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2012/02/13

¿Por qué alguna gente nunca se deprime?

Ante experiencias perturbadoras de la vida -como la ruptura de un matrimonio, la pérdida de un trabajo o la muerte de un familiar- muchas personas se deprimen. Sin embargo, otras no. ¿Por qué ocurre esto?
Una persona que vive experiencias traumáticas y no se deprime posee una cualidad que en psiquiatría se conoce como "resiliencia". (La academia de la lengua define el término como "la capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas").

De acuerdo con la doctora Rebecca Elliott, psicóloga de la Universidad de Manchester, todas las personas están situadas en algún lugar de la escala: "En un extremo hay personas que son muy vulnerables. Enfrentadas a situaciones bajas de estrés, o ninguno en absoluto, van a desarrollar un problema de salud mental".
"En el otro extremo, hay personas que han tenido experiencias muy terribles, y sin embargo permanecen positivas y optimistas".
La mayoría de nosotros, piensa la doctora de la universidad británica, está más o menos en el medio de la escala.
Pero, ¿qué es la resiliencia? ¿Es algo que hemos heredado o que aprendemos? ¿Puede ser rastreada en la química del cerebro o en la actividad eléctrica? Y si nos falta, ¿la podemos adquirir?
Lamentablemente, la respuesta a todas esas preguntas es muy similar. No lo sabemos.

Flexibilidad cognitiva

Según la Organización Mundial de la Salud, la depresión afecta a más de 120 millones de personas en todo el mundo.
Bill Deakin, profesor de Psiquiatría en la Universidad de Manchester, estima que "lo preocupante es que la cifra de personas aquejadas de depresión tiende a aumentar y el problema está empezando a afectar a los jóvenes".
Con el apoyo del Consejo británico de Investigación Médica, Bill Deakin, Rebecca Elliott y sus colegas están estudiando el cerebro y tratando de comprender los orígenes y la naturaleza de la resiliencia.
Ellos piensan que el mejor entendimiento de esta cualidad podría ayudar a quienes carecen de ella.
Los expertos estudian intencionalmente a un grupo mixto: algunos integrantes han sufrido episodios de depresión, otros no. Algunos han experimentado eventos adversos en su vida, mientras que otros han vivido relativamente sin preocupaciones.
El equipo tiene la ventaja de poder aprovechar una investigación previa sobre la resistencia al trastorno de estrés post-traumático.
Esto, dice Bill Deakin, les ha permitido rastrear rasgos relevantes de la función cerebral.
Estos rasgos incluyen la flexibilidad cognitiva, que es la capacidad de adaptar el pensamiento a diferentes situaciones, y también el grado en que nuestros cerebros se concentran en el procesamiento de recuerdos felices o tristes.

Memoria emocional

Cada persona objeto del estudio de Manchester ha sido asignada a uno de cuatro grupos, en función de las cuatro combinaciones posibles de estrés alto y bajo y con o sin depresión.
Todas dieron muestras de saliva para comprobar sus niveles de hormona del estrés y muchas se someterán a un escáner cerebral.

El procedimiento de imagen por resonancia magnética funcional permitirá a los especialistas ver las partes del cerebro que están activas mientras los sujetos realizan tareas específicas.
"En una de las tarea damos imágenes con una alta carga emotiva", dice Rebecca Elliot. "Ellos tienen que memorizarlas".
Poco después "se les muestra una vez más estas imágenes" para probar la memoria emocional y "cómo la gente recuerda qué material tiene un componente emocional".
La investigación aún no ha concluido, por lo que Rebecca Elliott no puede decir si los distintos grupos ponen en juego diferentes funciones cerebrales.
Pero hay indicios alentadores como la correlación encontrada entre las mediciones de la resistencia psicológica de los sujetos y cómo se comportan en algunas de las pruebas.
"Por ejemplo, nuestros datos preliminares sugieren que las personas más resistentes son más propensas a reconocer las caras felices y menos propensas a reconocer las caras tristes o temerosas. Las personas más resistente recuerdan mejor las palabras y fotografías positivas".
En términos generales, se espera que la comprensión de la actividad del cerebro que genera resiliencia pueda ofrecer indicaciones que conduzcan a nuevos tratamientos o mejores maneras de usar los ya existentes.

¿Una píldora de resiliencia?

Bill Deakin habla de la exploración del cerebro para crear lo que él llama un "perfil neurocientífico" del problema de un individuo. Esto podría ser utilizado para identificar metas y objetivos y decidir sobre el mejor tratamiento.
El paciente puede llegar a tener un funcionamiento cognitivo normal, pero una tendencia a concentrarse en pensamientos tristes. "Esto podría permitir que la terapia reduzca la probabilidad de un episodio de depresión", dijo Deakin.
Respondiendo a la sugerencia de que si una "píldora de resiliencia", adaptada a la actividad y la química de nuestro cerebro, podría ser útil, Rebecca Elliott se muestra cauta. "Supongo que, teóricamente, sería posible", dice.
"De lo que no estoy segura es de que la gente esté dispuesta a tomar ese tipo de fármaco".
Pero de cualquier manera hallar una manera de estimular la capacidad de resistencia psicológica es un propósito por el que vale la pena trabajar.
Por ahora ningún médico es capaz de recetar un fármaco que estimule la resiliencia. Pero un día ... eso tal vez sea posible.

2012/02/10

Futuros "smartphones" podrían detectar y tratar síntomas de depresión


Los futuros "smartphones" podrían servir para tratar la depresión, ya que detectarían el momento en el que una persona se siente triste y la animarían a salir para superarlo.
Lo afirman los investigadores de la Northwestern University Feinberg School of Medicine, en EEUU, que investigan tecnologías virtuales móviles con Internet como herramienta para tratar la depresión y otros trastornos del ánimo.
En esta línea avanzan otros teléfonos y proyectos similares que buscan evitar las sesiones semanales de terapia para adoptar nuevas aproximaciones que proporcionen al paciente ayuda inmediata y acceso a una población más amplia.
Entre estos proyectos tecnológicos destaca el que busca un "smartphone" que valora los estados de humor de su propietario.
El teléfono detecta los síntomas de depresión ya que utiliza los datos de sus sensores para interpretar el lugar en el que se encuentra la persona, su nivel de actividad, a través de una acelerómetro, su contexto social y su estado de ánimo.
Si el teléfono, que conoce las costumbres del usuario, siente que está aislado, podría sugerir que llamara o quedara con amigos. El proyecto se llama "Mobilyze!", informó la agencia Europa Press.
Otro de los proyectos desarrolla un recipiente para los medicamentos que podría controlar si un paciente olvida su dosis diaria de antidepresivo y recordarle que debe tomarla. Este recipiente es parte del denominado "MedLink system".
La información se envía al médico con una recomendación, como que cambie la dosis o el fármaco que emplea con este paciente, si fuera necesario.
El "MedLink system" podría ser utilizado también para mejorar la adherencia al tratamiento en pacientes con esquizofrenia o VIH.
Un equipo de investigadores de la University of Southern California está trabajando en un prototipo de "humano virtual programable" cuya misión sería enseñar habilidades sociales y asertividad a adolescentes y adultos, además de tratar la depresión.
Otro proyecto ayudaría a los supervivientes del cáncer a manejar el estrés y la depresión.
Se trata de una web donde entrenadores humanos controlan los progresos a través de llamadas telefónicas o "e-mails".

