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2012/03/09

Los humanos y los gorilas, más cerca genéticamente

El genoma del gorila ha dejado de ser un misterio para la humanidad. Un equipo de investigadores ha logrado descifrarlo y ha comprobado que hasta un 15% de sus secuencias genéticas son exactamente iguales que las nuestras.
Hasta ahora se pensaba que el genoma humano era más parecido al del chimpancé, con quien comparte entre un 95 y un 99% de la carga genética, sin embargo, este estudio que se publicará en el próximo número de Nature y en el que han formado parte investigadores del Instituto de Biología Evolutiva de Barcelona, revela una sorpresa: una parte del genoma de los humanos está más cerca del gorila que del chimpancé.
Según explica Tomás Marqués-Bonet, investigador del Instituto de Biología Evolutiva (centro mixto de la Universidad Pompeu Fabra y del CSIC), el trabajo confirma que dos tercios del genoma humano son más parecidos al chimpancé pero el tercio restante podría estar más cercano al gorila.
El hallazgo, completamente novedoso para los expertos en genómica comparativa, demuestra que el proceso de especiación humana (momento en que la especie evolucionó como propia) "fue muy complejo".

"Creemos que hubo, como mínimo, dos especiaciones muy rápidas, una primera que separó al gorila del ancestro común de humanos y chimpancés, y una posterior del chimpancé separándose del humano, pero todo esto ocurrió tan rápido que ha dejado una huella en el genoma" de estas especies.
La secuenciación completa del genoma del gorila ha llevado a los investigadores a una segunda conclusión: ambas especies comparten variantes en los genes relacionados con el sistema auditivo y el habla, lo que pone en duda la supuesta relación de estos genes con el lenguaje humano.
Este experto catalán en Genómica de Primates recuerda que hasta ahora una de las hipótesis más aceptadas en este campo sostenía que los gorilas no son capaces de hablar porque, aunque comparten los mismos genes que los humanos, los de los hombres habían evolucionado muy rápido y habían cambiado mucho.
"Sin embargo, una de las sorpresas de este trabajo ha sido ver que algunos de estos genes están en el gorila igual de evolucionados que en los humanos", lo que significa que "quizá estos genes no estén relacionados con la capacidad del habla de los humanos". Justo cuando "pensábamos que estábamos a punto de ver la luz al final del túnel sobre por qué hablamos los humanos, este trabajo demuestra que esto será bastante más difícil".

¿Cuándo se separaron los humanos de los chimpancés?

La investigación, además, llega a una última conclusión. Genetistas y paleontólogos mantienen desde hace una veintena de años una gran discrepancia sobre el momento en que los humanos y los chimpancés empezaron a evolucionar de modo distinto genéticamente.
Los primeros sostenían que ese momento tuvo lugar hace cuatro o cinco millones de años, mientras que los segundos calculaban que ocurrió hace siete-ocho millones de años. "Este trabajo hace un esfuerzo por intentar casar ambas ideas y lanza una hipótesis que -según Marqués-Bonet, se sostendrá durante al menos unos años".

Los expertos en genómica basaban su cálculo en la idea de que la tasa de mutación (el traspaso de los cambios en el ADN a los descendientes) era constante pero este trabajo demuestra que esta tasa es ahora más lenta de lo que era hace unos años, una idea que permite que, por fin, los cálculos de los genetistas y los paleontólogos "se reconcilien".
"Hemos llegado así a la conclusión de que la especiación entre humanos y chimpancés no es ni tan antigua como decían los fósiles ni tan reciente como decíamos nosotros, sino una cosa intermedia" que sitúa ese momento entre los cinco y siete millones de años.
Por tanto, el hecho de que el genoma del gorila tenga coincidencias con el del hombre, sugiere que las tres especies (chimpancés, gorilas y humanos) "se separaron muy recientemente y de una manera muy rápida".

Todos estos conocimientos serán útiles para aplicar a la investigación de enfermedades que, "como el autismo, el cáncer, o la esquizofrenia, aún no entendemos", sostiene Marqués-Bonet, porque "evolución y enfermedad son el mismo proceso aunque se desarrollan a distinta escala".
En la misma línea, el coautor del estudio, Javier Prado, subraya la importancia de la conservación de los gorilas porque "su desarrollo evolutivo tiene repercusiones biomédicas".

2012/02/17

Todos los humanos somos mutantes en unos 20 genes

Al contrario de lo que ocurre en la ficción, en la realidad las mutaciones no nos convierten en superhéroes, sino en enfermos. Sus demoledores efectos los conocemos por nombres como fibrosis quística o distrofia muscular. Suponemos que el proceso de evolución biológica pule el patrimonio genético común de una especie para deshacerse de lo perjudicial y estabilizar lo beneficioso, y que por tanto nuestro genoma se va optimizando para que no falte ni sobre nada. Pero la situación real es más complicada. Un estudio publicado hoy en Science descubre que cada ser humano camina por el mundo con unos 20 genes inutilizados sin saberlo ni notarlo, cruzándose continuamente con otros miembros de su especie que a su vez tienen otro conjunto de una veintena de mutaciones diferentes a las suyas.
El sorprendente resultado proviene de un amplio estudio genético que ha analizado en detalle los genomas individuales de 185 personas que donaron su ADN al proyecto 1.000 Genomas, una ambiciosa iniciativa internacional lanzada en 2008 para crear un gran catálogo de variaciones genéticas humanas. Sospechando que muchas de las mutaciones detectadas en los genomas podían ser errores de lectura, científicos de Europa, EEUU, Australia y China repasaron los datos disponibles, descubriendo que, como promedio, cada persona posee entre 103 y 121 copias de sus genes inactivadas por mutaciones. En una veintena de casos en cada persona los defectos coinciden en las dos copias de un mismo gen (paterna y materna), destruyendo por completo su función.
El coautor del estudio Mark Gerstein, de la Universidad de Yale (EEUU), cuantifica el total de esas mutaciones en la población: "Hemos identificado 253 genes que pueden estar completamente inactivos en uno o más participantes, lo que indica que al menos el 1% de los genes humanos pueden apagarse sin causar ninguna enfermedad grave". El genetista mallorquín Lluís Quintana Murci, del Instituto Pasteur de París, escribe en su comentario al estudio en Science: "Esto sugiere que las funciones de [ciertos] genes son redundantes".

2011/10/24

Impulsan un estudio para la identificación genética en desapariciones y crímenes

La Universidad de Granada está llevando a cabo, en colaboración con la del Norte de Texas (Estados Unidos), un estudio experimental para extraer datos genéticos concretos de una persona, como su origen étnico o el color de sus ojos, a partir de restos orgánicos como una muestra de sangre o semen o un cabello.

El estudio, aún en fase experimental, pretende tener una aplicación fundamentalmente policial, ya sea para contribuir a la identificación de niños desaparecidos o al esclarecimiento de un crimen, ha explicado el director del Laboratorio de Identificación Genética de la Universidad de Granada, José Antonio Lorente.

Lorente, que ha participado en el ciclo de conferencias celebrado esta semana en Granada con motivo del centenario de la Policía Científica de España, ha dicho que la extracción de datos genéticos a partir de muestras biológicas permitiría conocer que una mancha de sangre hallada en el escenario del crimen pertenece a un varón o a una mujer de unas determinadas características, en cuanto al color de pelo o los ojos, lo que eliminaría a algunos sospechosos.

Esto es especialmente útil, ha dicho, en ciudades como las asiáticas, en las que se mezclan distintas etnias, lo que dificulta, por ejemplo, la identificación de niños desaparecidos.

Precisamente, la aplicación de este estudio al origen de los niños desaparecidos es lo que lo hará pionero, ha explicado Lorente, que es además promotor del DNA-Prokids, un programa impulsado por la Universidad de Granada con el objetivo de luchar contra el tráfico de seres humanos, especialmente de niños, a través de la identificación genética.

El objetivo de ese programa, que ha permitido ya más de 300 reagrupamientos familiares en los quince países que se han sumado a la iniciativa, es lograr que cada país disponga de su propio registro informático con datos genéticos tanto de niños sin identificar que constan como desaparecidos, como de sus familiares para poder cotejarlos.

