Una sola década ha bastado para que Nokia haya pasado de ser considera la empresa europea tecnológica más exitosa a ser vista como un gigante errático y venido a menos. Pese a que la compañía finlandesa sigue siendo líder mundial en el negocio de la telefonía móvil, donde domina un tercio del mercado, existen demasiadas pruebas que revelan que, por ahora, es un líder "desenfocado" como le han calificado algunos analistas.
Para empezar, algunas cifras. El actual valor en Bolsa de Nokia es de 28.832 millones de euros, muy lejos de su récord histórico de 203.000 millones alcanzado en 1999, el más alto de Europa, según Bloomberg. El dato, ya de por sí doloroso, resulta aún más cruel cuando se compara con la evolución bursátil de Apple, Google, RIM o Samsung, sus principales rivales en el negocio móvil. Sólo desde 2007, cuando salió al mercado el iPhone, el rompedor móvil de Apple, la acción de Nokia se ha desplomado un 58%, mientras la de Apple ha subido un 126%. Hoy, la empresa de Steve Jobs vale 248.600 millones de dólares.
Pero hay más números negros que evidencian nubarrones sobre Nokia. La firma pasó de tener un 45% de mercado en el segmento estratégico de los smartphones en el segundo trimestre de 2009 a un 37,4% en el mismo periodo de este año. Además, en julio dijo que el margen operativo de sus dispositivos podía caer hasta el 7% en el tercer trimestre de 2010 (hasta que estuviera preparado el lanzamiento de su nuevo móvil N8), cuando el margen en 2009 era del 12,5% y del 18,2% en 2008. Y, por si todo ello fuera poco, la clasificación de marcas globales de Millward Brown Optimor de este año coloca a Nokia en el puesto 43, lo que supone una caída de 30 puestos en 12 meses.
A la vista queda la trayectoria descendente de Nokia, que los analistas achacan a múltiples factores: falta de líderes con carisma en la compañía, ausencia de productos disruptivos como el citado iPhone, estrategias confusas en algunos terrenos (la compañía ha decidido apostar por dos sistemas operativos distintos, Symbian y Maemo, lo cual crea confusión entre los desarrolladores de aplicaciones)... En definitiva, Nokia no ha sabido interpretar a tiempo cómo evolucionaría la telefonía móvil, esa que ha permitido enganchar los móviles a las redes sociales, a los juegos online, a la localización por mapas, al correo electrónico, y le ha pasado factura. Según criticaba Bloomberg hace unos días, "Nokia no estuvo dispuesta a desafiarse a sí misma. Se volvió complaciente en una industria donde la pereza es fatal".
Ahora, la cuestión es saber si el gigante europeo está en condiciones de recuperar ese terreno perdido, una pregunta para la que no hay una respuesta unánime ni concreta. Sólo hay una coincidencia: la compañía tiene por delante un reto colosal porque el tiempo apremia dado que el mercado del móvil es cada vez más competitivo y los rivales no dan ninguna tregua.
Carolina Milanesi, analista de Gartner, lo ve así: si se mira el mercado y se ven teléfonos de alta gama como el iPhone o los terminales equipados con el sistema operativo Android de Google, "queda claro que Nokia tiene una cantidad enorme de trabajo por hacer". Igualmente, esta experta advierte en una entrevista con CincoDías que la sustitución del primer ejecutivo de la firma (Olli-Pekka Kallasvuo por Stephen Elop, responsable de la división de Negocios de Microsoft) anunciada hace unos días, "es una apuesta segura, pero no valiente. Elop ayudará a Nokia en la gestión, pero podría no ser un visionario para traer nuevos y excitantes productos".
También hay quien duda de los conocimientos de Elop en el campo de la telefonía móvil. El directivo no deja de venir de Microsoft, una compañía a la que, de momento y a la espera del lanzamiento inminente de su Windows Phone 7, también se le considera actualmente una gran perdedora en el negocio móvil.
Reinvención necesaria
La solución para Nokia pasa por una reinvención de la compañía. Y para llevarla acabo debe reconocer errores y corregir estrategias equivocadas. De momento, la compañía parece haber admitido que tiene problemas, al cambiar finalmente a su primer ejecutivo. La firma finlandesa debe sacar terminales que atraigan a los clientes que usan de manera intensiva la web e impulsar de forma contundente su tienda de aplicaciones. Algo que no será fácil hasta que no sitúen a los desarrolladores en el escalón más alto de su estrategia.
Otra petición que le hacen algunos expertos es que se enfoque, que no lance cientos de terminales diferentes apostando a todos los objetivos a la vez. Sin embargo, el vicepresidente ejecutivo de Servicios y Soluciones de Nokia, Niklas Savander, defendió el martes en el Nokia World 2010 en Londres el modelo de su empresa de ofrecer distintas gamas de productos para cubrir las distintas necesidades y presupuestos. "No vamos a pedir disculpas por no ser Apple, Google o Samsung. Somos Nokia", dijo el ejecutivo, que acabó su discurso en tono desafiante: "En tres palabras: Nokia ha vuelto".
