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2007/03/15

10 inconvenientes para el viaje a Marte

De: Maikelnai's Blog.


La NASA y otras agencias espaciales llevan años planeando (aunque no concretando) una misión tripulada a Marte. Muchos, entre los que se encuentran sabios eminentes como Stephen Hawking, sostienen que a medida que las condiciones en la Tierra se van deteriorando, convendría ir pensando en otras localizaciones en el espacio exterior, susceptibles de ser colonizadas por humanos, si es que deseamos sobrevivir como especie. El ser humano se ha sentido fascinado desde siempre por Marte, cada vez que se se habla de colonizar otros mundos, Marte surge como opción principal. Pero lo cierto es que para emprender un viaje tripulado al planeta rojo, aún tenemos que solventar muchos inconvenientes técnicos, una tarea que dista mucho de ser sencilla.
A continuación muesto una lista con los 10 riesgos principales que la humanidad deberá correr, si pretende poner el pie sobre otro mundo distinto al que nos vio surgir como especie.

1) Excesiva dependencia de la tecnología actual:

Un viaje a Marte no es tan sencillo como una misión a la órbita terrestre. Necesitaremos lo último en tecnología, y habrá que confiar en que los propios tripulantes puedan arreglar los desperfectos que puedan aparecer. Aquí no hay forma de recibir ayuda exterior, como cuando se estropea el Hubble. Por desgracia la experiencia nos dice que a mayor complejidad tecnológica, mayor probabilidad de fallo. En esencia eso significa que cualquier daño severo pondría en peligro de muerte a los tripulantes. Además, para ahorrar espacio y peso, habría que evitar transportar el combustible para el viaje de vuelta, de modo que los astronautas deberían poder fabricarlo en Marte (la mejor opción es extraer hidrógeno a partir de hielo marciano).

2) Gran distancia:

La distancia entre la Tierra y Marte, cuando ambos están en período de acercamiento, es de 54,5 millones de km. Esto significa que para alcanzar Marte, con los medios actuales, se tardarán seis meses. El viaje de vuelta podría ser aún más largo puesto que las posiciones relativas de los planetas en sus órbitas habrán variado. Un viaje de esta duración pondría al límite a la tecnología de la que disponemos y supondría todo un reto físico y síquico para los astronautas.

3) Radiación:

Sin la protección de la magnetosfera terrestre, los astronautas no contarían con un escudo protector contra la radiación solar. Además, están los rayos gamma que provienen de los agujeros negros recién nacidos y los rayos cósmicos procedentes de explosiones estelares, todas los cuales suponen un riesgo para la integridad del ADN. Sin la adecuada protección, la salud de los astronautas se vería alterada y el riesgo de contraer cáncer multiplicado (especialmente en el caso de las mujeres). Los sistemas de filtros suelen ser voluminosos, así que este es un reto tecnológico que aún se debe solventar.

4) Imposibilidad de comunicaciones en tiempo real con el control de mando:

Considerando la distancia entre Marte y la Tierra, una señal tarda 20 minutos en viajar entre ambos mundos. Los astronautas tendrán que esperar 40 minutos para recibir una respuesta del centro de operaciones. Lo cual implica que los viajeros de la nave tendrán que ser autónomos en cuanto a las reacciones a los daños o problemas graves que puedan surgir en cualquier instante. La preparación de los astronautas deberá ser aún más dura que la actual, sobre todo teniendo en cuenta los innumerables peligros y averías que pueden darse durante un viaje de esa duración.

5) Temor a una colisión con un asteroide:

Más allá de la órbita de Marte y antes de alcanzar la de Júpiter se encuentra una región de 550 millones de kilómetros repleta de asteroides. En la Tierra, aún no se han podido calcular la órbita de todos los pequeños asteroides que podrían impactar contra nuestro planeta, así que hacer algo parecido con las rocas que la nave podría encontrarse en su camino al planeta rojo es algo poco más o menos parecido a la ciencia ficción. Una colisión con una roca tan pequeña como una pelota de golf podría dar al traste con la misión en un solo instante.

6) Efectos de la baja gravedad:

Los astronautas tendrán que permanecer en un ambiente de gravedad cero hasta que alcancen Marte, y una vez que lo hagan se verán sujetos a una gravedad menor a la terrestre. La baja gravedad es todo un reto para el cuerpo humano ya que está comprobado que, durante períodos de tiempo prolongados, provoca daños a la musculatura terrestre, a los tejidos óseos y al sistema inmune. Una vez que regresaran, los astronautas tendrían que vérselas con la gravedad de la Tierra, que podría resultarles toda una “carga” fatal, por lo que necesitarían largos procesos de rehabilitación y adaptación. El ejercicio físico durante el viaje evitaría solo parcialmente estos problemas.