En la identificación genética, asunto sobre el que ha versado su participación en el ciclo de conferencias, también se está avanzando en otras líneas, como las relacionadas con "los genes que modelan y perfilan el carácter de las personas", que son los relacionados con enfermedades psiquiátricas, para conocer la causa de la muerte.

Esos avances permitirían que una persona imputada por un delito dejara de estarlo si se comprueba que estaba psíquicamente alterada cuando ocurrieron los hechos, o esclarecer las causas de la muerte de alguien que presenta en su cuerpo una escasa concentración de medicamentos o sustancias tóxicas como para causarle el fallecimiento, pero suficiente en su caso, por sus genes, para que la intoxicación derive en una sobredosis mortal, según Lorente.

El despertar del 'hombre elefante'

En el Royal London Hospital de Londres esperan la llamada del National Institute of Health de Washington (NIH) para concertar una cita y extraer una muestra de ADN del esqueleto de Joseph Merrick (1862-1890), el hombre elefante. Los científicos estadounidenses han identificado un gen que podría dar con la causa de las deformaciones de Merrick y del síndrome de Proteo. Hoy en día hay 120 casos documentados que sufren estas malformaciones aunque el número total en el mundo podría rozar los 500 afectados.
En una vitrina del centro sanitario cuelga el esqueleto del hombre elefante como si fuese una marioneta; un conjunto de hilos y muelles casi invisibles sostienen el compuesto de huesos. La osamenta está armoniosamente enzarzada con discretos alambres a pesar de que, al mirar de cerca, se detecta un agujero cuadrado en el cráneo o la ausencia de nariz. En cambio, tiene intacta la parte izquierda de la dentadura y destaca la desproporción de los dos grandes pies, de su brazo y mano derecha o la abultada parte derecha de su frente y cabeza.
Merrick está bien protegido. Para visitarle hay que convencer a varios estamentos del hospital de que no se esconde ninguna intención perversa tras la visita. El responsable de tan conocido caparazón es Steve Moore, que afirma: "Sólo tenemos material óseo, así que la capacidad de demostrar que el síndrome de Proteo fue la causa de su desfiguración radica en la calidad del trabajo que se haga con el ADN". Los científicos del NIH han descubierto la mutación genética que causa lo que se conoce también como gigantismo, un crecimiento masivo de tejido y huesos en las extremidades o en otras partes del cuerpo. En el caso de la inglesa Mandy Sellars, nacida en 1975 en el condado de Lancashire (norte de Inglaterra), le ha producido tal deformación únicamente en las piernas que el año pasado se sometió a una amputación parcial de las extremidades inferiores. De caderas hacia arriba, Mandy Sellars es de talla media.
El científico Eric Green, director del Human Genome Research Institute, incluido en el NIH, a la cabeza de la investigación que ha identificado la mutación genética, cree que "esta rara deformidad ha sido foco de observación durante décadas, pero hasta ahora nunca ha sido explicada médicamente". Y defiende que con los análisis que se tienen, los pacientes y sus familias tienen una esperanza para futuros tratamientos y terapias. Los científicos que han llevado a cabo la indagación genética incluso van más allá del síndrome de Proteo al vislumbrar que los tratamientos podrían aplicarse también a algunos tipos de cáncer producidos por un crecimiento desproporcionado de células en alguna parte del cuerpo.
El cirujano victoriano Frederick Treves (1853-1923) fue el primer científico que se interesó por las anomalías de Merrick, convertido en 1884 en un monstruo de feria y exhibido en un local de espectáculos de horror en el barrio de Whitechapel, junto al Royal London Hospital. El doctor pagó la entrada para ver al hombre elefante y le llevó por primera vez al centro hospitalario. Allí empezó su relación interrumpida por un viaje de Merrick a Europa como maltratada bestia de feria. Abandonado en Bruselas por su propietario, como había sido abandonado por su padre y su madrastra, Merrick regresó con penurias a Londres en 1886 y fue hallado agonizando en la estación Liverpool Street con una tarjeta de Frederick Treves en el bolsillo de su abrigo. La Policía contactó con el médico y este le trasladó al hospital que se convirtió en su hogar. Allí, Treves concluyó que su capacidad intelectual no había sido afectada por las deformaciones.
Vivió los últimos cuatro años de su vida protegido por el doctor y el personal sanitario. Se tomó unas vacaciones en la campiña y hasta asistió a la ópera invitado por la baronesa Burdett-Coutts. En esta etapa, su deformidad provocaba curiosidad y compasión en lugar del morbo que había creado en los espectáculos de horror, prohibidos en Londres en 1884. Murió a los 27 años de edad en el Royal London Hospital al tiempo que por aquella zona hacía de las suyas Jack el destripador. Hoy Merrick todavía reside allí; el barrio convertido en el Londres asiático de devotos que acuden a las mezquitas. La causa de su muerte: dislocamiento cervical y asfixia provocada por el peso de su cráneo sobre la tráquea.
"El esqueleto de Merrick fue adquirido por el colegio médico del hospital, y así se mantiene teniendo en cuenta la voluntad de sus descendientes [lejanos]", explica Moore, quien añade: "Desde 2005, que asumí la gestión, la osamenta no ha sido intervenida y dudo que haya sido tratada para su conservación desde que fue articulada de la forma que está". Lo que sí le han hecho al armazón es un escaneo en tres dimensiones del que podrán hacer una réplica exacta para exponerla públicamente.
Los huesos de Merrick, por más que los cuidan y los miman, son frágiles. Junto a la vitrina, un elegante sillón que le hizo un tapicero para que se sentara cómodamente. No podía dormir tumbado. La gorra y la carátula detrás de las que se escondía para salir a la calle también hacen compañía a los débiles huesos del que fue el hombre elefante.

2011/08/03

EEUU ratifica las patentes de genes humanos

La industria biotecnológica se ha salido de momento con la suya. Un tribunal de EEUU ha sentenciado que los genes humanos puede ser patentados. La decisión invalida una sentencia anterior que sostenía que, como producto de la naturaleza, un gen no era patentable.
En 2009, la Unión Americana para las Libertades Civiles (ACLU) y la Fundación Patentes Públicas (PUBPAT), ambas de EEUU, demandaron a la empresa Myriad Genetics por patentar dos genes, el BRCA1 y BRCA2, cuyas mutaciones se asocian a la aparición de cáncer de mama, ovarios y, en menor medida, de próstata. Con esa cobertura legal, la compañía vendía un test que, por 3.000 dólares (unos 2.100 euros), permitía saber a una mujer si portaba la mutación.
Para ACLU y PUBPAT, que representan a colectivos de mujeres, asociaciones de investigadores y de laboratorios, las patentes estaban perjudicando la salud de las primeras y la investigación de los segundos. En 2010, un juez de Nueva York dictaminó que las patentes eran inválidas. Su decisión, que suponía un riesgo para una industria que ya ha patentado 4.000 genes humanos, fue inmediatamente recurrida.
Ahora, en una sentencia conocida el viernes, un tribunal de apelaciones federal ha anulado la decisión anterior. Para los jueces, una porción de ADN aislada del cuerpo es sólo información y puede ser patentada. La legislación estadounidense, como la española, no permite patentar elementos existentes en la naturaleza. Pero la sentencia considera que las patentes de Myriad no protegen material natural, sino artefactos obtenidos por el hombre. La ACLU recurrirá al Tribunal Supremo, que tiene la última palabra. 

