Se espera que el aumento de los precios del combustible en Estados Unidos sea uno de los temas clave en las elecciones presidenciales de 2012. Aunque los estadounidenses pagan la mitad de lo que desembolsan los europeos, están muy enojados... ¿por qué?
Cualquiera que sea el impacto electoral que tenga el asesinato del ex líder de al-Qaeda, Osama bin Laden, existe una creencia generalizada de que la suerte del presidente Barack Obama en las urnas se decidirá sobre en base a dos cosas.
Los precios de la gasolina y el empleo.
Mientras que el más reciente panorama sobre la situación del empleo es mixto - al parecer tanto los puestos de trabajo como el número de desempleados aumentaron- el presidente tendrá que prestarle mucha atención a las reacciones que se registran en las estaciones de servicio en EE.UU.
Una encuesta publicada en mayo por la empresa Lundberg indicó que el precio de un galón de gasolina (3,79 litros) había alcanzado el promedio nacional de US$4, sólo 11 centavos por debajo del precio récord que se registró en 2008 en pleno auge de la crisis financiera.
En las noticias
En el
Tyson's Corner Center, un gran centro comercial en el norte de Virginia, motorista tras motorista le dijo a la BBC que el incremento del combustible los estaba perjudicando todo lo que hacían: ir al trabajo, a la escuela e incluso la compra semanal.
Y como factor preocupante para la vacilante recuperación económica -y para el presidente- los consumidores admitieron que se habían visto obligados a recortar otros gastos para pagar el precio de la gasolina.
El tema es tan importante que rara vez desaparece de las noticias. Los boletines informativos en la televisión brindan un seguimiento continuo de los precios y siempre hay analistas dispuestos a discutir las consecuencias.
En Europa, los precios son aproximadamente el doble del que pagan los estadounidenses debido a los impuestos, pero la ira no es tan palpable y es un tema que casi seguramente que no va influye en las elecciones.
¿Cuál es entonces la relación de Estados Unidos con el combustible que lo hace una cuestión tan importante?
Pérdida de privilegios
Comparándolos sólo con Europa, los estadounidenses utilizan sus vehículos más, así que el "dolor" es mayor. Además, ellos tienen, en promedio, un viaje diario al trabajo más largo que todos los europeos, a excepción de los húngaros y los rumanos, y tienen más embotellamientos.
Sin embargo, hay también un significado simbólico que vincula a la gasolina directamente con el corazón de lo que es Estados Unidos.
"Significa movilidad y libertad personal", indicó el comentarista de automovilismo del periódico
The Wall Street Journal Dan Neil.
"La ira probablemente está ligada a un sentido más amplio de decadencia y de pérdida de privilegios", señaló.
"El combustible barato ha sido una de las prerrogativas del imperio estadounidense y la gente se ha acostumbrado a ella de una manera tal, que está asociada con nuestra capacidad de ejercer nuestra voluntad en todo el mundo", añadió Neil.
País grande
"Estamos enojados porque hemos gastado mucho dinero en Medio Oriente, tenemos un montón de enemigos, hemos defendido a una gran cantidad de tiranos y aún así los precios de la gasolina aumentan", explicó.
Saber que, por ejemplo, los británicos pagan el doble no hará que los estadounidenses se sientan mejor, agregó Neil.
"Los estadounidenses no son conscientes de lo que el resto del mundo paga por la gasolina. Somos un país muy grande centrado en nuestro mercado interno. No vemos partidos de fútbol, no vemos películas francesas y no nos importa realmente cuánto pagan los europeos por la gasolina", admitió.
"Dónde vivimos, dónde jugamos, todo eso depende de que haya combustible barato, así que cuando aumenta el precio de la gasolina realmente se toca el corazón del modo de vida de los estadounidenses o el
American way of life".
Las soluciones a largo plazo, indicó, supondrían una gran inversión en el sistema de ferrocarriles, la revisión de la infraestructura y un cambio de mentalidad, cuestiones que no ocurren de la noche a la mañana.
Ni Obama ni las firmas petroleras
En EE.UU., los precios del combustible son un barómetro de la confianza de los consumidores, añadió Neil, y serán más influyentes en 2012 que la muerte de Bin Laden, vaticinó.
Los republicanos culpan a Obama por los precios de la gasolina, mientras que los demócratas apuntan el dedo acusador en dirección a las compañías petroleras, y ambos están equivocados, asegura el comentarista del
The Wall Street Journal.
Es algo más complejo, que tiene que ver con el hecho de que las refinerías de petróleo estadounidenses están funcionando a capacidad y los especuladores se encargan de impulsar hacia arriba el precio del crudo.
Uno de los factores claves detrás del incremento de precios del combustible es el precio del crudo, señaló John Felmy, economista jefe del Instituto Estadounidense de Petróleo.
Ha aumentado en precio aproximadamente a razón de US$1,20 por galón desde agosto, señaló, impulsado por una demanda global cada vez mayor, especialmente en China e India donde más y más gente está conduciendo vehículos.
El gobierno no ha elevado el porcentaje de gravámenes al combustible desde hace varios años, pero existe una gran variación entre las políticas impositivas de los diferentes estados.
Más ganancias
El aumento de los precios del petróleo significa mayores ganancias. En abril, la petrolera con sede en Texas Exxon anunció beneficios de US$ 10.700 millones, 69% más que el año pasado. Hubo una protesta sin embargo, dado el impacto que los altos precios del combustible tienen entre los automovilistas.
Obama ha afirmado que quiere que el Congreso recupere los US$ 4.000 millones que hasta ahora no son recaudados, producto de recortes anuales de impuestos para las industrias petrolera y gasífera.
Aunque esto no afectará los precios en las estaciones de servicio, el presidente quiere que el dinero sea invertido en fuentes de energía renovable.
Pero algunos de sus críticos señalan que el mandatario debería estar haciendo más para liberar las restricciones sobre la perforación en suelo estadounidense.
De cualquier manera, siempre y cuando los conductores estadounidenses estén sintiendo el "dolor" en las estaciones de servicio, el presidente tendrá cuidado con la forma que ese "dolor" tomará en las urnas.
BBC Mundo