2011/09/19

Electricidad contra la 'tristeza'

Julia tenía 54 años y llevaba más de una década luchando contra la depresión , en el mayor grado en que esta pueda considerarse. Vivía con su padre, y ambos necesitaban un cuidador. Había probado con todos los tipos de antidepresivos disponibles, con psicoterapia e incluso con terapia electroconvulsiva (electroshock), pero los resultados no llegaban. Hasta que decidió someterse a un tipo de tratamiento experimental que en España lleva a cabo el hospital de Sant Pau, en Barcelona. El tratamiento recibe el nombre de estimulación cerebral profunda (ECP), y consiste en la colocación de unos pequeños electrodos en zonas determinadas del cerebro, específicas para cada tipo de enfermedad que pretenda tratarse. Hoy, Julia (nombre supuesto) no sólo no necesita un cuidador, sino que, en palabras de Dolors Puigdemont, psiquiatra del hospital y coordinadora del proyecto, "ahora incluso es ella la que cuida de su padre".
Una de cada cinco personas sufrirá una depresión a lo largo de su vida. De estas, una de cada cinco terminará no respondiendo a ningún tipo de tratamiento, y es lo que se conoce como depresión mayor resistente. Desde los años cuarenta se generalizó el uso de la terapia electroconvulsiva para el tratamiento de múltiples enfermedades mentales. La ECP es, por así decirlo, su forma fina y evolucionada, ya que permite liberar la descarga eléctrica en las zonas deseadas con una gran precisión.

La ECP consiste en la colocación de un par de electrodos en la zona del cerebro que se quiere estimular. Para ello, se usa una técnica conocida como estereotaxia: primero, al paciente se le practican una serie de pruebas de imagen cerebral para conocer su estructura particular. Después, se fijan las coordenadas deseadas en un casco especial. A continuación se introducen los electrodos tras abrir un pequeño orificio en el cráneo. Durante todo este tiempo, la persona está despierta (el cerebro no duele). Una vez en la región deseada se duerme al paciente y se implantan los electrodos, que estarán conectados a una batería colocada bajo la piel del costado.
La ECP se ha probado ya en unos 70.000 enfermos de párkinson, porque se conocen con bastante exactitud los circuitos cerebrales que están alterados y basta con observar la mejora de sus movimientos para medir la respuesta. Pero mientras trataban a estos pacientes, los médicos se dieron cuenta de que algunos de ellos sufrían alteraciones inesperadas en el humor. Algo provocaban los electrodos que no tenía que ver con los temblores y que podría emplearse para aliviar la tristeza extrema.
En el año 2005, el grupo de la psiquiatra Helen Mayberg, en Toronto, publicó los primeros resultados de su uso contra la depresión resistente. Cuando leyeron el artículo en el departamento de Psiquiatría del hospital de Sant Pau, Víctor Pérez y su grupo decidieron realizar esta técnica. Sus primeros resultados han sido aceptados para publicarse en la revista International Journal of Neuro-psychopharmacology. Según Puigdemont, "de los ocho pacientes, cinco alcanzaron la remisión completa al año de seguimiento, y todos mejoraron, al menos parcialmente".
El psiquiatra Eduard Vieta, director del Programa de Trastorno Bipolar en el hospital Clínic de Barcelona y ajeno al proyecto, valora positivamente los estudios realizados hasta la fecha. Sin embargo, destaca que la ECP para la depresión "todavía está en fase experimental y, en cualquier caso, debe tenerse en cuenta que la mayor parte de los pacientes responden bien a los tratamientos tradicionales, como los fármacos antidepresivos y la psicoterapia".
De momento, la ECP está en vías de confirmar su uso para el trastorno obsesivo-compulsivo. Para la depresión es aún una terapia experimental, ya que el número total de pacientes estudiados en todo el mundo es de poco más de 50, y los datos de su eficacia a largo plazo son aún escasos. Al mismo tiempo se está estudiando también la posibilidad de emplearse en otros trastornos como la esquizofrenia, el dolor crónico, las adicciones o incluso la obesidad. De hecho, mientras se implantaban los electrodos a un paciente con obesidad mórbida, este recuperó recuerdos que había perdido tiempo atrás, lo que abre posibilidades para el tratamiento del alzhéimer .

2011/07/27

Radiografía a 121 millones de depresivos

Uno de cada diez españoles ha sufrido o sufrirá depresión, una enfermedad que instaura la tristeza en el cerebro y, en la peor de sus vertientes, puede acabar en el suicidio. La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que la depresión, que afecta a 121 millones de personas en todo el planeta, es responsable de unas 850.000 muertes cada año. Ahora, la mayor investigación realizada hasta la fecha parece confirmar que esta infelicidad se desparrama por el mundo en función de las condiciones sociales.
El estudio, coordinado por la OMS y basado en entrevistas con 89.000 personas, indica que la proporción de individuos con depresión a lo largo de su vida es mayor en los países ricos (15%) que en los de ingresos medios o bajos (11%). Los más afectados son Francia, donde el 21% de la población padecerá una depresión, y EEUU, con un porcentaje que supera el 19%. En los países con bajos ingresos estudiados, la proporción de enfermos es menor, con las excepciones de Brasil (18,4%) y Ucrania (14,6%), donde esos sentimientos de tristeza que no desaparecen se atribuyen en parte al desastre nuclear de Chernóbil.

Aunque ha habido trabajos similares en el pasado, es la primera vez que se unifica la metodología en los 18 países estudiados, según expli-ca uno de los 20 autores del estudio, el español Jordi Alonso, del Instituto de Investigación del Hospital del Mar, en Barcelona. "En general, hemos visto que los países asiáticos y africanos presentan menos casos de depresión", explica este médico. "Vemos que hay factores protectores, como disfrutar de una vida familiar consolidada, las redes sociales y otros aspectos que evitan que se desarrolle la enfermedad", subraya.

La pérdida de la pareja

El estudio, publicado en el último número de la revista BMC Medicine, ha confirmado además que algunos factores relacionados con la depresión coinciden en todos los países. Las mujeres tienen el doble de probabilidades de sufrir una depresión que los hombres. Y la pérdida de la pareja, sea por divorcio, separación o muerte, es uno de los principales responsables de la aparición de trastornos depresivos en todas partes.