2011/06/27

La ciencia hurga en los genes y vence a una enfermedad

Coger a un ser vivo afectado por una enfermedad genética, hurgar en sus genes y curarlo parece ciencia ficción. Y lo era. Hasta ayer. Un equipo de investigadores de EEUU ha logrado tratar a un ratón vivo con hemofilia y vencer a la enfermedad editando sus genes como el que borra con una goma una falta de ortografía en una palabra escrita a lápiz. Según los responsables del avance, es la primera vez que este alarde de la ciencia se consigue en un animal vivo. Hasta la fecha, algo similar sólo se había conseguido extrayendo células del cuerpo, modificando sus genes en el laboratorio (por ejemplo para obtener células defensivas más resistentes al virus del sida) y volviéndolas a inyectar en el animal.
El método empleado por los investigadores, capitaneados por Katherine High, del Instituto Médico Howard Hughes, es mucho más sencillo de explicar que de llevar a cabo. Ella lleva más de 10 años trabajando en ello. Los científicos inyectaron a los ratones hemofílicos dos versiones de adenovirus asociados, unos virus genéticamente modificados y que no producen enfermedades ni a estos ratones ni a los humanos. Los virus funcionan como taxis al interior a los genes, las cadenas de ADN presentes en cada una de las células de un ser vivo y que constituyen su libro de instrucciones.
En el primer tipo de virus, los investigadores colocaron nucleasas de dedos de zinc, unas estructuras de proteínas que funcionan como un tándem perfecto. Los dedos de zinc reconocen un punto concreto del ADN y se unen a él. Las nucleasas son como tijeras capaces de cortar la doble hélice de ADN. En este caso, los dedos de zinc señalan la mutación culpable de la aparición de la hemofilia y la cortan. Un segundo taxi, otro virus, llega con ADN perfectamente funcional que se coloca en la cadena recortada. Por arte de birlibirloque genético, queda una secuencia de ADN corregida y lista para funcionar adecuadamente.

Hemorragias muy graves

En este avance científico también ha participado el español Xavier Anguela, antes en la Universitat Autònoma de Barcelona y ahora en el Hospital de Niños de Filadelfia, cuyo Centro de Terapias Celulares y Moleculares dirige Katherine High.
La hemofilia afecta a unas 3.000 personas en España. Todas han nacido con mutaciones en un gen que impiden que se formen de manera correcta unas proteínas coagulantes de la sangre. Al faltar, los enfermos pueden sufrir hemorragias muy graves. En ratones, el equipo de Highs ha logrado extirpar y sustituir mutaciones en un gen asociado al factor 9, una proteína coagulante cuya carencia provoca la hemofilia B, siete veces menos común que la A.
Este desfile de virus y ADN ocurre en el hígado de los ratones, en cuyas células se producen las proteínas coagulantes. Transcurrido un tiempo, incluso tras extirpar una parte del hígado, los ratones seguían produciendo las proteínas coagulantes de la sangre, lo que demuestra que el cambio en su genoma permanece y pasa de células madres a hijas. Este logro se publicó ayer en la edición on line de la revista Nature.
La hemofilia es sólo un primer paso. "Nuestra investigación abre la puerta a que la edición de genes pueda corregir un defecto genético en un nivel clínicamente significativo", ha declarado en un comunicado High. "La traslación de las terapias génicas de los ratones a los humanos ha sido un proceso lento, de unos 20 años, pero ahora estamos viendo resultados positivos en un abanico de trastornos, desde las enfermedades hereditarias de la retina a la hemofilia", explica.

Obstáculos técnicos

Por la puerta por la que acaba de pasar la hemofilia podrían pasar también otras enfermedades genéticas, en las que basta con cambiar teclas del piano genético de la célula para afinar su funcionamiento. High menciona los trastornos de la retina, como la retinosis pigmentaria, una degeneración hereditaria que comienza con una lenta capacidad para adaptarse a la oscuridad y termina con una grave pérdida de la visión. Afecta a unas 25.000 personas en España.
Otro ejemplo es la distrofia muscular de Duchenne, un trastorno causado por un gen defectuoso vinculado a una proteína de los músculos. Los afectados comienzan por sentir fatiga a los seis años y van mostrando una dificultad para caminar cada vez mayor, hasta que a los 12 años acaban en una silla de ruedas. La distrofia muscular de Duchenne aparece en aproximadamente uno de cada 3.600 niños varones.
"En teoría, prácticamente todas las enfermedades genéticas son susceptibles de tratarse de esta manera", ha afirmado a Nature el investigador Mark Kay, experto en terapias génicas de la Universidad de Stanford. Sin embargo, Kay, ajeno a este trabajo, llama a la cautela. "Todavía quedan algunos obstáculos técnicos que habrá que superar antes de que esto se convierta en una terapia médica a gran escala", opina. Algunas de estas barreras son el riesgo de que las tijeras corten un fragmento de ADN equivocado, la disponibilidad de virus adecuados para transportar la carga genética o el modo de llegar al punto exacto del ADN en las células deseadas.

Un misil de precisión para el ADN

1. Cultivos transgénicos
Los métodos utilizados para modificar los genes de una planta y hacerla más resistente al calor, a la sequía o a una plaga han sido tradicionalmente muy imprecisos. En ocasiones, se obtienen miles de variedades transgénicas no deseadas hasta que se encuentra la que se busca. Las nucleasas de dedos de zinc, las estructuras de proteínas empleadas por Katherine High para tratar la hemofilia en ratones, han permitido afinar la puntería. Además, según creen compañías especializadas en terapia génica -como la estadounidense Sangamo- los ciudadanos son menos reticentes a las plantas con uno de sus genes ligeramente modificado que a los cultivos con genes añadidos. En 2010, en España se plantaron unas 76.000 hectáreas de maíz con genes alterados en laboratorio, casi una cuarta parte del total del maíz nacional.
2. Animales con genes modificados
Las aplicaciones de las nucleasas de dedos de zinc también son prometedoras en animales. Al detectar puntos muy concretos de una cadena de ADN y cambiar los fragmentos no deseados, esta técnica es muy adecuada para manipular los órganos de los cerdos para que sean apropiados para trasplantes a humanos. También es útil para cambiar los genes de los animales de abasto y aumentar su crecimiento. Incluso pueden mejorar la leche de vaca.

Publico

2011/05/06

Un gen provoca un nuevo tipo de 'vejez' precoz

Un equipo de investigadores dirigido por el catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Oviedo, Carlos López-Otín, ha identificado una nueva forma de una enfermedad ya conocida la progeria que causa el envejecimiento prematuro acelerado de sus afectados y que está asociada a un gen "no descrito hasta ahora como responsable de ninguna patología", según explicó el científico en conversación telefónica.
Tras el hallazgo, publicado hoy en American Journal of Human Genetics, se esconde una historia de compromiso personal de los autores con la enfermedad, para cuya forma más grave la de Hutchinson-Gilford diseñaron un prototipo de cura, que está siendo estudiado en EEUU, Italia y Francia, tras la publicación en 2008 de resultados exitosos en ratones en Nature Medicine.

Según explica López-Otín, fue precisamente el eco que tuvo aquella investigación lo que ha permitido la identificación de la nueva forma de progeria. "Cuando publicamos aquel trabajo, algunos pacientes se acercaron a nosotros para participar en el ensayo clínico; nosotros se lo facilitábamos, a pesar de que no lo dirigíamos, si tenían mutados los dos genes asociados a la enfermedad", explica el científico.
Un día se puso en contacto con él un posible afectado que, sin embargo, no presentaba los genes mutados. Además, la forma clínica de la patología era distinta, con más problemas óseos y menos cardiovasculares. "Había superado la expectativa de vida media de estos pacientes, de 15 años", apunta el catedrático. "En aquel momento no pudimos ofrecerles nada, pero nos comprometimos a que cuando se desarrollaran tecnologías que permitieran la secuenciación genómica más rápida y barata nos pondríamos en contacto con ellos", relata López-Otín.
Meses después, su equipo fue uno de los elegidos para contribuir al Consorcio Internacional del Genoma del Cáncer, lo que les hizo dotarse de dicha tecnología. Con ella, estudiaron al pacientey a un segundo que le abordó en una conferencia en Madrid y descubrieron que su patología era una forma única de progeria, asociada al gen BANF1. Aunque esto no supondrá un beneficio para los pacientes, sí lo será para sus familias, que podrán saber quién heredará la dolencia y beneficiarse del consejo genético a la hora de tener descendencia.

