Acabo de leer que una empresa española ha presentado un programa p2p, llamado Omemo, que crea un dispositivo de almacenamiento virtual, y que se diferencia de los sistemas P2P existentes hasta ahora en que el fichero compartido " es troceado en paquetes de 64 KB, a cada trozo se le imprime una huella digital única, después se encriptan los trozos y antes de lanzarlo a la red se les asigna un identificador que permite al sistema su posterior rastreo y recomposición en el archivo original". Los autores afirman que es el programa "más anónimo y refractario a la censura que haya existido". La pregunta es: ¿qué grado de anonimato permite? ¿Hasta qué punto es deseable?
Fuente: Barrapunto.
Sony bajó el lunes en 100 dólares el precio de la PlayStation 3 (PS3) en Estados Unidos con la esperanza de impulsar las ventas de esta consola de videojuegos de nueva generación, que atraviesa dificultades en su intento de afianzarse frente a competidores más baratos. El grupo japonés anunció que la PS3 sería vendida desde ahora a 499 dólares (366 euros) en lugar de 599 dólares (439 euros) en el crucial mercado estadounidense.
Precisó que por ahora no contempla ninguna reducción de precios en Europa o en Japón, donde el precio de venta ya fue reducido un 20% antes de su lanzamiento en noviembre. Al mismo tiempo, Sony anunció el lanzamiento en agosto en Estados Unidos de una nueva versión más poderosa de la PS3. Este modelo de 80 gigabytes (contra 60 gigabytes de la consola estándar), mejor adaptada a los videojuegos en línea, era vendida hasta ahora sólo en Corea del Sur.
La PS3 seguirá siendo la consola más cara del mercado, por delante de la XBox 360 (299 a 479 dólares, según las versiones) y la Wii de Nintendo (249 dólares). La diferencia de precios explica por qué la consola de Sony ha quedado rezagada frente a sus rivales. En abril, en Estados Unidos, por cada cuatro ventas de una Wii se vendió una sola PS3. La relación fue de cinco a una en Japón.
Además de un precio más barato, la Wii se beneficia de una imagen de marca más familiar, así como de un original mando que permite reproducir en la pantalla los gestos del jugador. La PS3 sigue siendo considerada como una máquina complicada, reservada a los jugadores más curtidos. "El precio de la PS3 está perfectamente justificado por la calidad y sofisticación de la máquina. Pero eso necesariamente no basta para convencer a un consumidor que también tiene la opción de la Wii y de la XBox 360. La gente no está satisfecha con el precio", destacó Tatsuya Mizuno, analista de Fitch Ratings.
Según el analista, tampoco hay ningún juego que pueda aprovechar al máximo el potencial de la consola de Sony. Sony debe hacer todo lo posible para ganar participación de mercado para la PS3 a fin de evitar que los editores de videojuegos, decepcionados por la débil popularidad de la máquina, dejen de desarrollar juegos para ella, sostuvo Mizuno.
"Si la cantidad de PS3 aumenta, entonces los editores tendrán ganas de desarrollar más juegos y comenzará a girar la rueda de la fortuna. Pero aún estamos lejos de eso", advirtió el analista. El grupo espera vender más de 100 millones de PlayStation 3 en cinco años, como fue el caso con la PS2, la consola de juegos más vendida de la historia.
Pero las cosas comenzaron mal para la nueva máquina, cuyo lanzamiento debió ser aplazado seis meses en Japón y Estados Unidos y un año en Europa a raíz de una escasez de componentes. El éxito de la PlayStation es no obstante clave para el gigante japonés, que atravesó estos últimos años repetidos problemas técnicos y financieros, sobre todo el retiro el año pasado de millones de baterías para computadoras portátiles susceptibles de incendiarse.
Entre enero y marzo, Sony tuvo una pérdida neta de 67. 560 millones de yenes (409 millones de euros o unos 550 millones de dólares), la peor de su historia para un trimestre, en parte debido a los enormes costos de producción de la PS3. "Está claro que Sony se desenvuelve relativamente mal frente a la competencia y que necesita a toda costa hacer algo. Pero desde el punto de vista financiero, reducir el precio es una opción difícil, que refleja una situación muy dura", concluye Mizuno.