"Hemos mostrado que la depresión es una preocupación importante de salud pública en todas las regiones del mundo y que está fuertemente unida a las condiciones sociales. Comprender los patrones y las causas de la depresión puede ayudar a emprender iniciativas globales para reducir el impacto de la depresión en las vidas individuales y la carga para la sociedad", ha declarado la principal firmante del estudio, Evelyn Bromet, de la Universidad del Estado de Nueva York en Stony Brook(EEUU).
A esta "carga" de la que habla con crudeza Bromet le ha puesto cifras la Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental. Según esta organización, la depresión ya es la cuarta causa de discapacidad mundial entre todas las enfermedades y se calcula que, en 2020, será la segunda. En Euro-pa, como recordó la fundación en 2008, "la depresión aparece en varios estudios como la primera causa de discapacidad, por delante de enfermedades como la cardiopatía isquémica, la artritis, el asma o la diabetes". Se cree que uno de cada cinco ingresos hospitalarios relacionados con trastornos mentales está provocado por la depresión.

Antidepresivos triplicados

En España, los pacientes desembolsaron más de 600 millones de euros en antidepresivos en 2007. Las ventas se multiplicaron por tres en el decenio anterior, coincidiendo con el lanzamiento del célebre Prozac. Sin embargo, estudios recientes han puesto en duda la eficacia de estos fármacos. Un trabajo publicado en la revista JAMA en enero de 2010 mostró que, en los casos más graves, la mejora tras consumir antidepresivos es sustancial. Por el contrario, a los pacientes con síntomas de menor gravedad estos fármacos les sirven para lo mismo que si tomaran una pastilla de azúcar. En España, las conclusiones de este estudio se traducirían en que buena parte de los más de 20 millones de enva-ses de antidepresivos vendidos anualmente no debería haber salido de las farmacias.
El nuevo estudio, que emplea datos de las Encuestas de Salud Mental de la OMS, ha desvelado otras sutiles diferencias entre países pobres y ricos: la edad del comienzo de los primeros síntomas de la depresión. En las naciones con bajos ingresos la enfermedad aparece casi dos años antes, a los 24. No obstante, los datos deberán ser revisados en el futuro a la luz de nuevos estudios. Las encuestas de España, por ejemplo, se obtuvieron entre 2001 y 2003.
El expresidente de la Asociación Española de Neuropsiquiatría, Alberto Fernández Liria, señala que las diferencias constatadas entre países pobres y ricos "no se deben tanto a la renta del país, sino a las diferencias entre rentas altas y bajas dentro de ese mismo país". Esto explicaría los resultados obtenidos en Colombia, donde el 13,3% de la población sufre o sufrirá una depresión, o en Brasil (18,4%), ambos países con una fuerte desigualdad social. Estas proporciones son mucho menores en China (6,5%) o en Suráfrica(9,8%), el único país analizado en el continente africano.

Fernández Liria, jefe del servicio de Psiquiatría del Hospital Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares y ajeno a este estudio, apunta varias razones que podrían explicar por qué EEUU está en la cabeza de la tabla, inmediatamente por detrás de Francia. Factores como la naturalidad con la que los estadounidenses ven las enfermedades mentales estarían detrás de esta sinceridad en las encuestas.

Marketing de fármacos

En otros países, muchos encuestados podrían haberse resistido a admitir sus síntomas de depresión. En algunos, como Nepal, no hay instalaciones adecuadas para tratar a las personas con enfermedades mentales, así que muchos acaban en prisión. Y en los países más pobres, sin acceso a ningún tipo de tratamiento, los enfermos no estarían en condiciones de responder al cuestionario de la OMS.
Los investigadores excluyeron de su estudio a Nigeria por la "extremadamente baja" proporción de personas con depresión: un 3,1% de la población la padecerá durante su vida, segun los datos que están en manos de los científicos. A su juicio, esta escasez de casos arroja dudas sobre la libertad de los nigerianos a la hora de hablar sobre su salud mental.
En EEUU la situación es radicalmente diferente. Los antidepresivos se anuncian directamente al consumidor, que los acaba percibiendo como si fueran una pastilla para el resfriado. Esta práctica publicitaria está prohibida en muchos países, incluida España.
Sin embargo, el factor más decisivo, a juicio de Fernández Liria, son "las altas expectativas" de los estadounidenses, sin redes sociales ni estatales fuertes para amortiguar los fracasos. "Es un país donde tienes un riesgo importante de perder todo lo que has ganado", explica el psiquiatra. La presión del sueño americano acaba en tristeza. Más de 20 millones de estadounidenses viven con una depresión, según el Instituto Nacional de Salud Mental.

Publico

2011/01/05

Un estudio resucita el 'gen de la depresión'

Los mecanismos que conducen a la depresión siguen siendo un misterio siglos después de su descripción. Por esta razón, diversos estudios han intentado demostrar una conexión genética, sin resultados concluyentes hasta la fecha. Ahora, no obstante, las cosas podrían cambiar.
Como recuerdan los autores en un artículo publicado hoy en Archives of General Psychiatry, un estudio demostró en 2003 que sí existía esa conexión genética y que 5-HTTLPR, un gen que regulaba la serotonina (un conocido neurotransmisor sobre el que actúan muchos de los antidepresivos que se comercializan en la actualidad), estaba directamente relacionado con la habilidad para recuperarse de un trauma emocional grave, como el abuso infantil. En su día, el trabajo fue calificado por la revista Science como uno de los diez descubrimientos científicos del año.
Pero lo prometedor del hallazgo se esfumó cuando otro estudio, publicado en 2009 en la revista JAMA, revisó todos los trabajos que estudiaban la presunta asociación para concluir que las conclusiones no estaban lo suficientemente demostradas. The New York Times, uno de los diarios más influyentes del mundo, se hizo eco del estudio y la idea quedó relegada.
Según Archives of General Psychiatry, el estudio que desmontó el hallazgo previo, sólo analizaba 14 de los 56 trabajos sobre la relación entre el gen 5-HTTLPR y la depresión y el estrés. Al evaluar todos, incluyendo los realizados con posterioridad a 2009, los autores, de la Universidad de Michigan (EEUU) consideran que el nexo vuelve a demostrarse.

Publico

2010/10/20

Científicos de Yale descubren un gen clave en el desarrollo de la depresión

20minutos

Investigadores de la Universidad de Yale, en Estados Unidos, han descubierto un gen que podría tener un papel clave en el desarrollo de la depresión. El descubrimiento podría suponer la creación de un nuevo tipo de antidepresivos, señalan los científicos, según recoge Tendencias 21.
Se sabe que alrededor del 40% de los pacientes con depresión no responden a los tratamientos médicos disponibles actualmente, de ahí la importancia de encontrar otras vías terapéuticas para curar un trastorno que se calcula afecta a alrededor de 340 millones de personas en todo el mundo.
En su estudio, los investigadores escanearon el genoma completo de 21 fallecidos diagnosticados en vida con depresión, y lo compararon con el genoma de 18 individuos que no habían padecido este trastorno.
De esta forma, descubrieron que un gen llamado MKP-1 se encontraba duplicado en el tejido cerebral de los deprimidos.