Publico

2011/02/18

Una rara mutación protege del cáncer y la diabetes

Una mutación en el receptor de la hormona del crecimiento que provoca un raro tipo de acondroplasia (enanismo), llamado síndrome de Laron, podría ser la clave para prevenir el cáncer y la diabetes, según los resultados de un estudio publicado en Science Translational Medicine.
Los autores han estudiado a un grupo de 99 parientes de las provincias de Loja y de El Oro, en el sur ecuatoriano, que sufren esta condición, causada por un déficit del factor de crecimiento insulínico tipo 1 (IGF-1). En los 22 años que el director del Instituto de Endocrinología, Metabolismo y Reproducción (Iemyr), Jaime Guevara-Aguirre, lleva observando a estas personas, ninguna de ellas ha desarrollado diabetes y sólo una tuvo cáncer, del que no murió.
"Siempre me han interesado las condiciones raras y llegué a estos pacientes porque me llamó la atención su composición corporal y descubrir, en 1987, que aun siendo obesos y con exceso de grasa, no tenían diabetes, algo impensable para un sujeto de estatura normal", relata Guevara-Aguirre. La observación continuó y, en 1994, el endocrino notó también la ausencia de cáncer. "Lo difundí por todas las vías", explica el investigador, pero el caso no despertó la atención de la comunidad hasta casi 20 años más tarde. En 2005, Valter Longo, especialista en envejecimiento de la Universidad del Sur de California (EEUU), invitó a dar una charla a Guevara-Aguirre y le dijo: "Vamos a estudiar a esta población".
Fruto de este trabajo es la investigación publicada en Science, que explica científicamente lo que los protagonistas han atribuido históricamente a la acción divina, según contaron en un documental de la cadena estadounidense ABC. Los 99 ecuatorianos son un tercio de todos los afectados por el síndrome de Laron en el mundo, cuyo origen se sitúa en España, ya que lo sufren descendientes de judíos conversos que abandonaron el país hace más de 200 años.
Un investigador israelí, Zvi Laron, fue el que identificó el síndrome hace más de 40 años, en una docena de pacientes de su país y de otros de Europa del Este, todos judíos. Laron acaba de publicar en European Journal of Endocrinology un estudio que demuestra que la deficiencia congénita de IGF-1 protege de los tumores malignos. "El trabajo es interesante, pero está basado en encuestas, mientras que el nuestro se ha basado en la observación directa", comenta Longo.
Este investigador italiano es muy optimista con respecto a las implicaciones prácticas del estudio y cree que se debe avanzar para "establecer el exceso de IGF-1 como factor de riesgo". No lo es tanto el artífice de la historia. "Yo soy más prudente y creo que lo que se puede decir es que ahora sabemos más sobre el cáncer", comenta.
Longo considera que, en menos de un año, podría empezar un ensayo clínico en enfermos de cáncer para evitar los efectos tóxicos de la quimioterapia ya que, en el laboratorio, se ha demostrado que el déficit de IGF-1 reduce el daño químico. Un fármaco, el pegvisomant, aprobado para el tratamiento de otra enfermedad asociada al gigantismo, reduce los niveles de esta hormona. Longo opina que, a largo plazo y si ese estudio demuestra que el fármaco es seguro, sería factible diseñar otro para evaluar la posible prevención del cáncer y la diabetes con la reducción del IGF-1. "Sería como las estatinas para la prevención cardiovascular", concluye.

Publico

2011/02/05

La pulga de agua tiene más genes que el ser humano

Aunque es 800 millones de veces más pequeña que una persona, la pulga de agua (Daphnia pulex), tiene 8.000 genes más que el ser humano.
Un grupo de científicos estadounidenses descubrió que ese pequeño crustáceo translúcido tiene más de 31.000 genes, en comparación con los 23.000 de los humanos.
Esto significa el mayor número de genes que se haya registrado en cualquier criatura cuyo genoma haya sido descifrado.
La pulga de agua es el primer crustáceo en tener su genoma secuenciado.
El descubrimiento es fruto de diez años de colaboración entre entidades que incluyen al instituto de investigación Joint Genome Institute (JGI) del gobierno estadounidense y la Universidad de Indiana. En el proyecto participaron más de 450 investigadores de todo el mundo.
Los resultados se publican en la revista Science.

Pequeña pero compleja

Tom Little, uno de los participantes de la investigación, admitió que era sorprendente ver que una criatura tan pequeña tuviera tantos genes.
"No hay que subestimar estas cosas, puede ser increíblemente compleja. Si sólo se toma en cuenta la cantidad de genes, se puede decir que la Daphnia es más complicada que el ser humano", afirmó.
"La gente tiende a pensar que los seres humanos somos los seres más sofisticados, o los elefantes o las ballenas azules, pero realmente hay que abrir los ojos y darse cuenta de que estos pequeños entes puede ser tan sofisticados. Ser pequeños no juega realmente en su contra".
Los científicos dijeron que la investigación revela miles de "nuevos" genes, cuyas funciones actualmente son un misterio. También les permitió a los científicos identificar los genes que ayudan a la pulga de agua frente a las tensiones en el medio natural, como los contaminantes y el calentamiento global.
Los miembros del equipo que se encuentran en Edimburgo esperan que los hallazgos enriquezcan sus investigaciones sobre la inmunidad de los animales y los seres humanos.

BBC Mundo

Los genes también influyen en el salón de clases

Se piensa que, a la hora de evaluar qué tan efectivo es un colegio para educar a un niño, la calidad de los maestros, del currículo y del ambiente escolar son factores básicos.
Pero una nueva investigación llevada a cabo en el Reino Unido descubrió que ésos son sólo la mitad de los factores.
La otra mitad, afirman los científicos del Instituto de Psiquiatría del King´s College de Londres, son los genes con los que cuenta un niño.
El estudio, llevado a cabo con 8.000 gemelos (4.000 pares), descubrió que en el salón de clases, la herencia tiene un impacto tan importante como la crianza.
El hallazgo, afirman los expertos, refuerza la teoría de que la mejor educación es la enseñanza personalizada.
Los científicos analizaron los resultados de pruebas realizadas por gemelos de 12 años, tanto idénticos como no idénticos, en materias de inglés, matemáticas y ciencia.
Descubrieron que los gemelos idénticos -los que se originan del mismo óvulo y por lo tanto comparten todas las características genéticas- tuvieron resultados más similares en las pruebas que los de gemelos no idénticos, que se originan de distinto óvulo y sólo comparten la mitad de su formación genética.
"Estos resultados fueron sorprendentes porque indican que incluso sin tomar en cuenta los logros anteriores y la capacidad cognitiva general de un niño, la medición que resta de su rendimiento está significativamente influida por los factores genéticos", afirman los investigadores.

"Extrayendo" el potencial

El estudio afirma que el hallazgo pone de manifiesto la necesidad de reexaminar lo que las escuelas, colegios y universidad ofrecen a los niños y jóvenes, particularmente a la luz de la tecnología moderna.
"En lugar de pensar en la educación como una forma de contrarrestar las diferencias genéticas entre los niños, el campo de la educación debería aprovechar el hecho de que los niños difieren genéticamente en cuánto son capaces de aprender" expresan los científicos.
"Esta forma de pensamiento es compatible con la actual tendencia hacia la educación personalizada para optimizar el aprendizaje de un niño, lo cual cada vez es más posible gracias al uso de la tecnología de la información interactiva", agregan.
El informe concluye que " de forma más general, en lugar de pensar en la educación como instruir (del latín instruere que significa "preparar" o "incorporar") esta perspectiva genética sobre el aprendizaje sugiere un regreso al significado original de la educación (del latín educare y educere, que significa "guiar" y "formar")".

