"No cojas el bus, no vayas al super, no vayas a clase, participa en la huelga". Anuncios como estos cubren las paredes de Madrid y otras ciudades de España. Este miércoles los principales sindicatos de España protagonizan la primera huelga general contra el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.
Los sindicatos se quejan de la política económica impulsadas por el actual gobierno. La huelga llega en un escenario en el que más de 4 ,5 millones de personas están desempleadas.El gobierno ha promovido en meses recientes un programa de austeridad fiscal que implica una reducción de salarios para los empleados públicos.
También apoyó una reforma laboral que, en opinión de sus críticos, facilita el despido de trabajadores.
Sindicatos y empresarios se acusan de intimidar a los trabajadores para que participen o se abstengan de la protesta. Comisiones Obreras, sindicato convocante junto con UGT, teme que el miedo a perder el empleo condicione la huelga pero "estamos convencidos de su éxito y el resultado no será otro que el cambio de las políticas laborales que tanto daño están haciendo", señaló su secretario Ignacio Fernández Toxo.
Aunque el sector público (donde más poder de convocatoria tienen los sindicatos), las principales plataformas de ONGs y algunos gremios de artistas secundan la protesta, los sondeos de los medios de comunicación y de firmas como Metroscopia auguran una participación que oscila entre un 15 y un 30 por ciento de los encuestados.
La última huelga general fue en 2002 durante el gobierno de José María Aznar, cuando había dos millones de desempleados y una crisis menos severa. Varios dirigentes empresariales la califican de inoportuna.
Coyuntura
En las huelgas generales de 2002 y 1988, las más grandes de las siete que se han convocado desde la transición a la democracia en este país, las manifestaciones lograron detener las propuestas de reformas laborales del momento."Pero esta huelga contribuirá a hundir un poco más la economía española porque envía a los inversores un mensaje negativo, precisamente en un momento en el que se necesita enviar señales de confianza. En lugar de un paro general la economía necesita generar empleo", comenta el economista Julio Martínez.
En ese sentido el presidente de la patronal de empresarios, Gerardo Díaz Ferrán, ha acusado a los sindicatos de no "estar a la altura de las circunstancias" y de no hacer un esfuerzo para llegar a un pacto para la reforma laboral.
"En todas las huelgas generales celebradas en España los piquetes (grupos) informativos se convierten en coactivos que terminan rompiendo escaparates o ponen silicona en las cerraduras. El Gobierno tiene la obligación de disolverlos para garantizar el derecho al trabajo", subrayó Díaz Ferrán.
Cándido Méndez, secretario de UGT, es consciente de la coyuntura económica, "quizás la más difícil de las huelgas que hemos convocado pero paradójicamente es la más necesaria. Desde el Franquismo ningún Gobierno ha tratado de diezmar tantos derechos sociales y laborales como este".
Reforma laboral
La reforma de Zapatero, aprobada por la Cámara, penaliza los contratos temporales pero también facilita el despido en las empresas con perdidas, entre otras medidas. Asimismo abre las puertas para que las empresas que presenten pérdidas continuadas puedan reducir su plantilla con una indemnización que pasa de 45 a 33 días por año trabajado."Facilitar el despido o permitir que las empresas se descuelguen de los convenios colectivos es un motivo suficiente para protestar. La huelga es también una respuesta a una crisis económica brutal, consecuencia del desbarajuste mundial del modelo neoliberal. Es una forma de exigir que no se nos trate como ignorantes", comenta Albert Recio, profesor de economía de la Universidad Autónoma de Barcelona.
Al respecto el editorial de este martes de el diario El País, tradicionalmente cercano al Partido Socialista Obrero Español pero que ha mantenido una línea critica hacia Zapatero, advierte que "esta huelga supone un problema grave".
"El Gobierno está obligado a mantener su plan de ajuste presupuestario por una razón tan sencilla como dolorosa (especialmente para un Ejecutivo socialista): los recursos públicos son insuficientes para hacer frente a las necesidades de gasto del actual Estado de bienestar, al menos mientras dure la recesión", señaló el diario.
Negociación
En la víspera de la huelga Zapatero ofreció a los sindicatos negociar los reglamentos de la reforma pero su propuesta fue recibida con frialdad.Juanjo Dolado, miembro del grupo de los Cien Economistas, considera que la posición de los "sindicatos es de auténtica bunkerización, de autoprotección".
En cuanto a los empresarios, opina que no pueden fijarse solamente en los costes de los despidos. "Hay cosas mucho mas interesantes para crear empleo como la sustitución de contratos temporales por uno único indefinido, con una indemnización creciente en función de los años trabajados", anotó el experto.
De momento los servicios mínimos de transporte o de la administración publica funcionarán sólo en las poblaciones donde sindicatos y ayuntamientos se han puesto de acuerdo. En Barcelona, por ejemplo, se ha garantizado un 25% de servicio mínimo de transporte pero no en la Comunidad de Madrid.
A pesar de que todos los españoles tienen derecho a ir a la huelga, expertos y medios de comunicación aún hacen cábalas para saber si este miércoles España se paralizará.
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