2010/09/20

Surf: nueva terapia contra la depresión

BBC Mundo

Especialistas en el Reino Unido están probando una nueva terapia para combatir la depresión entre los jóvenes: lecciones de surf.
El proyecto piloto está siendo coordinado por el Servicio Nacional de Salud (NHS, por sus siglas en inglés) en Cornualles, en el suroeste del país.
Durante seis semanas, surfistas profesionales llevarán a cabo lecciones individuales con 20 jóvenes a quienes se les ha diagnosticado un trastorno de salud mental.
El objetivo, afirman los expertos, es ofrecerles terapia para ayudarlos a mejorar la confianza en sí mismos y al mismo tiempo aprender una nueva habilidad.
El proyecto tiene un costo total de US$8.000 aproximadamente y según sus organizadores es "dinero muy bien gastado".
"Durante mucho tiempo se ha demostrado con evidencia clara que cuando organizas actividades terapéuticas basadas en tareas particulares, la gente no sólo se beneficia con la interacción social sino éstas también ayudan a adquirir confianza", afirma Joe McEvoy, del organismo encargado de atención a la salud en Cornualles.
"Ése ha sido uno de los principios de la terapia ocupacional y ya se ha establecido como disciplina terapéutica en todas las secciones de la atención a la salud durante muchas décadas".
Los participantes son jóvenes de entre 12 y 25 años que fueron recomendados para el proyecto por organizaciones de ayuda locales y profesionales de salud mental.
La depresión es un trastorno común cuyos síntomas incluyen bajo estado de ánimo, pérdida de interés, sentimientos de culpabilidad o baja autoestima, trastornos de sueño o apetito, bajos niveles de energía y concentración.
Estos problemas pueden ser crónicos o recurrentes y pueden conducir a una grave discapacidad del individuo.

Energía y olas

En 2009 se inició un programa similar en la región que ofrecía terapia de surf para el personal de las fuerzas armadas británicas que sufría trastorno por estrés postraumático (TEPT).
El programa fue organizado por el ex soldado británico Rich Emerson, quien sufría de TEPT, cuyos síntomas incluyen depresión, ansiedad y rabia incontrolable.
El señor Emerson cree que el principal beneficio del surf es que concentrar la energía y la atención en las olas ayuda a olvidarte de todo lo demás.
Cornualles, ubicado en la costa del océano Atlántico, es región de grandes oleajes y se ha convertido en "la capital" del surf en el Reino Unido.
"Esta costa es uno de nuestros recursos más valiosos y tiene sentido utilizarla para mejorar la salud y el bienestar de nuestros pacientes" dice Joe McEvoy.
"Con la actividad física se obtienen muchos beneficios positivos para la salud y la gente que sufre una mala salud mental también puede sacar provecho con una mejor autoestima y realizando actividades que son divertidas", agrega.
Las lecciones de surf están siendo coordinadas por una compañía basada en Polzeath, en el norte de Cornualles, que diseñó el proyecto de ofrecer 12 sesiones de medio día en diversas playas de la región.
Según la Organización Mundial de la Salud unas 120 millones de personas en todo el mundo -principalmente de entre 15 y 44 años de edad- podrían sufrir depresión.
Y el trastorno está asociado a unas 850.000 muertes cada año, principalmente por suicidio.

2010/08/20

En busca del antidepresivo perfecto

Publico

"Muchas veces los pacientes vienen a la consulta a los cuatro días de que les hayamos prescrito antidepresivos. Afirman que no les funciona y que, además, notan los efectos secundarios, como sequedad de boca o molestias digestivas. No es raro que dejen el tratamiento". El coordinador de Salud Mental del Área 3 de Madrid y jefe del Servicio de Psiquiatría del hospital universitario Príncipe de Asturias, Alberto Fernández Liria, resume en esta frase uno de los mayores problemas existentes en la terapia farmacológica de la depresión: la dificultad de que los pacientes sean constantes en el consumo de los fármacos prescritos hasta que estos hagan efecto, lo que se conoce como adherencia al tratamiento.
Un artículo publicado hoy en Science podía dar la clave para diseñar nuevos antidepresivos que hagan efecto nada más empezar a administrarse, algo que ya se ha conseguido en una ocasión, pero que aún no se ha implantado en la práctica clínica. El fármaco en cuestión es la ketamina, un viejo anestésico animal que se utiliza además, como droga recreativa. El trabajo de Science, realizado por investigadores de la Universidad de Yale (EEUU) explica el mecanismo de acción por el que la ketamina funciona tan rápido y deja entrever, además, que podría imitarse en el diseño de nuevos medicamentos.
En 2006, un estudio del Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH) de EEUU publicado en la revista Archives of General Psychiatry provocó cierto optimismo entre la comunidad médica, al demostrarse que la ketamina, en dosis mucho menores que las utilizadas en su versión anestésico, lograba en pacientes con depresión bipolar resistente al tratamiento un "robusto efecto antidepresivo" en sólo 40 minutos.
Hace apenas dos semanas, el milagro volvió a repetirse, como se pudo leer en las páginas de la misma revista. En esta ocasión, los participantes en el estudio no tenían depresión, sino trastorno bipolar, un desorden psiquiátrico en el que se alternan periodos depresivos con eufóricos. La mayoría de los pacientes que recibieron el fármaco en su nuevo uso inyectado y en una dosis, vieron cómo los síntomas de su depresión desaparecían en poco más de media hora y el alivio duraba al menos una semana.

