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Dicen que la venganza es un plato que se sirve frío. Para Nikola Tesla, quizá demasiado frío. El científico que mejor comprendió la electricidad, fallecido en 1943, ha tenido que esperar más de un siglo para ver cumplido su sueño. Dos compañías de EEUU, WiTricity e Intel, pelean por ser los primeros en comercializar el
transmisor inalámbrico de electricidad, el proyecto que supuso el principio del fin de la brillante carrera de Tesla.
En 1901, el genio serbocroata inició en Nueva York la construcción de su ingenio más revolucionario,
la torre Wardenclyffe, una gigantesca antena de telecomunicaciones diseñada para la telefonía comercial transatlántica, retransmisiones de radio y difusión de electricidad sin cables. La falta de financiación y las luchas comerciales acabaron por derribar su faraónica torre, que acabó vendida como chatarra en 1917. Hundido y arruinado, Tesla vivió los últimos años de su vida en la pobreza y murió sin reconocimiento alguno, a pesar de que su privilegiada mente imaginó hasta 1.600 dispositivos distintos.
La memoria de aquel genio, del que los periódicos de la época dicen que
rechazó el Nobel en 1915, ha tardado siete decenios en tomar cumplida venganza. Muchos científicos han tratado de retomar sus investigaciones, pero no fue hasta 2007 cuando un grupo de científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) encabezados por Marin Soljacic consiguió emitir la energía necesaria para encender una bombilla de 60 vatios de manera inalámbrica. Soljacic, de origen croata como Tesla, bautizó el descubrimiento como
Witricity, abreviatura de
Wireless Electricity (electricidad sin cables).
Cómo funciona
El milagro de la
witricidad se basa en un fenómeno electromagnético conocido como resonancia, que facilita la transferencia energética inalámbrica entre dos objetos con esta propiedad. El sistema consta de transmisores y receptores sintonizados a una frecuencia de 10 hercios.
La energía viaja a la velocidad de la luz por el aire desde el transmisor hasta llegar al receptor, que se encarga de convertirla nuevamente en electricidad aprovechable por el dispositivo.
Cualquier aparato eléctrico puede usar este sistema. Basta con enchufarlo a un receptor de WiTricity en lugar de a la pared. El sistema permite enviar energía a objetos separados hasta un máximo de cinco metros con una eficiencia "entre el 70 y el 95%", según Eric Giler, presidente de WiTricity.
Giler afirma que
a finales de 2010 estarán en disposición de iniciar la comercialización de la energía a través del aire. El ejecutivo es muy optimista respecto al futuro de su invención y asegura que "en menos de cinco años será algo completamente normal". Según la compañía, los consumidores y el medio ambiente serán los principales beneficiados por el
ahorro de dinero y energía que supondrá el adiós a los 400.000 millones de pilas y baterías que se consumen en el mundo cada año.
Coste de fabricación
Todo apunta a que esta tecnología no será demasiado cara, ya que el coste de fabricación de los cargadores inalámbricos ronda los 10 dólares (unos 7,5 euros). Sin embargo, lo que no se ha especificado es cuántos transmisores y receptores serán necesarios para dar energía un hogar completo. En la única exhibición pública hasta la fecha, en la TED Global Conference celebrada en Oxford en julio de 2009, Giler demostró que una unidad de energía WiTricity es capaz de hacer funcionar
un televisor y cargar tres teléfonos móviles a la vez. Además, adelantándose a las críticas, la compañía asegura que su energía es limpia e inofensiva, para lo que se apoya en un estudio del Instituto de Física de Londres que afirma que no tiene "efectos negativos sobre el cuerpo humano".
Mientras WiTricity ultima su tecnología, Intel perfecciona un sistema similar que el gigante de la electrónica ha bautizado como WREL. Este prototipo del mayor fabricante de microprocesadores del mundo también se basa en la transmisión inalámbrica de energía a receptores móviles a través de un enlace resonante. Intel mostró por primera vez WREL en funcionamiento en 2008, cuando su director de tecnología, Justin Rattner,
sostuvo en sus manos una bombilla de 60 vatios iluminada, sin cables conectados, durante el evento Intel Developer Forum. Desde entonces, Intel también ha probado que la tecnología WREL puede alimentar un portátil sin baterías o hacer que un altavoz emita sonido sin cables de alimentación conectados.
Rattner justifica en su blog la decisión de la compañía de invertir en la nueva tecnología ya que "en los últimos años hemos experimentado un espectacular incremento del número de aparatos electrónicos que forman parte de nuestra vida diaria". Para el responsable de investigación de Intel, la constante necesidad de recargar estos dispositivos es la que ha empujado a los científicos a "explorar los principios de la física para hacer posible la electricidad sin cables", algo que Nikola Tesla soñó hace ya más de 100 años, cuando los teléfonos móviles, los ordenadores portátiles o las cámaras de fotos digitales no existían ni en la imaginación de los científicos más revolucionarios.
Cargar el móvil sin enchufarlo
Los fabricantes quieren renovar la forma en la que se recargan los dispositivos. Duracell va a lanzar en España (en EEUU se comercializa desde hace tiempo) una superficie que, mediante conductividad, permite cargar varios dispositivos sin cables.
Para que se realice la carga hay que colocar a los dispositivos compatibles un clip o una funda para que la energía se traspase desde la superficie, con la que deben permanecer en contacto. Cuando están cargados, la placa deja de transmitir corriente.