos son reacios a utilizarlo.
La mayoría de los expertos en seguridad creen que los poderes occidentales ocasionalmente utilizan los servicios de espionaje con fines comerciales, pero su principal objetivo es detectar amenazas y combatir el crimen económico.
Además, algunos expertos creen que la principal amenaza a la que se enfrentan las empresas occidentales, incluso en sus propios países, es la infiltración electrónica de potencias como Rusia y China.
"Las verdaderas joyas de la corona de América no son nuestros secretos gubernamentales, sino nuestra propiedad intelectual", escribe Richard Clarke, antiguo consejero de ciber seguridad de la Casa Blanca, en su libro 'Ciber Guerra'.
"China roba resultados por muy poco dinero (...) y luego los lleva al mercado. El único margen económico del que disfrutaba EEUU (...) está desapareciendo como resultado del ciber espionaje".
Para los ejecutivos, la principal pregunta no es si los mensajes pueden ser leídos, sino si esa información será utilizada con fines comerciales.
En cualquier caso, no sorprende saber que la mayoría de los estados no quieren hacer comentarios sobre cómo es utilizada esta información.
Reuters ha hablado con una serie de analistas de la industria y antiguos agentes de los servicios de inteligencia sobre cómo utilizan la vigilancia electrónica varios países.
Rusia
Desde los días de la policía secreta del zar, las agencias de seguridad rusas han tenido la fama de monitorizar estrechamente a los extranjeros y sus comunicaciones. Los expertos en seguridad dicen que muchas habitaciones de hotel están equipadas con micrófonos y que las empresas extranjeras deberían ser muy cautelosas a la hora de elegir la información que llevan al país.El lanzamiento de BlackBerry en Rusia fue retrasado dos años mientras el FSB, el servicio de seguridad del país, negociaba el acceso de seguridad.
"En Rusia, los periodistas son muy conscientes de que su correo electrónico es interceptado", explica Ian Bremmer, presidente de la consultora de riesgo político Eurasia Group. "Dada la cantidad de dinero implicada, siempre habrá alguien espiando las empresas extranjeras. El FSB tiene los medios y los utiliza. No hay mucho que pueda hacer aparte de escribir los correos sabiendo que podrían ser interceptados".
Además, algunos oligarcas parecen tener vínculos cercanos con el servicio secreto, y Rusia ha dejado claro que ve algunos sectores económicos -particularmente el energético- como sectores clave.
China
China restringe duramente el uso de algunas tecnologías de la comunicación y controla el acceso a Internet tras su 'cortafuegos' en lo que los analistas consideran en parte como un intento de reprimir a los disidentes y la difusión de palabras, ideas e imágenes contrarias al Partido Comunista. Además, el país bloquea múltiples páginas web y herramientas de comunicación como Skype.En parte debido a su relativamente sencillo ejército, en desequilibro al compararlo con el de Estados Unidos, China es vista como un país que se esfuerza en construir su departamento de 'ciberguerra'.
Además, también ha sido sospechosa en muchas ocasiones de ciberataques a compañías estadounidenses, un factor clave en la decisión de Google de abandonar el país asiático a principios de año.
El buscador no dijo si creía que el Gobierno chino estaba detrás del ataque, pero una comisión asesora perteneciente al Congreso de EEUU dijo en noviembre de 2009 que que el Gobierno del país penetraba en las redes gubernamentales y de defensa estadounidenses para recopilar información.
China, por su parte, ha negado en múltiples ocasiones que su Gobierno apoye a los 'hackers'.
"Los chinos tienen los recursos para asignar 100 agentes a un problema al que el MI6 o la CIA podrían asignar sólo cinco o seis", explica el ex agente de contraterrorismo Fred Burton, ahora vice presidente de la compañía Stratfor. "Están particularmente interesados en atacar firmas emergentes de tecnologías de defensas, pues van tras su propiedad intelectual. Buscan llegar a los proyectos en una etapa temprana de su desarrollo".
Asimismo, en el país muchas empresas están ligadas de cerca al estado, pero esa cercanía no siempre se traduce en aceso a inteligencia comercial.
"No creo que las empresas en China deban asumir que todo lo que escriben es transmitido a directamente a sus rivales comerciales", explica Bremmer. "No todas las compañías chinas tienen conexiones con los oficiales de seguridad que tienen acceso a ese tipo de información".
