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Los recientes avances en torno a los sistemas informáticos de alto rendimiento y cloud computing muestran cómo las empresas comienzan a racionalizar el coste y eficiencia de sus entornos de TI ante la creciente demanda de una mayor capacidad de procesamiento.
Como respuesta, la industria de TI se ha centrado en el incremento de las capacidades y funcionalidades de la unidad central de procesamiento (CPU). Al hacerlo, quizá han pasado por alto algunos detalles y se ha infravalorado los beneficios específicos de ciertos avances en la unidad de procesamiento gráfico (GPU).
Las empresas necesitan un mayor poder de cómputo puro para procesar la creciente cantidad de datos que generan las aplicaciones empresariales, cada vez más potentes. Pero la representación visual de estos datos y el uso generalizado de contenido gráfico en muchos tipos de aplicaciones también han aumentado de forma exponencial en los últimos años, ya sea en forma de presentaciones y diseños gráficos, contenido en alta definición (HD) o 3D para visualizar en alta resolución o mediante pantallas múltiples.
Conforme más y más empresas adoptan modelos de comunicación corporativa orientados a la imagen, las compañías deben tener una idea clara del papel que juegan sus inversiones en tecnologías de CPU y GPU. Con la elección del chipset adecuado, las empresas pueden lograr una alta productividad y mejoras en el desarrollo de sus productos.
Por ejemplo, los últimos avances en las GPU han sido diseñados para incrementar la fiabilidad y facilitar la integración, así los usuarios pueden acceder y guardar datos, información y recursos de forma sencilla. Esto es muy importante para las empresas dedicadas principalmente a la creatividad y la imagen, como es el caso de las especializadas en diseño asistido por ordenador (CAD), que pocas veces guardan sus trabajos en local y ahora disponen de sistemas equipados con las tarjetas gráficas más avanzadas para estaciones de trabajo, con un control de driver optimizado, esto es, diseñado para evitar fallos graves que pueden suponer la pérdida de todo el trabajo realizado durante la última hora o incluso de todo un día entero.
Los avances en la GPU también pueden ayudar a aquellos usuarios con requisitos de creatividad muy exigentes, permitiendo que las aplicaciones CAD y de creación de contenidos digitales (DCC) trabajen sin problema en sistemas de computación de gama alta. Por ejemplo, la tecnología GPU más actual y avanzada puede almacenar algoritmos de geometría dentro de las mismas tarjetas gráficas sin necesidad de entregar los datos a la CPU para que calcule los cambios. Esto mejora el rendimiento en el procesamiento de rotaciones comparado con la tecnología actual, sobre modelos a mayor escala. Además, los desarrollos que incorporan elementos de tecnología del tipo “detección automática” permiten a los usuarios abrir aplicaciones 3D, o moverse entre ellas de forma natural, al configurar automáticamente los ajustes del driver de gráficos 3D, optimizándolos para conseguir el mayor rendimiento en situaciones de múltiples flujos de trabajo.
En organizaciones que utilizan mucho el diseño gráfico, por ejemplo, el diseño de arquitectura por ordenador o el sector del videojuego, la necesidad de reproducir la salida de vídeo en múltiples pantallas se ha convertido en algo habitual ya que los diseñadores buscan el mejor ángulo de visión en sus diseños, y los jugadores quieren conseguir la experiencia de juego más avanzada y envolvente. Con la potencia de la GPU y el empleo de tres o más monitores, los diseñadores, los jugadores o incluso los médicos pueden ver las imágenes y los datos de los pacientes de forma simultánea, disponen de una vista más clara, en formato panorámico y mayor capacidad multitarea.
Sucede que, aunque las configuraciones multipantalla son muy habituales en los estudios de diseño asistido por ordenador, en las productoras de videojuegos e incluso en las competiciones de carreras de automóviles de altas prestaciones como la Fórmula 1, en el resto de las empresas también se acude cada vez más a la representación gráfica de su información de negocio más relevante. La tecnología GPU puede jugar, por tanto, un papel fundamental en el conjunto de las tecnologías de TI de las empresas.
Por ejemplo, ya que esperamos que cada vez sea más general el uso de paneles de vídeo de Alta Definición para las comunicaciones basadas en imagen, las presentaciones, conferencias Web y otras técnicas de comunicación, las experiencias visuales avanzadas se pueden lograr con proyectores sencillos o pantallas únicas. El auge de los paneles de vídeo puede generalizarse a medida que los fabricantes orienten sus estrategias hacia la producción de monitores muy delgados, “sin bordes”. En este caso, la información y el contenido deberán optimizarse para su presentación, por ejemplo, en las recepciones de las empresas o en las oficinas, así como en otros dominios como son los eventos deportivos, o la señalización en comercios minoristas y publicidad en exteriores.
El deseo de trabajar con HD, 3D, múltiples monitores y vistas del flujo de trabajo de las aplicaciones sólo puede ir a más. La necesidad de pantallas múltiples, más pequeñas y configurables que ofrezcan una resolución mejor que una pantalla gigante única –algo que se puede lograr con las nuevas tecnologías de chipset de GPU- pueden distraer menos la atención y contribuir a mejorar la productividad de los usuarios. Incluso en escenarios menos específicos, la posibilidad de conectar el portátil o un dispositivo móvil con funcionalidades avanzadas de GPU a una pantalla central puede facilitar la profundidad y nivel detalle necesarios para compartir información con un gran impacto visual con compañeros de trabajo, socios o clientes.
Pero, no sólo las compañías más orientadas a la producción gráfica y visual pueden ver mejoras en el rendimiento. Otros usuarios, como puede ser el personal de un hospital, que también trabaja con imágenes de alta calidad o flujos de trabajo de múltiples aplicaciones, dependen igualmente del rendimiento, aceleración y fiabilidad de la GPU a la hora de garantizar que sus sistemas tengan capacidad de respuesta y estén siempre disponibles cuando tengan que aplicar terapias y tratamientos médicos. La mayor facilidad en la integración de la GPU puede servir incluso para reducir la necesidad de que el departamento de TI de un hospital tenga que reescribir software para que funcione en modalidad de alta resolución o con varias pantallas y así evitar los escenarios de “retirada y sustitución” que resultan injustificables desde el punto de vista económico.
Otro detalle que se pasa por alto en los avances de la GPU es que permite ver y hacer mucho más con los datos de negocio. Incluso si los requisitos informáticos no vienen marcados por las necesidades de representación gráfica, los desarrollos en tecnologías de CPU pueden servir para mejorar sustancialmente otras alternativas de presentación y visualización. Los requisitos de los sistemas operativos más recientes, por ejemplo, ponen de manifiesto las deficiencias de los sistemas de hardware anteriores. Pero en el caso de que las empresas se vean obligadas a sustituir sus equipos de desktop, simplemente el actualizar y centralizar la potencia de GPU en un chipset único puede suponer una alternativa de compra y gestión de TI más económica y productiva.
Al ofrecer a las empresas un mayor poder de computación, visión panorámica y mayor productividad gracias al uso de múltiples pantallas, mayor calidad de la imagen y comunicaciones visuales, tanto si se trata de uso corporativo general o para trabajos más especializados, la necesidad de disponer de capacidades sofisticadas de gestión de gráficos pronto será una realidad en todas las organizaciones.
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