Participantes activos

La doctora Claire Haworth, la genetista que dirigió el estudio, señala que abordar una perspectiva genética de la educación significa alejarse de la noción de que los niños son "receptores pasivos" de conocimiento.
En lugar de esto, afirma, "un enfoque genético para la educación sugiere una visión activa del aprendizaje en la que los niños seleccionan, modifican y crean su propia educación, en parte sobre la base de su propensión genética".
"Estos hallazgos no significan que la calidad de la educación no es importante. De hecho, los factores ambientales son tan importantes como los factores genéticos" expresa la investigadora.
"Sin embargo, estos resultados revelan que los niños llevan al salón de clases características que influyen en la forma como tomarán ventaja de la calidad de la educación que se les ofrece".
"Por ejemplo, pensemos en un salón de clases lleno de estudiantes con un mismo maestro. Algunos niños aprenderán más que otros, aún cuando su experiencia educacional en la escuela es exactamente la misma", dice la doctora Haworth.

BBC Mundo

2011/01/24

En busca de los genes del 'supersoldado'

Puede que la idea de crear soldados genéticamente superdotados nunca escape de las páginas de los cómics y de las pantallas de cine, aunque sólo sea porque en el mundo real existen zarandajas como leyes y comités éticos. Pero esto no implica que los estrategas militares vayan a desechar las posibilidades que la genómica ofrece para ganar una guerra. Un ejemplo, recién salido de la cripta de los secretos, es el último informe elaborado para el Pentágono por un grupo de expertos que trabaja bajo el novelesco nombre de JASON, el héroe griego que perseguía el vellocino de oro.
En 1960, el Gobierno de EEUU creó un grupo asesor de jóvenes científicos para reemplazar a las viejas glorias del proyecto Manhattan. Los nombres de sus integrantes, unas pocas decenas, se mantienen en secreto. El grupo trabaja bajo el paraguas de MITRE, una corporación sin ánimo de lucro cuya misión es "aplicar ingeniería de sistemas y tecnología avanzada a problemas nacionales críticos", según la propia entidad. JASON dedica los veranos a analizar, por encargo del Departamento de Defensa (DoD), las repercusiones estratégicas y militares de los avances científicos. El último trabajo de JASON se ha hecho público esta semana en el blog Secrecy News de Steven Aftergood, director del Proyecto de Secretos Gubernamentales de la Federación de Científicos Americanos (FAS).

Aplicaciones bélicas

El genoma de 100 dólares: implicaciones para el DoD responde al interés del Pentágono por evaluar las aplicaciones bélicas de la genómica. Desde que se completó el genoma humano a principios de este siglo, la tecnología de secuenciación de ADN ha reducido drásticamente su tamaño y su precio. Las máquinas de tercera generación ocupan lo que una impresora de mesa y, frente a los 2.000 millones de euros que costó el primer genoma humano, "hoy es posible pedir el genoma propio por menos de 20.000 dólares [unos 15.000 euros]", señala el informe, y bajará "a 100 dólares [75 euros] en 2013". El número de genomas secuenciados crecerá "de unos cientos (hoy) a millones de personas (en unos tres años)".
La recomendación de JASON no se anda por las ramas: "Debe recogerse la secuencia completa del genoma diploide [los dos juegos de cromosomas] de todo el personal militar". Y debe hacerse ya: "Esperar dos años para iniciar este proceso puede dejar [al DoD] rezagado sin remedio".
La aplicación a la defensa sería, reza el documento, seleccionar genéticamente rasgos como el "rendimiento físico y mental, respuesta a drogas, vacunas y varios factores ambientales"; más concretamente, "respuesta al estrés del campo de batalla, estrés postraumático, capacidad para tolerar la falta de sueño, deshidratación o exposición al calor, el frío o la altitud, o la susceptibilidad a fracturas óseas traumáticas, hemorragias prolongadas o cicatrización lenta de heridas". Se destaca que "sería beneficioso conocer las identidades genéticas del adversario y evitar que este acceda a las del personal militar de EEUU". Todo ello para "mejorar la salud, la preparación y el rendimiento", "tanto en operaciones militares ofensivas como defensivas".
JASON no es ajeno a las cortapisas técnicas y éticas. Si bien el coste de leer genomas está en caída libre, no así el del análisis de los datos. Señala también que "además de las implicaciones éticas [...], se debe usar con cuidado en cuanto a la validez de la correlación entre genotipo y fenotipo". El estudio apunta dos variables que la biología aún no ha logrado objetivar: la epigenética modificaciones que no alteran la secuencia del ADN, pero sí su actividad y el microbioma, nuestra población particular de microbios.
Habrá que esperar para saber si estas sugerencias se llevan a la práctica. "JASON es muy respetado señala Aftergood a Público, eso significa que quienes hacen las políticas leen sus informes muy de cerca, pero no que todas las recomendaciones de JASON se adopten".
¿Más madera para teorías conspirativas sobre la manipulación de ciudadanos al servicio del poder? Difícilmente. De hecho, la lectura del informe deja más bien la impresión de que los expertos de JASON ofrecen al DoD un tímido cebo para convencer a los militares de que muerdan el anzuelo de la investigación genética. "Yo tuve la misma impresión", confirma Aftergood. "El informe sugiere que el DoD, con todos sus recursos, puede ayudar al avance de la investigación genética al tiempo que se beneficia de ella", concluye.

Publico

2011/01/10

Los genes revelan el color del cabello

Científicos afirman que desarrollaron una forma de predecir de qué color es el cabello de una persona utilizando marcadores de ADN.
El avance, dicen, podría conducir a una prueba forense que determine el cabello de un sospechoso con los restos de ADN dejados en una escena de crimen.
La información posteriormente podría ser utilizada para refinar la descripción de un sujeto desconocido pero buscado por las autoridades.
Este nuevo enfoque genético, dicen los expertos, también podría diferenciar entre pelo de colores similares, por ejemplo, entre pelirrojo y rubio rojizo o entre rubio y rubio oscuro.
El ADN puede ser tomado de sangre, esperma, saliva y otras muestras que pueden ser relevantes en los casos de ciencia forense.
Según el profesor Manfred Kayser, del Departamento de Biología Molecular Forense de la Universidad de Rotterdam, quien dirigió el estudio, "el hecho de que ahora podamos predecir distintos colores de cabello a partir de ADN representa un gran avance porque hasta ahora, sólo el cabello pelirrojo, que es raro, podía ser determinado a partir de ADN".
Los científicos estudiaron la información de ADN y el color de cabello de cientos de europeos. Investigaron los genes que se sabe influyen en las diferencias en el color.
"Identificamos 13 marcadores de ADN de 11 genes que poseen información con la que se puede predecir el color del pelo de un individuo", dice el profesor Kayser.

Campo emergente

El campo de la predicción de fenotipos humanos -los rasgos físicos de una persona, como su color de cabello y ojos- a partir de información de ADN es nuevo en la ciencia forense.
Los perfiles genéticos comparan ADN encontrado en una escena de crimen con el de un sujeto conocido o con el de otros perfiles en una base de datos para localizar una muestra idéntica.
Pero los investigadores afirman que cuando este enfoque no da resultados, la información sobre la apariencia de un sospechoso puede ofrecer pistas valiosas en una investigación.
Sin embargo, actualmente sólo unos pocos rasgos fenotípicos pueden ser identificados con información de ADN con la suficiente precisión para poder obtener aplicaciones prácticas.
"Esta investigación establece las bases científicas para el desarrollo de una prueba de ADN para la predicción del color de cabello", dice el profesor Ate Kloosterman del Instituto de Ciencia Forense de Holanda.
"Un sistema confirmado de pruebas de ADN para color de cabello podría estar disponible en el campo forense en un futuro no muy distante".
Y agrega que "este nuevo avance conducirá a una expansión importante de los futuros equipos de análisis de ADN utilizados por investigadores forenses para rastrear a delincuentes desconocidos".
El equipo del profesor Kayser ya está desarrollando una prueba de predicción de color de ojos basada en marcadores de ADN.
Y en septiembre publicarán los detalles de una técnica que calcula la edad de un sospechoso con muestras de sangre encontradas en una escena de crimen.
La investigación, llevada a cabo por científicos de la Universidad Erasmus en Rotterdam, Holanda, aparece publicada en Human Genetics (Genética Humana).