Latencia tradicional

En los antidepresivos que se utilizan en la práctica clínica, la realidad es muy diferente. Como recuerda Fernández Liria, "tanto los antidepresivos clásicos como los modernos tardan al menos dos semanas en comenzar a hacer efecto". Además, cuando comienza la acción terapéutica, el alivio de los síntomas depresivos no es, ni mucho menos, inmediato. "Se considera que un antidepresivo no ha sido eficaz cuando el paciente lleva tomándolo dos meses y no ha empezado a hacer efecto, lo que no quiere decir que haya conseguido la remisión de los síntomas, sino que esta ha comenzado", comenta el especialista del hospital madrileño.
Por esta razón, Fernández Liria recuerda que el antidepresivo con efecto inmediato se lleva buscando desde hace mucho tiempo. "Siempre que sale un antidepresivo nuevo, se dice que el tiempo de latencia es menor pero, a la hora de la verdad, no se ha conseguido con ninguno", comenta. El psiquiatra reconoce que no conocen las causas de esta ralentización en la acción de los fármacos, porque "hay muchas cosas por saber, sobre todo qué provoca la depresión".
Y al igual que no se conoce por qué los antidepresivos tardan tanto en hacer efecto, tampoco se sabía hasta ahora qué había detrás de la extrañamente rápida acción de la ketamina, como resaltan en la introducción de su estudio los investigadores dirigidos por Nanxin Li: "La rápida respuesta antidepresiva tras la administración de ketamina sugiere una posible nueva aproximación a los tratamientos de los trastornos del estado de ánimo en comparación con las semanas o meses que se requieren para la medicación convencional".
Lo que Li y sus colaboradores observaron, en un experimento en roedores de laboratorio, es que la ketamina activa la vía celular denominada mTOR. Curiosamente, esta misma vía se considera una diana terapéutica para el cáncer y frente al envejecimiento, puesto que un fármaco que la inhibe un tipo de inmunosupresor llamado rapiminicina consiguió el año pasado prolongar la vida en ratones, en un estudio en Science.
Y es que el trabajo publicado hoy sugiere una posible asociación entre la depresión y el estrés, un factor que también se relaciona con el envejecimiento prematuro.
De hecho, los investigadores observaron en el cerebro de las ratas que la ketamina causaba un efecto opuesto al estrés, ya que aumenta las proteínas señalizadoras y hace que se incrementen las funciones de nuevas sinapsis el proceso de unión entre neuronas que constituye el lenguaje básico del sistema nervioso en la corteza prefrontal del cerebro de las ratas. Estudios anteriores ya habían demostrado que el estrés provoca el efecto contrario.
Según explican los investigadores, este aumento de las sinapsis resultó en una elevación del neurotransmisor 5HT, una diana habitual de los antidepresivos tradicionales. Descubrir nuevas vías de activación de la mTOR abriría el camino para el desarrollo de nuevos antidepresivos de acción tan rápida como la ketamina.

Trastornos resistentes

A día de hoy, la ketamina no se utiliza en la práctica clínica, ya que su indicación como antidepresivo está todavía siendo estudiada. Aunque los resultados del equipo que más activamente investiga su uso (el del especialista del NIMH Carlos Zarate) son positivos, el fármaco sólo se ha ensayado en pacientes con trastornos resistentes a la acción de los antidepresivos tradicionales. Además, los efectos secundarios de la ketamina como anestésico incluyen algunos con implicaciones psiquiátricas, como la presencia de alucinaciones.
Un editorial que acompaña al estudio de Science pide cierta cautela al interpretar el trabajo de Li, ya que, advierten sus autores del University College Cork (Irlanda), no se conocen los efectos de la vía mTOR en el cerebro humano deprimido. "Hay que tener cuidado al comparar resultados de ratones con humanos", concluyen los autores.

2010/08/04

Los adolescentes "adictos" a Internet son más propensos a las depresiones

Cope

Según el estudio publicado en Archives of Pediartic and Adolescent Medicine, 1.041 adolescentes de Guangzhou en el sureste de China completaron un cuestionario para identificar si utilizaban Internet de una forma patológica y si padecían ansiedad y depresión.

La amplia mayoría de los adolescentes, más de 940, utilizaban Internet correctamente, pero 62 (6,2% ) fueron calificados como internautas moderadamente patológicos, y 2 (0,2% ) como "severamente patológicos".

Nueve meses más tarde, los estados sicológicos de los adolescentes volvieron a ser evaluados y los investigadores encontraron que los estudiantes que usaban Internet descontrolada o irracionalmente tenían una propensión dos veces y media mayor de desarrollar una depresión que aquellos que la usaban de forma normal.

2010/07/23

Con depresión el mundo se ve literalmente de color gris

Fuente: BBC Mundo.

La depresión altera la visión y el contraste con el que se perciben los colores. Por eso quienes sufren el trastorno literalmente ven el mundo de color gris, afirma un estudio.
Ésa es la conclusión de una investigación llevada a cabo por científicos de la Universidad de Friburgo, en Alemania, que descubrieron por qué la gente con depresión suele ver todo "más oscuro".
En estudios previos, los investigadores encontraron que la gente con depresión tiene dificultades para detectar las diferencias en los contrastes de blanco y negro.
En la nueva investigación midieron la respuesta de la retina de varias personas, tanto con depresión como sin ella, que fueron sometidas a análisis de neuropsiquiatría y oftalmología utilizando electrocardiogramas de la retina del ojo.
La retina, ubicada en la parte posterior del ojo, contiene células sensibles que convierten la luz en impulsos nerviosos que el cerebro interpreta para permitirnos ver.
Los científicos descubrieron que los pacientes con depresión, algunos sometidos a tratamientos antidepresivos y otros no, tenían una capacidad mucho más baja de contraste en la retina que los que no sufrían el trastorno.
Este efecto, explican los autores, es similar a ver la televisión bajando los niveles de contraste.

Forma de diagnóstico

Los investigadores también encontraron una asociación entre la capacidad de detectar el contraste y la severidad de la depresión.
Es decir, los pacientes con los síntomas más graves de depresión fueron los que mostraron menos capacidad de respuesta en la retina.
Tal como señalan los investigadores en la revista Biological Psychiatry, el estudio podría conducir a crear una forma de evaluar la severidad de la depresión midiendo el contraste de la retina.
"Estos datos muestran la profundidad de la forma como la depresión altera la experiencia del mundo de un individuo", expresa el doctor John Krystal, editor de la publicación.
"Cuando la gente está deprimida, es menos capaz de percibir contrastes en el mundo visual", agrega.
"Esta pérdida parece convertir al mundo en un lugar menos placentero para vivir".
Por su parte, el doctor Ludger Tebartz van Elst, quien dirigió el estudio, afirma que esta forma de medición de la retina podría convertirse en "una herramienta valiosa para medir objetivamente el estado subjetivo de la depresión".
"Esto podría tener implicaciones a largo alcance tanto para la investigación como para el diagnóstico clínico y la terapia de la depresión".
Pero el científico agrega que aunque estos resultados son claros, será necesario confirmarlos en futuros estudios.

2010/07/07

La depresión duplica el riesgo de demencia

Fuente: BBC Mundo.

Las personas que sufren depresión podrían tener el doble de riesgo de desarrollar demencia más tarde en la vida, afirman científicos.
Los expertos saben que ambas enfermedades a menudo coexisten, pero hasta ahora no había estado claro si en realidad una lleva a la otra.
Ahora dos estudios publicados en la revista Neurology sugieren que la depresión hace que la demencia sea más probable es un individuo. Pero los científicos no saben por qué.
La investigación subraya que este hallazgo sólo revela un vínculo y no una causa directa.
Los investigadores dicen que se necesitan más estudios para confirmar por qué ambos trastornos están vinculados.
Se cree que los compuestos químicos del cerebro y los factores de estilo de vida, como la dieta y las relaciones sociales, pueden jugar un papel.
La doctora Jane Saczynski de la Universidad de Massachusetts, quien dirigió el primero de los dos estudios, afirma que "aunque no está claro si la depresión causa demencia, hay varias formas por las que la depresión puede tener un impacto en el riesgo de demencia".
"La inflamación del tejido cerebral que ocurre cuando una persona está deprimida podría contribuir a la demencia. Ciertas proteínas que se encuentran en el cerebro que aumentan con la depresión también podrían incrementar el riesgo de desarrollar demencia", dice la investigadora.
Este estudio, que siguió a 949 ancianos durante 17 años, mostró que a menduo la demencia surge después de una crisis de depresión.
Al final del estudio, 164 de los participantes habían desarrollado demencia.
Específicamente, un 22% de los que tenían depresión desarrollaron demencia, comparado con un 17% de los que no sufrieron depresión.