India
India se convirtió el mes pasado en el último país en pedir al fabricante de BlackBerry, Research In Motion, que otorgase acceso a sus agencias de seguridad a los datos encriptados de los teléfonos. El movimiento, parte de un plan de seguridad electrónica más amplio, partió de las preocupaciones del país de que las comunicaciones de grans eguridad no moritorizadas podrían ayudar a los terroristas a planear ataques.Sin embargo, muchos analistas ven el riesgo para las compañías occidentales de que material comercialmente sensible pudiera filtrarse a sus rivales mucho menor que en otros países.
"Veo a la India como un país fuertemente inclinado en la dirección del libre mercado", asegura Ian Bremmer. "Es muy difícil tener capitalismo estatal en un sistema que ya es tan difuso y descentralizado, incluso aunque pueda ser una tentación para India ahora que empiezan a competir de una forma más directa con China".
Oriente Medio
Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos tienen sus propios conflictos con Research In Motion por el sistema de mensajería de BlackBerry, pero han retirado sus amenazas de interrumpir el servicio de manera absoluta.En general, los analistas creen que la mayor prioridad de los estados de Oriente Medio y el Golfo, cuando se trata de vigilancia electrónica, es enfrentarse al activismo, la disidencia política y el comportamiento 'inmoral', más que el espionaje comercial.
El experto en seguridad de la información en el Golfo Ali Jahangeri cree que una solución potencial podría ser tener dos sistemas diferenciados de BlackBerry, uno para los usuarios locales, que pudiera ser monitorizado de forma sencilla, y uno más seguro para los clientes internacionales que valoran la confidencialidad.
África
Los servicios secretos africanos son de 'baja tecnología' comparados con los de otras partes del mundo, aunque Fred Burton advierte que los ejecutivos occidentales podrían enfrentarse al espionaje procedente de servicios de inteligencia de países extranjeros con buenas relaciones con África.Esto podría poner a las firmas occidentales en desventaja en comparación con sus rivales extranjeros de países como China. Por el momento, Nigeria ha dicho que no tiene planes de tratar de acceder a los dispositivos BlackBerry.
Los expertos explican que los países africanos que espían a las compañías extranjeras utilizan métodos más tradicionales como seguir a los directivos o comprar información a los conductores, limpiadores y trabajadores locales.
Organizaciones por la libertad de prensa de Sudáfrica han acusado a China de vender equipamiento de vigilancia electrónica a varios gobiernos autoritarios africanos entre los que se incluye Zimbabwe, donde aseguran que se utiliza para espiar a la prensa y los defensores de los derechos humanos.
Países occidentales
La mayoría de los países occidentales tienen poderosas agencias de espionaje capaces de leer casi todo el tráfico doméstico y parte de los mensajes del exterior. La forma de funcionar depende de la legislación, aunque ésta varía y es imposible decir hasta qué punto es seguida.En cualquier caso, la intercepción de datos parece ser materia de intercambio frecuente y fluido entre las potencias anglosajonas dominantes -Reino Unido y EEUU, y también Australia, Canadá y Nueva Zelanda
Un libro publicado este año, 'El Estado secreto', del académico Peter Hennessy, dice que entre el 50% y el 80% de las materias de inteligencia discutidas en la reunión semanal del comité de inteligencia proviene de Estados Unidos.
Los estados europeos continentales frecuentemente sospechan que las potencias anglosajonas espían por con fines comerciales. Todo el tráfico europeo de BlackBerry pasa por servidores localizados en Reino Unido o Canadá, y por ello muchos gobiernos europeos son reacios a utilizarlo.
La mayoría de los expertos en seguridad creen que los poderes occidentales ocasionalmente utilizan los servicios de espionaje con fines comerciales, pero su principal objetivo es detectar amenazas y combatir el crimen económico.
Además, algunos expertos creen que la principal amenaza a la que se enfrentan las empresas occidentales, incluso en sus propios países, es la infiltración electrónica de potencias como Rusia y China.
"Las verdaderas joyas de la corona de América no son nuestros secretos gubernamentales, sino nuestra propiedad intelectual", escribe Richard Clarke, antiguo consejero de ciber seguridad de la Casa Blanca, en su libro 'Ciber Guerra'.
"China roba resultados por muy poco dinero (...) y luego los lleva al mercado. El único margen económico del que disfrutaba EEUU (...) está desapareciendo como resultado del ciber espionaje".
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