BBC Mundo

2011/01/05

Un estudio resucita el 'gen de la depresión'

Los mecanismos que conducen a la depresión siguen siendo un misterio siglos después de su descripción. Por esta razón, diversos estudios han intentado demostrar una conexión genética, sin resultados concluyentes hasta la fecha. Ahora, no obstante, las cosas podrían cambiar.
Como recuerdan los autores en un artículo publicado hoy en Archives of General Psychiatry, un estudio demostró en 2003 que sí existía esa conexión genética y que 5-HTTLPR, un gen que regulaba la serotonina (un conocido neurotransmisor sobre el que actúan muchos de los antidepresivos que se comercializan en la actualidad), estaba directamente relacionado con la habilidad para recuperarse de un trauma emocional grave, como el abuso infantil. En su día, el trabajo fue calificado por la revista Science como uno de los diez descubrimientos científicos del año.
Pero lo prometedor del hallazgo se esfumó cuando otro estudio, publicado en 2009 en la revista JAMA, revisó todos los trabajos que estudiaban la presunta asociación para concluir que las conclusiones no estaban lo suficientemente demostradas. The New York Times, uno de los diarios más influyentes del mundo, se hizo eco del estudio y la idea quedó relegada.
Según Archives of General Psychiatry, el estudio que desmontó el hallazgo previo, sólo analizaba 14 de los 56 trabajos sobre la relación entre el gen 5-HTTLPR y la depresión y el estrés. Al evaluar todos, incluyendo los realizados con posterioridad a 2009, los autores, de la Universidad de Michigan (EEUU) consideran que el nexo vuelve a demostrarse.

Publico

2010/12/20

Un gen contra la hambruna, clave en la obesidad

Más allá de una alimentación repleta de comida basura y de una vida sedentaria, investigadores del Salk Institute fo Biological Studies (EEUU) han encontrado una nueva explicación a la epidemia de obesidad. Según su trabajo, publicado en la última edición de Nature, es posible que el genoma humano no se haya actualizado a la época actual y, de alguna manera, haya olvidado que ya no estamos en la Edad de Piedra. "Como humanos, desarrollamos formas de lidiar con la hambruna, expresando ciertos genes, como el CRTC3 para ralentizar la quema de grasas", explica el autor principal, Marc Montminy.
El CRTC3 es precisamente el gen que han descubierto estos investigadores. Cuando las personas lo tienen activo, pueden sobrevivir periodos de tiempo más largos sin necesidad de ingerir alimentos.
La idea de que los mamíferos desarrollaron genes para ralentizar la quema de grasas no es nueva; se propuso en la década de 1960, mucho antes de que el genoma fuera secuenciado. Algunos teorizaron sobre que este tipo de genes serían una ventaja para la supervivencia de nuestros ancestros cazadores, que a menudo pasaban mucho tiempo sin comer y tenían que optimizar sus depósitos de grasa. Pero, explican, en la época actual con multitud de alimentos disponibles, al menos en los países desarrollados este tipo de genes no sólo no son una ventaja, sino que suponen un inconveniente.
Para demostrar el papel del gen en el metabolismo de la grasa, los investigadores diseñaron unos ratones que carecían del CRTC3 y les sometieron a regímenes con distinta composición de grasa. En las dietas con una composición baja en grasas, tanto los ratones modificados como los normales engordaban lo mismo.
Sin embargo, al seguir una dieta muy rica en grasas, sólo los ratones que carecían del gen no se pusieron obesos, además de mostrar el doble de células de grasa marrón (la grasa buena) que los ratones normales. El gen se convierte así en una diana para un posible nuevo fármaco.

Publico

2010/12/14

Los genes narran la rebelión de los esclavos

Un estudio genético acaba de desvelar un oasis africano en medio de América Latina. Se trata de los Noir Marron (negros cimarrones) de la Guayana Francesa, cuyo origen se remonta a los primeros esclavos africanos que se rebelaron contra sus amos y fundaron repúblicas libres en la jungla.
A pesar de que han pasado más de cuatro siglos, sus 50.000 descendientes que viven hoy en la Guayana y el vecino Surinam siguen siendo genéticamente indistinguibles de los actuales habitantes de Costa de Marfil, Ghana o Benín, donde el estudio sitúa ahora el origen de sus ancestros. Así lo explica a este diario Nicolas Brucato, antropólogo del Centro Nacional de Investigación Científica de Francia y autor principal de estudio. "No hay otra población conocida en América que muestre algo así", destaca.
La mayoría de los casi 150 cimarrones de la Guayana Francesa cuyos genes ha analizado Brucato siguen viviendo en pequeñas comunidades a orillas del río Maroni. Su cauce marca la frontera con Surinam, la antigua colonia holandesa donde comenzó a forjarse la estirpe.
Entre 1604 y 1815, los negreros holandeses llevaron a la zona a 400.000 esclavos llegados desde lo que hoy es el golfo de Benín y que entonces se conocía como costa de los esclavos. Para evitar rebeliones durante la travesía y en las plantaciones, los tratantes rompían los lazos familiares y locales seleccionando hombres y mujeres de diferentes orígenes.
A pesar de las precauciones, señala el trabajo de Brucato en BMC Evolutionary Biology, muchos esclavos escaparon de Surinam y fundaron repúblicas libres que fueron el germen de los pueblos cimarrones que habitan hoy a ambos márgenes del Maroni. Las propias luchas entre Francia y Holanda por las colonias favorecieron que las comunidades libres creciesen gracias a nuevas oleadas de esclavos fugados.
El equipo de Brucato ha comparado cuatro marcadores genéticos de los cimarrones con los de africanos de Costa de Marfil y Benín. Uno de esos marcadores es el genoma mitocondrial, que sólo pasa de madres a hijos, y otro el cromosoma Y, que legan los padres a sus descendientes.
Los resultados identifican las áreas geográficas de las que salieron los ancestros cimarrones y muestran que las marcas de la segregación siguen presentes en el ADN.

Hombres del norte

Tomados en conjunto, los datos indican que la mayoría de los cimarrones llegó desde Costa de Marfil, Gana y Benín. Pero cuando se separan los datos por sexos, estos muestran que los orígenes de las mujeres están mayoritariamente en zonas más al sur como Nigeria, Camerún, o Guinea Ecuatorial, mientras el grueso de los hombres proviene del norte, en lo que hoy es Sierra Leona, Gambia o Senegal. Una vez lograron su libertad, los cimarrones han conservado su paquete genético casi intacto hasta hoy, hasta el punto de que algunos marcadores muestran un origen exclusivamente africano en un 99%.
Aunque los cimarrones han tenido un contacto fluido con otros grupos (su lengua mezcla palabras en portugués, inglés, holandés y arawak, una lengua indígena), no se han mezclado con ellos. "Siguen pensando que no es bueno aceptar a extranjeros en sus comunidades y aún hoy no hay parejas mixtas en las comunidades rurales", explica Brucato.
Pero este oasis genética africano está menguando. "Cada vez más cimarrones van a vivir a las ciudades y fundan familias mixtas", señala el experto. "Es posible que en un tiempo su fuerte herencia africana quede diluida", concluye.

Publico

2010/11/15

Un grupo de investigadores alemanes encuentra el 'gen del altruismo'

El deseo de hacer cosas buenas por los demás podría tener una causa genética. Al menos eso es lo que sugieren los resultados de un estudio realizado por científicos de la Universidad de Bonn, en Alemania, en el que se constató que un cambio minúsculo en un gen particular estaba relacionado con una voluntad significativamente mayor de proveer a otros, según recoge Tendencias 21.
Concretamente, las personas que presentaron dicha modificación genética dieron el doble de dinero a una obra de caridad que el resto de los individuos sometidos al estudio, informa la Universidad de Bonn en un comunicado .
Más de 100 personas analizadas
Para la investigación, el profesor de psicología de dicha Universidad, Martin Reuter, invitó a 100 estudiantes a realizar un test de memoria. Según publica la revista especializada Social Cognitive & Affective Neuroscience, en este test participaron en total 26 hombres de una edad media de 23 años, y 74 mujeres de una edad media de 22 años. Todos los participantes eran estudiantes de la Universidad de Bonn.