Sin duda, una buena noticia para la industria, los consumidores que tendrán más oferta, y para Europa, que puede ver recuperar el brillo a una de sus empresas más emblemáticas. Pero Nokia no debe perder de vista que su principal reto es volver a encabezar la gama alta de los smartphones, y que como líder no puede hacer lo que todo el mundo. Debe volver a innovar.
Para empezar, algunas cifras. El actual valor en Bolsa de Nokia es de 28.832 millones de euros, muy lejos de su récord histórico de 203.000 millones alcanzado en 1999, el más alto de Europa, según Bloomberg. El dato, ya de por sí doloroso, resulta aún más cruel cuando se compara con la evolución bursátil de Apple, Google, RIM o Samsung, sus principales rivales en el negocio móvil. Sólo desde 2007, cuando salió al mercado el iPhone, el rompedor móvil de Apple, la acción de Nokia se ha desplomado un 58%, mientras la de Apple ha subido un 126%. Hoy, la empresa de Steve Jobs vale 248.600 millones de dólares.
Pero hay más números negros que evidencian nubarrones sobre Nokia. La firma pasó de tener un 45% de mercado en el segmento estratégico de los smartphones en el segundo trimestre de 2009 a un 37,4% en el mismo periodo de este año. Además, en julio dijo que el margen operativo de sus dispositivos podía caer hasta el 7% en el tercer trimestre de 2010 (hasta que estuviera preparado el lanzamiento de su nuevo móvil N8), cuando el margen en 2009 era del 12,5% y del 18,2% en 2008. Y, por si todo ello fuera poco, la clasificación de marcas globales de Millward Brown Optimor de este año coloca a Nokia en el puesto 43, lo que supone una caída de 30 puestos en 12 meses.
A la vista queda la trayectoria descendente de Nokia, que los analistas achacan a múltiples factores: falta de líderes con carisma en la compañía, ausencia de productos disruptivos como el citado iPhone, estrategias confusas en algunos terrenos (la compañía ha decidido apostar por dos sistemas operativos distintos, Symbian y Maemo, lo cual crea confusión entre los desarrolladores de aplicaciones)... En definitiva, Nokia no ha sabido interpretar a tiempo cómo evolucionaría la telefonía móvil, esa que ha permitido enganchar los móviles a las redes sociales, a los juegos online, a la localización por mapas, al correo electrónico, y le ha pasado factura. Según criticaba Bloomberg hace unos días, "Nokia no estuvo dispuesta a desafiarse a sí misma. Se volvió complaciente en una industria donde la pereza es fatal".
Ahora, la cuestión es saber si el gigante europeo está en condiciones de recuperar ese terreno perdido, una pregunta para la que no hay una respuesta unánime ni concreta. Sólo hay una coincidencia: la compañía tiene por delante un reto colosal porque el tiempo apremia dado que el mercado del móvil es cada vez más competitivo y los rivales no dan ninguna tregua.
Carolina Milanesi, analista de Gartner, lo ve así: si se mira el mercado y se ven teléfonos de alta gama como el iPhone o los terminales equipados con el sistema operativo Android de Google, "queda claro que Nokia tiene una cantidad enorme de trabajo por hacer". Igualmente, esta experta advierte en una entrevista con CincoDías que la sustitución del primer ejecutivo de la firma (Olli-Pekka Kallasvuo por Stephen Elop, responsable de la división de Negocios de Microsoft) anunciada hace unos días, "es una apuesta segura, pero no valiente. Elop ayudará a Nokia en la gestión, pero podría no ser un visionario para traer nuevos y excitantes productos".
También hay quien duda de los conocimientos de Elop en el campo de la telefonía móvil. El directivo no deja de venir de Microsoft, una compañía a la que, de momento y a la espera del lanzamiento inminente de su Windows Phone 7, también se le considera actualmente una gran perdedora en el negocio móvil.
Reinvención necesaria
La solución para Nokia pasa por una reinvención de la compañía. Y para llevarla acabo debe reconocer errores y corregir estrategias equivocadas. De momento, la compañía parece haber admitido que tiene problemas, al cambiar finalmente a su primer ejecutivo. La firma finlandesa debe sacar terminales que atraigan a los clientes que usan de manera intensiva la web e impulsar de forma contundente su tienda de aplicaciones. Algo que no será fácil hasta que no sitúen a los desarrolladores en el escalón más alto de su estrategia.
Otra petición que le hacen algunos expertos es que se enfoque, que no lance cientos de terminales diferentes apostando a todos los objetivos a la vez. Sin embargo, el vicepresidente ejecutivo de Servicios y Soluciones de Nokia, Niklas Savander, defendió el martes en el Nokia World 2010 en Londres el modelo de su empresa de ofrecer distintas gamas de productos para cubrir las distintas necesidades y presupuestos. "No vamos a pedir disculpas por no ser Apple, Google o Samsung. Somos Nokia", dijo el ejecutivo, que acabó su discurso en tono desafiante: "En tres palabras: Nokia ha vuelto".
Sin duda, una buena noticia para la industria, los consumidores que tendrán más oferta, y para Europa, que puede ver recuperar el brillo a una de sus empresas más emblemáticas. Pero Nokia no debe perder de vista que su principal reto es volver a encabezar la gama alta de los smartphones, y que como líder no puede hacer lo que todo el mundo. Debe volver a innovar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario