Libertad Digital
Civilization IV era un producto muy completo, así que el verdadero reto de los desarrolladores ha sido superarse a si mismos e introducir numerosas mejoras, ¿lo habrán conseguido? Veámoslo.
El juego no tiene de por sí ninguna historia, simplemente podremos empezar nuestra civilización configurando previamente algunos aspectos como el tamaño del mapa, las civilizaciones presentes, a quien encarnaremos nosotros, etcétera. Hay que dejar claro que nos encontramos ante un título histórico, con muchos elementos reales, pero que se toma sus pequeñas licencias. Por ejemplo, podremos hacer que el imperio Napoleónico llegue a la luna, o simplemente encontrarnos en la Edad Media mientras los vecinos están más avanzados gracias al descubrimiento del carbón.
Cada civilización tendrá su propio líder y sus bonificaciones correspondientes, y podremos elegir entre algunos tan variados como George Washington (Estados Unidos), Ramsés II (Egipto) u Otto von Bismarck (Alemania), así hasta completar los dieciocho disponibles en el título. Aquí tenemos que señalar un punto negativo, y es que no se encuentra presente ningún líder español, ni siquiera Isabel La Católica que ya estaba en la anterior entrega. Probablemente se lo estén reservando de cara a una próxima expansión, pero no encontrar en la lista a uno de los mayores imperios de la historia mientras podemos seleccionar algunos como los Iroquois, molesta.
Comenzaremos en el año 4.000 a. C., donde con un solo colono tendremos que levantar un imperio que sobreviva al paso del tiempo. Comenzaremos construyendo nuestra capital y escogiendo las primeras unidades de producción, para ir explorando mayor cantidad de terreno poco a poco. Iremos descubriendo otras civilizaciones, las novedosas ciudades-estado, etcétera al mismo tiempo que vamos escogiendo nuestra política interna o fortaleciendo nuestro ejército para preparar un ataque mortal. Las partidas por lo general superarán las veinte horas fácilmente, y por supuesto nos encontramos ante un título muy rejugable, donde podremos volver a empezar de nuevo o incluso retomar algún punto guardado para evolucionar de una forma diferente.
Una de las grandes apuestas de la nueva entrega ha sido captar a nuevos jugadores, labor para la cual se han realizado menús mucho más accesibles y sencillos de manejar pero sin perder la profundidad que siempre le ha caracterizado. Por ejemplo, as políticas internas se escogen mediante un árbol de elecciones sucesivas, donde nos informan de que forma alterará cada una la partida. Aquí será donde decidiremos si nuestra nación es una dictadura o un sistema democrático, si damos libertad de credo o pertenecemos a una religión en concreto, o incluso si queremos prosperar mediante la cultura o mediante el uso de las armas. Por otra parte, antes de finalizar cada turno, el juego nos hará sugerencias con varios iconos como puede ser investigar alguna tecnología, algo que ayudará a los usuarios más noveles para no sentirse perdidos en un mar de opciones.
Como hemos comentado antes, una de las novedades importantes son las ciudades-estado, urbes independientes a las cuales podremos retar en combate, mantenernos indiferentes o convertirlos en nuestros aliados para obtener importantes bonificaciones en diferentes aspectos como el ejército o la cultura. La forma de ganarnos su apoyo será realizar misiones para ellos, algo muy similar a lo visto en la saga Total War y El Vaticano.
En anteriores entregas podíamos acumular sin cesar unidades en un octógono y atacar sin piedad al enemigo para derrotarle turno tras turno. En esta ocasión, además de que la plantilla del mapa está basada en hexágonos, no podremos poner más de una unidad por casilla, lo que le otorga un toque más estratégico, teniendo que rodear al enemigo o usar alguna ventaja del terreno como una montaña o una elevación. Como podéis ver, por una parte se ha simplificado el primer contacto con el juego, pero por otra parte las opciones estratégicas están más vivas que nunca.
Si bien los mods ya fueron una parte importante en la anterior entrega, en Civilization V le han dado prioridad máxima, y es que en el menú principal nos encontraremos con dicha opción. A pesar de que el título de por sí es muy rejugable y ofrece cientos de horas de diversión, poder jugar miles de campañas o escenarios creados por otros usuarios va a hacerlo aún mejor.
Respecto al apartado técnico poco hay que comentar, cumple de sobras con su cometido y está muy bien optimizado para cualquier ordenador de gama media. Cabe destacar que el título está completamente traducido y doblado a nuestro idioma.
En resumen, nos encontramos ante uno de los mejores títulos de estrategia por turnos, una brillante mezcla de ideas, que aúna las ya asentadas a lo largo de muchos años con algunas novedosas y lo convierten en un título nuevo pero con sabor añejo. Al mismo tiempo, han sabido adaptarse a los nuevos tiempos y simplificar la accesibilidad y los menús pero sin perder la profundidad de siempre. Por eso la nota que Realidad 2.0 le otorga es un 9,5.
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