Factor de riesgo

El segundo estudio, mientras tanto, siguió a 1.239 personas y analizó el vínculo entre el número de veces que una persona había experimentado depresión y su riesgo de demencia.
El estudio mostró que cuantas más veces una persona había sufrido depresión, mayor su riesgo de demencia.
Aquéllos que habían tenido dos o más episodios de depresión mostraron casi el doble de riesgo de demencia.
Según Rebecca Wood, presidenta ejecutiva del Fondo de Investigación de Alzheimer del Reino Unido, afirma que "la similitud en los síntomas de la demencia y la depresión puede significar que ambas se confunden en el momento del diagnóstico, pero no sabemos porqué están biológicamente vinculadas".
"Estos estudios sugieren que puede haber conexiones profundas entre la demencia y la depresión, así que es necesario ampliar la investigación para obtener más información".
Por su parte, el profesor Clive Ballard, de la británica Sociedad del Alzheime, está de acuerdo en que es necesario llevar a cabo más estudios para establecer por qué existe este vínculo entre ambas enfermedades.
"Es bien sabido que la depresión es común en las primeras etapas de la demencia. Lo que estos estudios demuestran es que la depresión en una edad joven es probablemente un factor de riesgo significativo de demencia", expresa el experto.

2010/05/19

Los hombres también sufren depresión posparto tras el embarazo de sus parejas

Fuente: 20minutos.

Investigadores del Virginia Medical School, en Norfolk (Estados Unidos), aseguran que el 10% de los padres padece trastornos depresivos durante el embarazo de sus parejas o después del parto, según los resultados de un estudio publicado en el Journal of the American Medical Association (JAMA).
Ambos trastornos son más frecuentes entre las madres y, de hecho, conlleva consecuencias negativas tanto personales y familiares como en el desarrollo del niño. Sin embargo, los investigadores trataron de analizar la prevalencia y efectos negativos de la paternidad, comprobando que es entre el tercer y sexto mes después del nacimiento cuando se detectan más casos de depresión posparto en hombres.

Para ello, los autores de este artículo analizaron diferentes estudios anteriormente realizados, que incluían a un total de 28.004 sujetos varones, e identificaron que el 10,4% presentó algún tipo de depresión durante el primer año de vida de sus hijos, cuando la tasa en la población general es del 4,8%.
En estos casos, detectaron también una "variabilidad considerable" entre los meses posteriores a su paternidad ya que, mientras que entre el tercer y sexto mes la tasa de depresión era de hasta un 25,6%, en los primeros tres meses apenas afecta al 7,7% de los padres.
Los investigadores han detectado igualmente una correlación moderada entre estos casos de depresión y los de las madres, por lo que abogan por "elaborar planes de actuación y prevención de trastornos depresivos centrados en la pareja y no en los individuos”.

2010/02/04

Mucho internet, más depresión

Fuente: BBC Mundo.

La gente que pasa mucho tiempo usando internet tiene más probabilidades de desarrollar síntomas depresivos, descubrió una nueva investigación.

Los científicos de la Universidad de Leeds, en Inglaterra, encontraron "evidencia sorprendente" de que muchos usuarios han desarrollado un hábito compulsivo de internet con el cual han reemplazado la interacción social real con la interacción en redes sociales y salas de chateo.

Y este uso adictivo, afirman los científicos en la revista Psychopathology (Psicopatología), puede tener un grave impacto en la salud mental.

Las conclusiones están basadas en las respuestas de 1.319 personas a un cuestionario que los investigadores enviaron por internet.

Los participantes, de entre 16 y 51 años de edad, con una edad promedio de 21, debían responder cuánto tiempo pasaban en internet y con qué propósito lo usaban.

También se les hizo una serie de preguntas sobre si sufrían depresión.

Papel importante

Según los científicos, 1,2% de los participantes mostraron una adicción a internet y la mayoría de éstos sufrían depresión.

"El internet juega ahora un papel muy importante en la vida moderna, pero sus beneficios están acompañados por un lado negativo" afirma la doctora Catriona Morrison, quien dirigió el estudio.

"Mientras muchos de nosotros usamos la red para pagar cuentas, comprar o enviar correos electrónicos, hay un pequeño subgrupo en la población que encuentra muy difícil controlar cuánto tiempo pasa usando internet, hasta el punto de que esto interfiere con sus actividades diarias", agrega.

Según los investigadores los "adictos a internet" pasaban mucho más tiempo navegando en sitios sexualmente gratificantes, sitios de juegos de apuesta y de comunidades virtuales.

También mostraron una incidencia más alta de sufrir depresión moderada a severa que los usuarios no adictos.

Se encontró que los adictos a internet tenían cinco veces más riesgo de sufrir el trastorno que los no adictos.

"Nuestro estudio demuestra que la uso excesivo de internet está asociado a la depresión, pero lo que no sabemos es cuál surgió primero: ¿están las personas deprimidas más atraídas a internet o causa el internet depresión?" expresa la investigadora.

"Lo que es claro es que para un grupo pequeño de personas el uso excesivo de internet podría ser una señal preocupante de tendencias depresivas".

Y agrega que "ahora necesitamos investigar la naturaleza de esta relación y considerar qué es lo que la causa".

Éste es el primer estudio a gran escala que se lleva a cabo con jóvenes occidentales para estudiar la relación entre adicción a internet y depresión.

"No hay diagnóstico preciso"

Sin embargo, otros expertos afirman que la adicción a internet no puede diagnosticarse de forma precisa y que el método con el cual se reclutó a los participantes en este estudio puede haber resultado en una "muestra tendenciosa".

Según el doctor Vaugham Bell, experto del Instituto de Psiquiatría del King's College de Londres, por definición, aquellas personas clasificadas como adictos a internet son individuos con trastornos emocionales, así que las conclusiones del estudio no sorprenden.

En términos de causa y efecto, el experto señala que investigaciones anteriores han revelado que es más probable que las personas que están deprimidas o ansiosas usen internet y no lo contrario.

"Hay personas que están deprimidas o ansiosas que usan internet para excluirse del resto de sus vidas, pero de la misma forma hay personas que ven demasiada televisión o que se enfrascan en libros o que compran en exceso".

"No hay evidencia clara de que el problema sea el propio internet", expresa el investigador.

