El Pais
Un estudiante de 17 años ha creado cuatro aplicaciones para Apple, una de ellas gratuita y las otras tres de (módico) pago. Su experiencia es un ejemplo de lo atractivo que resulta a cualquier persona con una mínima competencia en la programación aventurarse en la creación de aplicaciones.
Àlex Peman, que este año ha iniciado los estudios de ingeniería en la Politécnica de Cataluña, había estudiado en la escuela C++, uno de los lenguajes que Apple acepta para crear aplicaciones... y decidió probar. "La gran ventaja es que Apple te permite descargar el programa de desarrollo e ir probando. También te ofrece un simulador en el ordenador para comprobar los resultados". "Apple ofrece al desarrollador muchos recursos que te ahorran tener que escribir código para cualquier detalle del juego. Hay una galería de objetos disponibles, ya diseñados, que puedes emplear. Si tuvieras que crear, por ejemplo, un teclado desde cero te resultaría más difícil o, como mínimo, te exigiría más tiempo. Un programa como Interface Builder te lo resuelve. Para crear un objeto y situarlo en la pantalla puedes crear código o recurrir al catálogo del programa. Has de saber manejar los objetos y vincularlos, pero no pide un nivel elevado de conocimientos informáticos".
Eso sí, una vez el desarrollador decide dar el salto a "distribuidor" (ofrecer su aplicación en la tienda de Apple) debe pagar unos 79 euros. "Si decides que la aplicación sea de pago, Apple se lleva el 30% de los ingresos". El programa que más éxito ha obtenido es, lógicamente, el gratuito, unas 150 descargas diarias. Se trata de una versión básica de un tragaperras. "Lo hice como promoción de los otros". En todos los casos, la respuesta de Apple para aceptar que el producto se ofrezca desde su tienda ha sido rápida, menos de los 10-15 días que se dice que tarde habitualmente.
Una cosa que sorprendió sobremanera a Àlex es que tras colgar la primera aplicación en la tienda de Apple recibió la llamada de una persona dedicada a la mercadotecnia que le ofrecía encargarse de promocionar el producto a cambio de una retribución. Alex desestimó esta posibilidad.
Los juegos creados por Àlex son Aballity, en el que dos jugadores controlan sendas bolitas para comer terreno al otro en un espacio cuadriculado; Peter Answers, casi un juego de magia que permite acertar la respuesta a la pregunta que haga otra persona gracias a un sistema de escritura oculta; y un Memory musical.
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