La prueba de memoria consistió en memorizar series de números para, después, repetirlas de la manera más correcta posible. A cambio de este esfuerzo, se entregó a cada voluntario cinco euros. Acto seguido, los científicos dijeron a los participantes que podían quedarse con todo el dinero, o bien entregar una parte de él a una obra de caridad que consistía en ayudar a niños pobres de un país en vías de desarrollo.
La decisión debía ser tomada libremente, y en apariencia de forma anónima. Sin embargo, según explica Reuter: "siempre supimos de antemano cuánto dinero había en la caja, por lo que pudimos calcular la cantidad donada por cada participante".
Variantes genéticas estudiadas
Además de esta prueba, los científicos extrajeron células de la boca de cada uno de los participantes, con el fin de estudiar su ADN. En el análisis genético de las muestras celulares, los investigadores se centraron en el estudio de un gen concreto, denominado gen COMT. Este gen es el que dirige a una enzima que desactiva ciertos mensajeros cerebrales, entre ellos el famoso neurotransmisor conocido como dopamina.
Desde hace unos 15 años, se sabe que existen dos variantes distintas del gen COMT: COMT-Val y COMT-Met. Ambas versiones, que se dan en la población casi con la misma frecuencia, difieren sólo en uno de sus elementos constituyentes. Por otro lado, los investigadores sabían que en aquellas personas que presentan la variante genética COMT-Val, la enzima asociada trabaja de manera cuatro veces más eficiente que en las personas que presentan la variante genética COMT-Met.
El efecto de esta diferencia es que, en el primer caso, la enzima provoca una desactivación de la dopamina cerebral considerablemente mayor que en el segundo caso.
Efectos en el comportamiento
Los científicos descubrieron, además, que la mutación minúscula del gen COMT condicionaba también el comportamiento de los estudiantes. De esta manera, “aquellos participantes con la variante genética COMT-Val donaron el doble de dinero como media que los estudiantes que presentaban la variante genética COMT-Met”, explican los investigadores.
Según ellos, ésta es la primera vez que se consigue establecer una conexión concreta entre un gen particular y el altruismo, aunque por estudios anteriores se sabía que ciertos comportamientos prosociales están en parte relacionados con nuestros genes. Es el caso de una investigación realizada con 409 parejas de gemelos en la que se pudo establecer una relación entre los comportamientos prosociales y la genética o el de otras investigaciones realizadas en 2007 y 2008, que demostraron que el comportamiento de reciprocidad también está condicionado por el ADN.
Por otra parte, en 2007, un estudio realizado por científicos hebreos demostró que la generosidad es un comportamiento de origen genético, al constatar que existe una relación entre una variación del ADN (concretamete, del gen AVPR1a) y la generosidad humana.

20minutos

2010/11/10

Un medicamento para cada persona

Escuchar a dos personas recomendándose determinado fármaco -"A mí esto me va muy bien"- es una situación muy frecuente. Sin embargo, se trata de una práctica
desaconsejable, ya que es incuestionable que no todos los individuos reaccionan igual a los medicamentos, aun cuando padezcan la misma patología y tengan la misma indicación. Hasta hace pocos años, y a pesar de que muchos médicos sospecharan que esto era así, no había forma de demostrarlo y, para acertar con la medicación, se utilizaba el método de la prueba y error.
Los avances en farmacogenómica, que se han multiplicado desde la publicación del genoma humano, han permitido que, con un análisis genético a partir de la extracción de una simple gota de sangre, se pueda prever la respuesta de un individuo a un elevado número de medicamentos para diferentes patologías, sobre todo cardiovasculares, cáncer y sida. No sólo eso: los genes también informan de la posibilidad de sufrir reacciones adversas o de la necesidad de un cambio de dosis.
El último caso lo recogía la semana pasada la revista JAMA, que demostraba que una mutación en el gen CYP2C19 implicaba una respuesta pobre al clopidogrel, un fármaco para inhibir la formación de coágulos, muy utilizado en enfermos cardiovasculares. La administración del medicamento a enfermos con esta mutación no sólo es que no fuera eficaz sino que, además, aumentaba el riesgo de que estos sufrieran "eventos adversos como la trombosis".
El director médico de la Unidad de Medicina Genómica del Instituto Universitario Dexeus, Ignacio Lao, tiene claro que conocer la base molecular del origen de una complicación ayuda a diseñar el mejor tratamiento. Sin embargo, denuncia que, en España, todavía se medica "por ensayo y error". De una opinión similar es la psiquiatra María Inés López Ibor, que utiliza en su consulta privada un test genómico para predecir la respuesta a tratamientos contra varias enfermedades psiquiátricas. "Hoy en día no se debe jugar a las cartas", apunta.

Coste elevado

El elevado coste de estas pruebas, que se prevé que reduzcan considerablemente su precio en los próximos años, hace que sean más comunes en los centros privados que en los públicos, aunque hay excepciones. La elección de algunos de los tratamientos más novedosos para el cáncer, los anticuerpos monoclonales, se lleva a cabo en la actualidad en los hospitales públicos que disponen de la tecnología para ello, o en los laboratorios de referencia. En muchas ocasiones, sin embargo, el que financia este tipo de programas no es el Estado sino las compañías farmacéuticas que fabrican los tratamientos.
El vicepresidente de la Asociación Española de Psiquiatría Privada, José Antonio López Rodríguez, que también ha utilizado en su consulta un análisis genético que ayuda a seleccionar con mayor precisión los medicamentos para patologías psiquiátricas, afirma que "con la publicación del genoma, ha empezado lo verdaderamente interesante. El futuro es la farmacogenética psiquiátrica, el cómo las variaciones y las alteraciones genéticas influyen en la respuesta a un fármaco".
Pero, a pesar del entusiasmo que generan estas tecnologías, también hay expertos que piden cautela respecto a su uso generalizado. Un artículo publicado a finales de 2009 en Nature revisaba la cuestión y afirmaba que la información sobre farmacogenómica en los prospectos de EEUU se clasifica en tres categorías: aquellos fármacos para los que se requiere la realización de un test genético antes de su aplicación, aquellos para los que se recomienda y, por último, los medicamentos para los que los test "sólo aportan información".
"Hasta ahora sólo cuatro fármacos requieren de un test farmacogenómico antes de ser prescritos; la mayoría de los medicamentos con prospectos que contienen información sobre test farmacogenéticos no los requiere", se puede leer en la revista. La integración de estas pruebas en la práctica clínica, cuentan los autores -de las universidades de California (EEUU) y Calgary (Canadá)- requieren no sólo de una prueba clínica en el laboratorio que establezca y valide la asociación genética sino, también, de un sistema de información que provea al médico de las guías apropiadas para la interpretación de los resultados del test. "Dada la complejidad del proceso, serían necesarios los esfuerzos coordinados de muchos profesionales sanitarios", subrayan los especialistas.
En este sentido, Ignacio Lao advierte de que la mayoría de los hallazgos son tan recientes "que no se han incorporado a la formación de los médicos".
A juicio de este especialista, estas circunstancias hacen que "no se utilicen los test todo lo que se podría", por lo que el asunto es "la asignatura pendiente" de la sanidad pública. Por su parte, la especialista en Bioquímica de la Clínica Universitaria de Navarra Josefa Salgado apunta que para establecer el uso estandarizado de este tipo de test, se ha de hacer en el laboratorio una validación que incluya "ensayos de especificidad, sensibilidad y reproducibilidad".
Los test, añade, se han de someter a los "procesos de evaluación establecidos por parte de las agencias reguladoras de fármacos".
Los especialistas, por lo tanto, están de acuerdo en que la medicina personalizada es el futuro de los tratamientos, pero no está claro que la situación actual permita implantarla ya en todas las áreas, aun existiendo estudios que vinculen variaciones genéticas a la respuesta a muchos medicamentos.
Sin duda, el coste de las pruebas no ayuda a la masificación de su implantación. "Aunque las tecnologías todavía son caras, en EEUU ya se han hecho algunos estudios de coste-efectividad que demuestran que la aplicación de estos test merece la pena, por lo que ahorramos posteriormente", subraya Lao.
"No es sólo en los llamados metabolizadores lentos, los que no responden a fármacos que actualmente se recetan a todos por igual, sino también en la polifarmacia, en la cantidad de fármacos que recetamos a los pacientes hasta que acertamos, y que nos ahorraríamos si se les hubieran hecho las pruebas de farmacogenómica", explica este especialista, que resume: "Tenemos las armas y no las utilizamos". Aunque en el futuro se generalizará la implantación de estos test, la polémica está en si, quizás, se está esperando demasiado.

