Fuente:
BBC Mundo.
Festejaron en traje de baño en la playa de Copacabana, ondeando banderas verde, amarillo y azul y danzando durante toda la noche, cuando Río de Janeiro consiguió su maravillosa proeza de ganar la sede de los Juegos Olímpicos de 2016.
En Copenhague, donde se anunció la decisión, el presidente Luiz Inacio Lula da Silva rompió en lágrimas de alegría, lo mismo que la leyenda futbolística Pelé y la mayoría de la delegación brasileña en la capital danesa.
Entre ellos estaba Eduardo Paes, el alcalde de la "Ciudad Maravillosa" conocida alrededor del mundo por su carnaval anual que atrae a 2 millones de visitantes al año.
Pero ahora, más de tres semanas después, el confetti ha sido barrido de las calles, las lágrimas de los ojos ya se secaron, y comienza el trabajo duro de ofrecer los juegos, con todo el esfuerzo logístico y de infraestructura que eso implica.
Grandes cambios
Igualmente importante para Río es utilizar uno de los eventos deportivos más grandes del mundo para darle un espaldarazo económico a la ciudad y la nación.
"Puede significar grandes cambios para la ciudad", dijo a la BBC el alcalde Paes, un hombre bien vestido de 39 años de edad.
"Cuando alguien gana la sede de los Olímpicos, recibe esta pregunta: ´¿Qué van a hacer para cambiar la ciudad?´".
"Miramos los Juegos de Barcelona como un ejemplo. Había una Barcelona antes de los Olímpicos, y otra después de los Olímpicos", agregó.
Aquellos olímpicos de Barcelona en 1992 vieron transformada la ciudad costera, incluyendo su zona portuaria, un proceso que Rio espera emular.
"Activo futbolístico"
Como la capital catalana, Rio está determinada a llevar a cabo una serie de muy apremiantes proyectos urbanos junto con la infraestuctura para los juegos, como parte de un presupuesto integral para los Olímpicos de US$15.000 millones.
"El plan maestro de la ciudad de Rio es el plan maestro de los juegos, y el plan maestro de los juegos es el plan maestro de la ciudad", indicó Paes, rodeado por un grupo de funcionarios de la ciudad en el Congreso Global de la Industria del Deporte en Londres.
"Estamos hablando de muchos proyectos que ya íbamos a emprender, tal como la renovación del puerto, que ya está recibiendo inversión", agregó.
"Otros proyectos ya en curso incluyen el mejoramiento de la infraestructura de transporte, con un sistema renovado de metro".
Y el alcalde, de visita por Londres, Barcelona y Atenas para solicitar consejo acerca de la organización de los Juegos, cree que llevar a cabo el Campeonato Mundial de Fútbol en 2014 será una ventaja.
"Es un activo ser la sede del Mundial dos años antes que los Olímpicos", insiste.
"Quiere decir que muchas de las estructuras estarán ya listas antes de 2016 - por ejemplo Rio será huésped del Centro de Medios del Campeonato Mundial, de la FIFA (Federación Internacional de Fútbol Asociado) y de muchos juegos importantes".
"Dineros públicos"
El alcalde señala que el hecho de que la ciudad ya esté desarrollando su infraestructura para 2014 le dio una ventaja en su batalla contra Madrid, Chicago y Tokio para llevar a cabo los juegos de 2016.
"Le mostró al Comité Olímpico Internacional que estaríamos preparados a tiempo", dijo el alcalde, quien asumió su cargo en enero de este año.
"La otra diferencia entre nuestra propuesta y la de otras ciudades es que tenemos acceso a fondos públicos garantizados, no estamos dependiendo exclusivamente de fondos privados".
Los dineros públicos llegan en momentos que la economía brasileña ha crecido, y el país en buena medida ha evitado caer en la reciente crisis económica global.
"A nuestro sistema bancario le fue relativamente bien durante la reciente crisis internacional comparado con algunos otros países", apunto Paes.
"Nuestra economía ha sido tradicionalmente inestable, pero las bases económicas del país están bien ahora", añadió el ex secretario de Turismo de Rio.
Una de las cosas que supuestamente ayudó a inclinar la balanza para Rio fue una proyección del Banco Mundial que predice que Brasil será la quinta mayor economía del mundo en 2016.
Ciudad de contrastes
Paes dijo que después de los Juegos se imagina un país más próspero, con mayor inversión extranjera, más turismo y más oportunidades de empleo.
Así como los sectores de turismo e infraestructura, incluyendo a los hoteles y los centros de conferencias, también esperan obtener grandes beneficios las industrias de construcción, medios, entretenimiento, finanzas, moda y diseño, así como la informática.
Pero el alcalde admite que todo no es perfecto en la creciente metrópolis, que alberga tanto a lujosos apartamentos como a empobrecidas favelas.
"Hay muchos contrastes en Rio, hay zonas pobres y con problemas en su infraestructura".
"Los juegos ofrecen una oportunidad para estrechar la brecha entre los ricos y los pobres antes de 2016".
Y añade: "Nunca escondimos nuestros problemas durante el proceso de solicitud. Le contamos a la gente nuestros problemas y cómo los estamos confrontando".
"Todavía tenemos mucho trabajo por hacer, y un gran trecho por recorrer. Estamos seguros que las políticas que estamos trayendo a Rio ayudarán a todos".
"Amigable con los negocios"
Se espera que el Mundial y los Olímpicos promuevan varios sectores económicos distintos.
"Rio es la sede de importantes empresas brasileñas en el sector de petróleos y gas, minería, medios y telecomunicaciones", comenta Paes.
"Tenemos una aglomeración de industrias creativas modernas, y una de las fuerzas laborales más calificadas del país", explica.
"Antes de los Olímpicos estamos trabajando para hacer que Rio sea más amigable con los negocios, y también ofreciendo incentivos y apoyo a todos aquellos que quieren hacer negocios en Rio".
Además de albergar los dos mayores eventos deportivos del mundo, Rio fue ya sede de los Juegos Panamericanos en 2007, y en 2011 organizará los Juegos Militares Mundiales.
La seguridad
"Pese a atraer esos importantes eventos internacionales, la ciudad acaparó recientemente titulares mundiales por las razones equivocadas, luego de que enfrentamientos entre la policía y pandilleros dejaron al menos 12 muertos".
Paes insiste en que la seguridad de los juegos no será un problema.
"Organizamos los Juegos Panamericanos con seguridad, y todos los años llevamos a cabo el carnaval, con dos millones de personas".
"Todavía tenemos muchos problemas, pero las cosas serán mucho más tranquilas y seguras en 2016".
Otro problema potencial que enfrentan todos los organizadores es el costo de mantener los escenarios luego de los Olímpicos.
Pero el alcalde dice: "Nuestros nuevos escenarios nos permitirán expandir deportes distintos, aparte del fútbol, en nuestro país, y nos darán la oportunidad de ofrecer programas deportivos para 700.000 niños en la ciudad".
Dice que la ciudad está trabajando ya en el mantenimiento futuro de los estadios y cómo pueden ser utilizados por los jóvenes.
"Las cosas están saliendo bien en nuestro país y estamos seguros que vamos a tener unos juegos fantásticos", promete.
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