El estetoscopio, un símbolo de la Medicina, un instrumento que salva vidas, el mejor amigo del médico, está desapareciendo de los hospitales de todo el mundo. Los especialistas utilizan cada vez más sus teléfonos inteligentes para monitorizar el ritmo cardiaco de sus pacientes.
Más de tres millones de médicos se han descargado, por sólo 0,59 libras esterlinas (alrededor de 0,72 euros), un programa informático, inventado por Peter Bentley, un investigador del University College London, que convierte el iPhone de Apple en un estetoscopio.
La semana pasada, Bentley sacó una versión gratuita del programa, que está siendo descargado a un ritmo de más de 500 usuarios al día. Los expertos afirman que esta aplicación informática, un avance de capital importancia en la tecnología médica, ha salvado vidas y ha permitido a médicos que trabajan en lugares apartados tener acceso a los conocimientos prácticos de especialistas.
"Todo el mundo se siente muy entusiasmado ante la posibilidad de introducir tecnologías de la telefonía móvil en el ámbito médico de trabajo, y con toda razón", ha dicho Bentley, que en un principio desarrolló el programa "como un juguete".
"Los teléfonos inteligentes son unos aparatos increíblemente potentes, provistos de todo tipo de sensores, cámaras y micrófonos de alta calidad con unas posibilidades de visualización asombrosas", ha declarado. "Son capaces de salvar vidas, ahorrar dinero y mejorar la atención sanitaria de manera espectacular".
Parece probable que esta tendencia vaya en aumento a medida que se incorporen al trabajo médicos más jóvenes. Hay algunas facultades de Medicina que facilitan móviles inteligentes a sus estudiantes. En los Estados Unidos, la Universidad de Georgetown, la de Louisville y la Ohio State University se encuentran entre las que exigen a sus alumnos que tengan uno.
"Resulta mucho más fácil desarrollar la tecnología que conseguir los permisos para utilizarla", ha asegurado. "Estoy en condiciones de crear un escáner móvil por ultrasonidos y una aplicación para medir el grado de oxígeno en sangre, pero la regulación legal me lo impide. No nos está permitido convertir el propio teléfono móvil en un instrumento médico y eso quiere decir precisamente que existe en la actualidad una zona indefinida en términos de regulación legal. Esta es la única razón por la que no estamos asistiendo todavía a una invasión de este tipo de aparatos".
El profesor Ian Wells, jefe de la sección de informática científica del departamento de Física de la Medicina del Hospital Real del Condado de Surrey, de Guildford, al sur de Inglaterra, comparte esa opinión de que la innovación se está viendo obstaculizada por una normativa que está "todavía en pañales".
"La forma en que los reguladores están abordando este asunto no está aún bien resuelta. Hay todo un nuevo universo magnífico en ese ámbito, pero es necesario que encontremos la fórmula de que los reguladores protejan a los pacientes y a los médicos sin impedir la innovación, la investigación y el desarrollo", ha manifestado.
La Agencia Reguladora del Medicamento y la Asistencia Sanitaria (MHRA, por sus siglas en inglés) del Reino Unido, el organismo oficial que tiene la responsabilidad sobre el grado de seguridad, calidad y resultados de la asistencia sanitaria, constituyó recientemente el Foro Tecnológico del Instrumental Médico, un grupo integrado por representantes del sector, reguladores, usuarios y científicos, con el objetivo de colaborar en el establecimiento de fórmulas de regulación de tecnologías novedosas.
"Se trata de un área muy compleja en la que actualmente estamos examinando todas las nuevas aplicaciones informáticas caso por caso -ha declarado un portavoz del MHRA-. Queremos estar seguros de que estas nueva tecnologías quedan reguladas de manera eficaz y, por consiguiente, que salvaguardan la salud y que evitan contraindicaciones innecesarias, al mismo tiempo que eliminamos todo tipo de obstáculos superfluos a los fabricantes que deseen explotar estas nuevas tecnologías en beneficio de los pacientes."
Los reguladores europeos se están esforzando asimismo en actualizar las directrices al respecto. En el pasado mes de diciembre, se constituyó un grupo de reguladores de Austria, Bélgica, Dinamarca, Francia, Irlanda, Suecia y el Reino Unidos para elaborar unas orientaciones sobre aplicaciones informáticas de acuerdo con las European Medical Device Regulations [Normas Europeas sobre Instrumental Médico]. Se espera que presenten su informe a finales de este año.
Más de tres millones de médicos se han descargado, por sólo 0,59 libras esterlinas (alrededor de 0,72 euros), un programa informático, inventado por Peter Bentley, un investigador del University College London, que convierte el iPhone de Apple en un estetoscopio.