7) Efectos de la permanencia a bajas temperaturas continuas:

La temperatura en Marte varía entre unos -129º C y los 0º C. Vivir a temperaturas tan bajas podría tener efectos desastrosos en la circulación sanguínea e incluso podría provocar hipotermia a los astronautas. Una vez en el planeta rojo, los pioneros tendrían que producir su propia calefacción, probablemente desplegando una mini granja de paneles solares. Para ello, la misión debería alcanzar (y abandonar) el planeta rojo durante el verano marciano. El inconveniente es que durante esta estación el hielo se evapora, y la presencia de este elemeno es fundamental tanto para el suministro de agua potable, como para la fabricación de combustible. Por ello, elegir una localización correcta para el aterrizaje en Marte (soleada, pero cerca de cráteres helados y en semipenumbra) debería de ser una de las elecciones más importante. También convendría que la ubicación de la base se encontrase cerca del ecuador, para que el despegue fuera más sencillo al aprovechar la velocidad de rotación del planeta cuando se inicie el viaje de vuelta.

8) Riesgos por el polvo marciano:

Al contrario que el polvo terrestre, el regolito Marciano es más grande y áspero, similar al de la luna. Si los astronautas efectúan el largo viaje a Marte, deberán permanecer allí durante algunos meses. Esto haría que este polvo, potencialmente peligroso, se fuese acumulando en el equipo, causando problemas en los sistemas de cierre en los sistemas de ventilación, por lo que incluso se podría infiltrar en los pulmones de los tripulantes, con el consiguiente riesgo para su salud. Para empeorar el asunto, el polvo en Marte no se queda quieto sobre el suelo, como sucede en la luna, sino que es barrido por los furiosos vientos de las grandes tormentas de polvo.

9) Efectos sicológicos sobre los humanos:

Los humanos pueden padecer efectos mentales adversos a causa de la larga duración del viaje y de la permanencia en Marte. La soledad, las naturales tensiones con los compañeros y la batalla diaria para mantenerse en forma podrían jugarle malas pasadas a las mentes de los astronautas. No podemos basarnos en la experiencia en las misiones a la luna, a causa de su corta duración. Tampoco sirve de mucho la experiencia en las estaciones espaciales, como la MIR o la ISS, ya que los astronautas tenían comunicación directa (en tiempo real) con sus familias, y sabían que en caso de problemas serios, la Tierra y los sistemas de rescate, estaban al alcance de la mano. Los experimentos de aislamiento con sistemas cerrados en la Tierra (como el experimento Biosfera) demostraron que los problemas sicológicos derivados de la convivencia son una traba grave a tener en cuenta.

10) Coste económico:

Se cree que una misión a Marte podría costar alrededor de 100.000 millones de dólares USA. Un coste de este tipo ya ha sido descrito como “de locura” por algunos consejeros de la Casa Blanca, que creen que esa estimación podría quedarse corta en un 30%. Más aún, con este dinero se podrían financiar unas cuantas misiones no tripuladas consideradas más urgentes que el viaje a Marte, como la construcción de telescopios espaciales capaces de divisar exoplanetas. Una misión tripulada interplanetaria, probablemente se podría organizar con un gran esfuerzo internacional, pero buena parte de la opinión pública en varios países (especialmente en las democracias) no estaría de acuerdo con un “derroche” semejante. Por ello es probable que la solución pasase por confiar en iniciativas privadas, a cambio de derechos de explotación. Las riquezas naturales de Marte, de momento, no parecen darle mucho atractivo como objetivo comercial. La luna sin embargo, es rica en Helio-3, y por cercanía y dificultad técnica, es sin duda el campo de pruebas perfecto para un futuro viaje hacia el planeta rojo, así que es ahí donde todo debería empezar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

respecto al viaje al planeta rojo evidentemente se va a realizar por escalas en estaciones espaciales localizadas a lo largo de la ruta.
La primera de ellas seria la luna.

gabriela dijo...

La Luna podría ser la primera y única escala...¿para qué otras? Y siempre que sirviera para algo, pernoctar en la Luna! Por ahora, se piensa en viaje directo, pero es un sueño...hay que ser valiente para ir a estar bajo una permanente radiación, sin gravedad, y puros problemas!!