Más bien, dicen los expertos, la forma como la gente pasa su tiempo y el tipo de interacción social que lleva a cabo podrían estar teniendo un impacto en el bienestar mental.

"La evidencia demuestra que el actividades como el ejercicio y la socialización con la gente cara a cara son algunos de los factores que nos ayudan a mantener una buena salud mental" afirma Sophie Corlett, de la organización Mind.

2009/12/03

Terapia y menos pastillas para la depresión

Fuente: BBC Mundo.

A pesar del incremento en la aplicación de la Terapia cognitivo conductual (CBT, por sus siglas en inglés), los médicos no han abandonado una tendencia de recetar píldoras a pacientes con depresión, según dijo a la BBC la doctora Jennifer Wild, del Instituto de Psiquiatría del Reino Unido.

A continuación presentamos el texto de la doctora Wild, publicado en uno de los blogs de la BBC.

Los pacientes con depresión con frecuencia mejoran cuando modifican su manera de pensar.

Como las terapias tienen más posibilidades que las pastillas de alcanzar resultados duraderos, los médicos deberían dejar de recetar píldoras y promover más otros tratamientos eficaces.

Pacientes con depresión pueden sufrir de baja autoestima y a veces de sentimientos suicidas, por lo que necesitan tratamiento. Seis millones de personas padecen de depresión y ansiedad en el Reino Unido y las encuestas indican que la mayoría no quiere tomar pastillas.

Lo que desean es que se les apliquen tratamientos con resultados duraderos.

Distorsionados

Estos tratamientos están relacionados con la Terapia cognitiva de comportamiento.

La CBT se basa en la teoría, de amplio respaldo, sobre cómo la depresión empieza y sobre lo que sigue después: patrones de pensamientos distorsionados.

Al modificarse los pensamientos de los pacientes se empieza a apreciar la recuperación.

El profesor Robert DeRubeis, de la Universidad de Pensilvania, en EE.UU., y su equipo de trabajo han mostrado que cuando las personas deprimidas en tratamiento transforman significativamente el modo en el que piensan, se nota una mejoría.

Pero el panorama es confuso.

Los aquejados igualmente se pueden recuperar con placebos, particularmente si los signos del mal son moderados.

Los fármacos pueden ser efectivos, pero no necesariamente los resultados se prolongan en el tiempo y además pueden ocasionar efectos secundarios.

El profesor Peter Tyrer, psiquiatra y editor del British Journal of Psychiatry, coincide conmigo en que aunque los fármacos tradicionales causan sueño, algunos de más reciente creación pueden originar insomnio, inquietud, vómitos y náuseas.

Evaluando la depresión

¿Qué pueden hacer los médicos?

Los profesionales pueden mejorar la manera en que evalúan la depresión y tener pendiente que los resultados duraderos ocurren cuando se modifican los patrones de pensamiento.

Tiene sentido ofrecer tratamientos en esa dirección.

Desde 2006, a los médicos se les vienen ofreciendo incentivos para que evalúen mejor la depresión sirviéndose de cuestionarios.

Sin embargo, un reciente estudio sugiere que ellos prefieren confiar en su valoración clínica que tiene a no coincidir con los resultados de los cuestionarios.

Incluso médicos que confían en este último método siguen ofreciendo pastillas al 80% de sus pacientes deprimidos y terapias al 20%.

Afortunadamente, en 2008 el gobierno británico introdujo el Programa de Mejora del Acceso a las Terapias Psicológicas (IAPT, por sus siglas en inglés), un plan que facilita la disponibilidad de ese tipo de tratamientos para los aquejados de depresión y ansiedad.

Mejores terapias

La iniciativa se basa en evidencia científica de que terapias como la CBT funcionan mejor y por más tiempo que los fármacos.

El profesor David Clark, consejero clínico del IAPT me dijo que 115 de los 154 centros de salud primaria en Inglaterra tienen ahora un servicio del IAPT.

Asegura además que sin lugar a dudas los pacientes tienen una alternativa real a los medicamentos.

¿Por qué tanta presión para el uso de medicamentos?

Un mercadeo agresivo ha expandido el uso de medicinas para tratar problemas mentales y ahora los antidepresivos son ofrecidos para tratar la ansiedad cuando existe poca evidencia que sugiera que ayudan.

En todo caso con la existencia del IATP hay la posibilidad de un cambio debido a que existen más profesionales que recomiendan tratamientos psicológicos.

Esto debería traducirse en menos personas recibiendo prescripciones médicas para la depresión en un primer término, lo que debería reducir el número de prescripciones crónicas.

Esta situación ahorraría dinero al reducirse la incidencia de la recaída de pacientes y el costo del uso crónico a largo plazo de medicamentos.

Esto también podría llevarnos a lo que los pacientes quieren: terapia en vez de píldoras.

2009/11/04

Ensayan un programa para detectar por teléfono la depresión

Fuente: El Pais.

Un equipo surgido del MIT Media Lab ensaya un programa que, de tener éxito, permitiría detectar si la persona que está al otro lado del teléfono sufre un episodio de ansiedad o depresión. El programa analiza el tono, las pausas y la velocidad del hablante para diagnosticar su estado de ánimo.

Cogito Health ha desarrollado unos algoritmos que buscan estas pistas en la voz. Desde hace años los psiquiatras admiten que una persona que sufre depresión muestra unas características muy determinadas en su manera de hablar: lentitud y monotonía. La empresa intenta que un ordenador las reconozca y conseguir un método de diagnóstico no invasivo a través de una llamada rutinaria. El experimento se ensayará inicialmente con enfermos crónicos proclives a estos síntomas.

Hace unos años, la empresa farmacéutica Pfizer desarrolló un programa de análisis de voz para detectar los primeros síntomas del Parkinson.

2009/09/14

La depresión aumenta el riesgo de muerte de cáncer

Fuente: Publico.

El 85% de los enfermos de cáncer y el 71% de los oncólogos coinciden en que las variables psicológicas del paciente están relacionadas con el desarrollo de la enfermedad, según un artículo publicado en 2004 en la revista Journal of Psychosocial Oncology. Bajo este supuesto, un nuevo estudio, publicado hoy en la revista Cancer, revela que los enfermos de esta afección a los que se les diagnostica una depresión incrementan en un 39% su probabilidad de fallecer.

Para llegar a esta conclusión, los investigadores de la Universidad de Columbia Británica (Canadá) han evaluado 27 estudios relacionados en los que figuraba un total de 9.417 pacientes. Aparte de los enfermos que padecían depresión, los resultados también han revelado que aquellos pacientes que sólo mostraban algún síntoma depresivo también aumentaron su riesgo de muerte, en este caso, en un 25%.

Sin embargo, el análisis de otros cinco estudios, que involucraban a un total de 2.097 pacientes, mostró que ni los síntomas depresivos ni la propia depresión guardan relación con la progresión de la enfermedad.