La semana pasada, Bentley sacó una versión gratuita del programa, que está siendo descargado a un ritmo de más de 500 usuarios al día. Los expertos afirman que esta aplicación informática, un avance de capital importancia en la tecnología médica, ha salvado vidas y ha permitido a médicos que trabajan en lugares apartados tener acceso a los conocimientos prácticos de especialistas.
"Todo el mundo se siente muy entusiasmado ante la posibilidad de introducir tecnologías de la telefonía móvil en el ámbito médico de trabajo, y con toda razón", ha dicho Bentley, que en un principio desarrolló el programa "como un juguete".
"Los teléfonos inteligentes son unos aparatos increíblemente potentes, provistos de todo tipo de sensores, cámaras y micrófonos de alta calidad con unas posibilidades de visualización asombrosas", ha declarado. "Son capaces de salvar vidas, ahorrar dinero y mejorar la atención sanitaria de manera espectacular".
Más de 6.000 programas 'saludables'
El programa iStethoscope, el creado por Bentley, no es la única aplicación para teléfono móvil que aligera de peso el maletín del doctor y que transforma la práctica médica: hay cerca de 6.000 programas relacionados con la salud en la Apple App Store. Su aceptación ha sido rápida. A finales de 2009, dos tercios de los médicos y un 42% del público utilizaban terminales inteligentes, que de hecho son ordenadores portátiles de bajo coste, por motivos profesionales y personales. Más del 80% de los médicos ha declarado que esperaba tener un teléfono inteligente propio en el año 2012.Parece probable que esta tendencia vaya en aumento a medida que se incorporen al trabajo médicos más jóvenes. Hay algunas facultades de Medicina que facilitan móviles inteligentes a sus estudiantes. En los Estados Unidos, la Universidad de Georgetown, la de Louisville y la Ohio State University se encuentran entre las que exigen a sus alumnos que tengan uno.
Obstáculos legales
No obstante, los expertos opinan que no se les permite sacar todo el partido posible a las oportunidades que ofrece la tecnología. Bentley afirma que no puede lanzar toda una serie de aplicaciones nuevas debido a una normativa que se ha quedado anticuada."Resulta mucho más fácil desarrollar la tecnología que conseguir los permisos para utilizarla", ha asegurado. "Estoy en condiciones de crear un escáner móvil por ultrasonidos y una aplicación para medir el grado de oxígeno en sangre, pero la regulación legal me lo impide. No nos está permitido convertir el propio teléfono móvil en un instrumento médico y eso quiere decir precisamente que existe en la actualidad una zona indefinida en términos de regulación legal. Esta es la única razón por la que no estamos asistiendo todavía a una invasión de este tipo de aparatos".
El profesor Ian Wells, jefe de la sección de informática científica del departamento de Física de la Medicina del Hospital Real del Condado de Surrey, de Guildford, al sur de Inglaterra, comparte esa opinión de que la innovación se está viendo obstaculizada por una normativa que está "todavía en pañales".
"La forma en que los reguladores están abordando este asunto no está aún bien resuelta. Hay todo un nuevo universo magnífico en ese ámbito, pero es necesario que encontremos la fórmula de que los reguladores protejan a los pacientes y a los médicos sin impedir la innovación, la investigación y el desarrollo", ha manifestado.
La Agencia Reguladora del Medicamento y la Asistencia Sanitaria (MHRA, por sus siglas en inglés) del Reino Unido, el organismo oficial que tiene la responsabilidad sobre el grado de seguridad, calidad y resultados de la asistencia sanitaria, constituyó recientemente el Foro Tecnológico del Instrumental Médico, un grupo integrado por representantes del sector, reguladores, usuarios y científicos, con el objetivo de colaborar en el establecimiento de fórmulas de regulación de tecnologías novedosas.
"Se trata de un área muy compleja en la que actualmente estamos examinando todas las nuevas aplicaciones informáticas caso por caso -ha declarado un portavoz del MHRA-. Queremos estar seguros de que estas nueva tecnologías quedan reguladas de manera eficaz y, por consiguiente, que salvaguardan la salud y que evitan contraindicaciones innecesarias, al mismo tiempo que eliminamos todo tipo de obstáculos superfluos a los fabricantes que deseen explotar estas nuevas tecnologías en beneficio de los pacientes."
Los reguladores europeos se están esforzando asimismo en actualizar las directrices al respecto. En el pasado mes de diciembre, se constituyó un grupo de reguladores de Austria, Bélgica, Dinamarca, Francia, Irlanda, Suecia y el Reino Unidos para elaborar unas orientaciones sobre aplicaciones informáticas de acuerdo con las European Medical Device Regulations [Normas Europeas sobre Instrumental Médico]. Se espera que presenten su informe a finales de este año.
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