La Nacion
A Mark Zuckerberg no le gusta la fama. Fundador de Facebook, y un tipo inmensamente rico a sus 26 años, quizá le conmuevan los aplausos y las conferencias a las que asiste sobre tecnología. Pero cuando el estrellato trasciende las fronteras de Silicon Valley, ya no le hace tanta gracia cuando le toca pagar por el precio del interés que provoca su figura.
Lo que genera este joven visionario, creador de la plataforma con más seguidores en Internet, es ya comparable al de una estrella de Hollywood. Y eso se traduce en cámaras que le persiguen allá donde toma un café en Palo Alto, mandando mensajes de texto, saliendo con amigos y yendo a clases de chino. Hay libros editados que examinan su perfil y, cómo no, una película que indaga en su vida antes de ser lo que es.
En octubre se estrena The Social Network , dirigida por David Fincher (director de títulos como El club de la pelea o Seven, Pecados capitales), con un guión de Aaron Sorkin basado en el libro The accidental billionaires, de Ben Mezrich. Es una película, entre realidad y ficción, sobre la historia que hay detrás de este nerd de Harvard, cuya fortuna personal supera los 3970 millones de dólares, y lo ubica en el puesto 212 de la lista de la revista Forbes.
Y no parece ser que vaya a ser la película que le gustaría ver. En Facebook no están nada contentos con el resultado final. Hay sexo y drogas. La tensión es evidente, según relataba The New York Times . Sin embargo, en la firma tecnológica no quieren que la controversia dé más publicidad de la debida a un producto que esperan sea ignorado.
Si hay una versión cinematográfica dedicada al fundador de la red social más importante, ¿por qué no hay una sobre de los cofundadores del buscador más potente, Sergey Brin y Larry Page ? Es lo que parece que prepara Michael London y el productor John Morris, que contarían ya con los derechos del libro Googled: the end of the world as we know it (Googled, el fin del mundo tal como lo conocemos), del periodista Ken Auletta, publicado el pasado otoño.
Estos tres revolucionarios de la tecnología lograron escapar a su manera del ojo público. Hasta ahora. El escrutinio sobre Zuckerberg crece también entre los medios especializados en tecnología. En junio, en la conferencia AllThingsD, mostró en público su cara más vulnerable. Se le vio muy incómodo y nervioso. Admitió que de joven, incluso cuando empezó a dar vida a Facebook en su dormitorio universitario, actuó a veces de forma "estúpida". "Algunas de las cosas de las que se me acusan son ciertas, otras no". Fue tan mal aquella entrevista, que en la blogósfera la calificaron de puro desastre de imagen.
Hasta ahora a Zuckerberg no se le veía muy preocupado con preservar su privacidad. Pero esa experiencia puede estar cambiando. Y lo que está por ver es si este genio recurrirá a sus 500 millones de adeptos para levantar un muro que le permita protegerse de las amenazas que le llegan del exterior y conservar intacto su reinado, hasta ahora, al margen de los flashes.
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