Publico

2010/11/05

Cuatro genes definen a los 'resistentes' del VIH

En España se calcula que son unos 500 los afortunados controladores de élite: personas infectadas por el VIH que, sin tomar ningún tipo de medicación, mantienen una carga viral casi indetectable y no llegan a desarrollar sida. Los científicos llevan años intentando averiguar qué características provocan que los resistentes respondan así ante una infección que merma las defensas del resto de los enfermos, hasta provocar la muerte si no siguen un estricto tratamiento. El objetivo final es poder replicar artificialmente lo que en estos sujetos es un fenómeno natural.
Un estudio publicado hoy en Science ha desvelado cuatro marcadores genéticos, todos situados en la región del cromosoma 6 donde se codifica el conjunto de genes HLAen concreto, el HLA B, conocido porque determina, entre otros aspectos, la compatibilidad de tejidos en trasplantes.
Según explica Josep Llibre, investigador de la Fundación Lluita contra la SIDA y HIVACAT del Hospital Universitario Germans Trias y Pujol (en Badalona), lo más destacable de este estudio es su magnitud, ya que han participado cerca de mil controladores de élite de todo el mundo, incluyendo españoles el equipo de Llibre ha aportado 16.A los participantes se les estudió más de un millón de variantes genéticas, lo que también diferencia otros estudios anteriores que ya habían identificado genes relacionados con el control de élite del VIH. Según comentó Llibre a este diario, los genes identificados predicen el 25% de los casos de controladores de élite, por lo que "es de esperar" que haya muchos más descubrimientos en este sentido.

Posible vacuna

El investigador reconoce que el siguiente paso es identificar los receptores de los genes identificados. "Un químico podría buscar, así, una molécula que los bloqueara", apunta. El desarrollo de fármacos que hagan que los linfocitos se activen y sean capaces de evitar la replicación del VIH es, a su juicio, la aplicación práctica más rápida que puede surgir de este hallazgo, que llevará también, presumiblemente, al desarrollo de vacunas y terapias génicas contra el VIH.
Para Llibre, más complicado será poder determinar al comienzo de la infección si una persona será o no controlador de élite. "Es muy caro y muy complejo, aunque sería útil, porque es una pregunta que mucha gente se hace y que no puedes responder, sólo puedes explicar cómo evoluciona la media", apunta.
El trabajo de Science forma parte del Estudio Internacional de Controladores del VIH que, liderado por el director del Ragon Institute (Universidad de Harvard), Bruce Walker, ya ha generado varias publicaciones relativas a estos seropositivos, uno de cada 300 infectados por el VIH. Desde que comenzó en 2006, se ha reclutado a 1.500 controladores de élite.

Publico

2010/10/29

Cada persona tiene 75 errores relacionados con enfermedades hereditarias en sus genes

Hace diez años, bastaba la mitad de los dedos de una mano de Mickey Mouse para contar el número de genomas humanos secuenciados en todo el planeta. La primera lectura de los 3.000 millones de bases (letras) de ADN que componen un genoma costó 2.000 millones de euros y diez años de trabajo. Aquel manual de instrucciones del ser humano, escrito en un idioma entonces ininteligible, generó más preguntas que respuestas. Sin embargo, este decenio de análisis ha servido para conocer qué genes marcan que una persona sea pelirroja, más susceptible a un cáncer de pulmón o más sensible a un determinado medicamento. Pero quedan incógnitas casi infinitas.
Un consorcio internacional dio ayer un paso de gigante para intentar iluminar este gigantesco libro. Los científicos, agrupados en el llamado Proyecto de los 1.000 Genomas, publicaron los datos preliminares de su investigación, que pretende dibujar un mapa detallado de las variaciones genéticas en nuestra especie. Los genomas de dos personas, por ejemplo los cantantes Ozzy Osbourne y Georges Brassens, ambos aficionados al alcohol, son idénticos en un 99%, pero en el 1% restante podrían estar las razones por las que Osbourne está como un toro y Brassens murió de cirrosis hepática en 1981.

Datos para todos

La primera fase del proyecto, que incluye datos de unas 800 personas, ha encontrado 16 millones de variaciones en el ADN, la mitad de ellas desconocidas hasta ahora. Según los autores, cada persona presenta unas 75 erratas relacionadas con enfermedades hereditarias en su manual de instrucciones.
Los datos del proyecto son públicos. Ahora, la comunidad científica tiene un catálogo meticuloso para "analizar las conexiones entre genes y riesgo de enfermedad", como subrayó ayer Paul Flicek, del Laboratorio Europeo de Biología Molecular, una de las instituciones implicadas.
Los datos, adelantados ayer en la revista Nature, son sólo un primer paso. El proyecto secuenciará el genoma de más de 2.500 personas antes de 2012. Entonces se podrá buscar la relación de cada una de las variantes encontradas con una enfermedad o un rasgo de la personalidad, como la predisposición a engancharse al tabaco.
Pero no todo es optimismo. En un artículo independiente en Nature, el biólogo Rasmus Nielsen, de la Universidad de California en Berkeley, advierte de que "aunque se sabe que algunos desórdenes -obesidad, diabetes o enfermedad cardiovascular- tienen un fuerte componente genético, las variantes genómicas detectadas no pueden explicar la mayor parte de los efectos vistos en las familias afectadas".

Más de 30.000 genomas en 2011

El estudio de los entresijos genéticos se ha embalado. Diez años después de conocerse el primer genoma humano, los laboratorios de todo el mundo habrán completado este mes otros 2.700 genomas, según un estudio de la revista ‘Nature’. A finales de 2011, la cifra se elevará a 30.000. La comunidad científica necesita esta ingente cantidad de manuales de instrucciones humanos para comprender las enfermedades, las diferencias entre las poblaciones o, incluso, las peculiaridades de un individuo concreto. La precisión de la lectura cambia en función del objetivo. Los más de 800 genomas secuenciados por el Proyecto de los 1.000 Genomas, 179 de ellos completos, han sido leídos tres veces, para eliminar errores. Sin embargo, para detectar mutaciones ligadas a enfermedades muy raras, los científicos necesitan afinar más. Es imprescindible leer cada genoma unas 30 veces.

2010/09/27

Desactivar el 'gen Homer Simpson'... ¿nos haría más listos?

20minutos

Científicos de la Universidad de Emory (Estado de Georgia, EE UU) han descubierto que desactivando un gen, las ratas de laboratorio se volvían más astutas e inteligentes. El gen en cuestión, el RGS14, bautizado como gen 'Homer Simpson', se encuentra también en seres humanos, lo que hace que el hallazgo abra una puerta a nuevas terapias que mejoren, en el futuro, el conocimiento, la memoria y el aprendizaje, según informaban esta semana en Muy Interesante.
La investigación, publicada en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, señala que la desactivación del gen 'Homer Simpson' en ratas hizo que se moviesen con más destreza por laberintos y mejoraran su capacidad para recordar objetos.
Los encargados del estudio se preguntan ahora por qué existe este gen en ratas y humanos, a la vez que aseguran que debe profundizarse más en el asunto ya que, por el momento, no se puede asegurar que un inhibidor fuese un remedio futuro para mejorar nuestra inteligencia. "Hay que saber por qué está ahí, como influye en el conocimiento y si, desactivándolo en humanos, podría hacernos más listos", dice John Hepler, del equipo de investigación.
En los humanos, este gen activa la región del hipocampo conocida como CA 2, relacionada con el aprendizaje, la memoria y los nuevos recuerdos.