Los autores consideran que la depresión puede ser un importante predictor de mortalidad en los enfermos de cáncer, aunque afirman que los resultados son muy preliminares. Por ello, sugieren que se realicen investigaciones más profundas en esta dirección. "No sabemos si al tratar la depresión se reducirá el riesgo de fallecimiento", afirma una de las autoras del estudio, Jillian Statin. "Sin embargo, la depresión debe ser identificada y tratada en los pacientes de cáncer, aunque esto no mejore su tasa de superviviencia", concluye la investigadora.

2009/09/09

¿Se deprimen los bebés?

Fuente: Publico.

La depresión y la ansiedad se encuentran entre las diez mayores causas de discapacidad en el mundo. Desde hace años, la medicina ha tratado de encontrar no sólo los orígenes de estos trastornos sino, además, la manera de predecirlos. Ahora, Sylvana M. Côté, profesora del departamento de Medicina Social y Preventiva de la Universidad de Montreal, ha concluido un estudio que pone de manifiesto que es posible detectar indicadores de síntomas de depresión y ansiedad en niños con edad preescolar hasta los cinco años, pudiendo anticiparse a futuros trastornos en la adolescencia o, incluso, en su etapa adulta.

Los resultados del estudio indican que cerca del 15% de los preescolares se ve afectado de algún modo por estos síntomas y tiene riesgos de padecer futuras depresiones. El estudio se realizó entre 1.759 niños de Québec (Canadá) nacidos entre 1997 y 1998, de edades comprendidas entre los cinco y los 60 meses. La recogida de datos se prolongó durante seis años.

Côté asegura que se trata del primer estudio que modela el desarrollo de estos síntomas desde la infancia a la edad preescolar, utilizando para ello los datos de una muestra de la población representativa.

El estudio de Côté identifica dos indicadores de depresión.El primero de ellos es contar con un "temperamento difícil" con tan sólo cinco meses. Este descubrimiento, tal y como sostiene la profesora, lleva a pensar que algunos estados biológicos bajo los que subyacen la ansiedad y la depresión pueden estar presentes ya a la edad de cinco meses. María Dolores Domínguez, presidenta de la Asociación Española de Psiquiatría del Niño y del Adolescente, confirma que este tipo de manifestaciones en los niños podrían dar pistas sobre futuros trastornos. En su opinión, "el temperamento es la parte más íntima de base biológica, es la predisposición del niño a ser más introvertido o angustiarse más", pudiendo ser controlado por el carácter, "que es lo que aprendemos con los años".

El segundo gran factor que puede derivar en futuros trastornos es la depresión materna, incluso más que otros factores de riesgo, como un comportamiento antisocial de la madre y una mala educación. La doctora Domínguez asegura que puede llegar a ser más eficaz, como prevención, "ayudar a la madre en el tratamiento de su depresión que tratar a un niño que tan sólo presenta síntomas".

La autora del estudio defiende la prevención una vez detectados los síntomas, ayudando a las madres en el tratamiento de su propia depresión y a ambos padres en la gestión del temperamento de sus hijos. La doctora Domínguez apuesta por "detectar los problemas antes de que se conviertan en enfermedad".

Estimular a los niños para evitar problemas

Las personas con síntomas frecuentes de depresión y ansiedad durante su infancia tienen el doble de posibilidades de sufrir depresiones cuando sean adultas.
Existen estudios desde hace más de 30 años que demuestran que es posible definir el temperamento de los niños en base a estímulo-respuesta. Según el doctor Javier San Sebastián, jefe de la Unidad de Psiquiatría Infanto-Juvenil del Hospital Universitario Ramón y Cajal, “existen hasta 15 tipos de temperamentos demostrados que indican las propensiones de los niños”.

Así, un niño con temperamento descontrolado podría ser propenso a un trastorno y uno más inhibido, a la depresión, explica el doctor, que asegura que “el temperamento es una de las áreas más fascinantes de la psiquiatría infantil”.

El experto sostiene, además, que, cuando se detectan estos indicadores, la mejor prevención es “estimular mucho al bebé, no sólo alimentándolo, sino también acariciándolo o meciéndolo, porque hay estudios que revelan que a edades muy tempranas la privación de este tipo de estímulos puede causar graves problemas”.

2007/06/25

Los usuarios de internet son más activos, tienen más amigos y sufren menos depresiones

Los usuarios de internet son más activos, tienen más amigos, están más implicados en la vida política y sufren menos depresiones, según concluye el informe Proyecto Internet Catalunya (PIC), impulsado por la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y financiado por la Generalitat.

El sociólogo Manuel Castells --codirector del estudio junto con la rectora de la UOC, Imma Tubella-- ha destacado hoy que el proyecto "ha verificado lo que ya se sabía, que las nuevas tecnologías no encierran a la gente en casa sino que activan la sociabilidad". Según Castells, considerar que el uso de internet "aísla y enajena" es una "patraña sin ninguna base científica".

Tras analizar los datos del exhaustivo estudio, realizado por 40 investigadores tras recabar 15.390 entrevistas presenciales y 40.400 por internet, Castells ha asegurado que la red es "el elemento clave para la autonomía personal, política, económica y profesional".

En su opinión, "cuánto más autónoma es una persona más utiliza internet, y a su vez, este uso refuerza su autonomía". Para el sociólogo, esta apreciación es un "logro" porque "es la primera vez que se demuestra estadísticamente".

Brecha educativa

El PIC es un programa de investigación impulsado por el Institut de Recerca de la UOC (IN3), que se ha desarrollado durante siete años --de septiembre del 2001 a junio del 2007-- y ha contado con el apoyo de Jordi Pujol, Pasqual Maragall y José Montilla, en su calidad de jefes del Ejecutivo catalán durante el periodo que se ha llevado a cabo el estudio.

El objeto de análisis del PIC --compuesto por siete proyectos de investigación-- ha sido la incidencia de internet en todos los ámbitos de la vida social, empresarial y administrativa catalana.

Según el sociólogo, la red "requiere un determinado nivel educativo", porque se está "ante una sociedad de la información desinformada y esto no lo resuelve internet". También ha afirmado que la red "profundiza la brecha más histórica: la educativa".

Los adolescentes cuentan con cinco pantallas

Castells ha apuntado que el abandono escolar "que es del 30% y representa un problema para el futuro, puede combatirse con las tecnologías y a través del reciclaje del profesorado". El sociólogo ha reivindicado el uso de la red en los centros educativos y ha afirmado que es una herramienta habitual de "alumnos y profesores en casa, pero que no se aplica en las aulas".

El estudio muestra que el 83% de jóvenes de entre 15 y 24 años son usuarios habituales de las nuevas tecnologías, y que en esta franja de edad está disminuyendo la diferencia de género en el uso de internet. Según Tubella, los adolescentes conviven simultáneamente con cinco pantallas: la del televisor, el móvil, la consola, la agenda electrónica y el ordenador.

Fuente: elPeriodico.com.