El polémico proyecto del "impuestazo" tecnológico, que enfrentó a fabricantes, ensambladores e importadores, dio su primer paso el miércoles por la noche al ser aprobado por la Cámara de Diputados.
La iniciativa, que obtuvo un amplio margen a favor, al recibir 136 votos a favor y 61 en contra, contó con el respaldo del Frente para la Victoria, el Movimiento Popular Neuquino (MPN), Solidaridad e Igualdad (SI), y con el rechazo del PRO, la UCR y la Coalición Cívica.
El proyecto contempla que los productos electrónicos que no se produzcan en Tierra del Fuego -como celulares, cámaras digitales y monitores LCD, entre otros- sufran un aumento del Impuesto al Valor Agregado, cuya alícuota pasará del 10,5% al 21 por ciento.
En cambio, en medio del fuerte debate que se generó en las últimas horas, los legisladores decidieron que notebooks y netbooks queden fuera del alcance de la medida. Como contrapartida, se otorga una reducción en la aplicación de impuestos internos a los bienes fabricados o a fabricarse en esa provincia del orden del 61,47 por ciento.
Los empresarios instalados en Tierra del Fuego aseguran que, a partir de que se apruebe el proyecto, realizarán inversiones por u$s40 millones para dinamizar la producción nacional. Sin embargo, la oposición considera que es insuficiente y que "no puede hacer frente al 100% de la demanda".
"Pérdida de bienestar general"
El macrista Esteban Bullrich fue uno de los más duros contra la iniciativa en la sesión en la que participó el socialista Jorge Rivas (en la fotografía, sentado en su banca detrás de una computadora portátil). Señaló que significará "un aumento del costo para aquellos argentinos que consumen tecnología" y generará "una brecha digital", ya que está "trabando el ingreso de tecnología".También, sostuvo que no queda claro si se trata de una ley de promoción industrial o de una "ley para mayores recursos para el fisco" y reseñó diez ítems del presupuesto nacional de los cuales se puede sacar recursos "para darle 500 millones de pesos para Tierra del Fuego".
El radical Rubén Lanceta cuestionó la propuesta, aunque al igual que el ARI (partido al que pertenece la gobernadora fueguina, Fabiana Ríos) resolvió abstenerse.
La legisladora fueguina Nélida Belous (SI) criticó a quienes se opusieron al proyecto y que proponían "un subsidio para que los trabajadores se queden sentados en su casas". Apuntó que "la ley es el puntapié inicial para que haya una industria electrónica de nuestro país comience a avanzar".
Su compañero de bloque y co-provinciano Leonardo Gorbacz aclaró a los cuestionamientos, que el incremento de impuestos "se aplica a productos que no se están produciendo el resto del país".
El peronista disidente Jorge Sarghini adelantó el rechazo de su bloque con el argumento de que "cuando se aplica un subsidio el resultado debe ser el bienestar general y en este caos se trata de una pérdida del bienestar general".
El jefe del bloque del PRO, Federico Pinedo, señaló: "Estamos en contra de este proyecto cuyo resultado es que millones de argentinos paguen entre un 30 y un 40 por ciento más caros los celulares que son una herramienta de trabajo de la gente"; y concluyó que "una vez más la mayoría de los argentinos pagan los platos rotos por las malas políticas del gobierno"
El peronista kirchnerista santafesino Gustavo Marconato defendió la iniciativa en la necesidad de "salvar asimetrías con otros países del Mercosur" en lo que hace a las importaciones y "abrir camino para la radicación de nuevas empresas".
Con la presencia de la propia gobernadora Ríos en el recinto, Marconato, titular de la comisión de Presupuesto, aseguró que se trata de "un proyecto de sustitución de importaciones, fomento a la industria y conservación de puestos de trabajo para mejorar una situación que en la época de los 90 nos trajo el quebranto de muchísimas empresas".
Consecuencias
Los precios de los celulares, GPS, cámaras digitales y otros artículos electrónicos aumentarán más de un 30% si se aprueba al final el proyecto de ley enviado por el Gobierno nacional.
La iniciativa oficial se agrega a un decreto, el 252/2009, que otorga una reducción en la aplicación de impuestos internos a productos eléctricos y electrónicos fabricados, o a fabricarse, en Tierra del Fuego del 61,47 por ciento.
Esta medida debía regir a partir del 1 de julio de 2009, pero la demora en el debate parlamentario obligó a postergarla hasta el 1 de septiembre, también mediante otro decreto, el 784/2009.
El proyecto -cuyo texto completo original, sin los cambios aprobados el miércoles en Diputados, puede descargar en formato .pdf aquí-, logró generar el rechazo de un amplio abanico de compañías fabricantes y ensambladores de computadoras y empresas de telecomunicaciones, que advirtieron que el aumento de la carga impositiva impactará directamente a este sector, que fabrica 1,5 millón de computadoras y emplea en forma directa a 5.600 personas.
Los cambios impositivos lograron esta singular concordia de intereses entre las cámaras sectoriales que agrupan a las empresas de base tecnológica.
Rechazo de fabricantes
Pese a las modificaciones que tuvo el proyecto, que beneficiaron a las notebooks y netbooks, los ensambladores de computadoras agrupados en la Cámara Argentina de Máquinas de Oficina, Comerciales y Afines (Camoca) rechazaron la aprobación de la Cámara baja, por entender que la iniciativa “no garantiza” el desarrollo de “una industria nacional y federal de bienes informáticos”.
En un comunicado, la entidad recordó que las compañías que la integran “sin ningún tipo de ayuda estatal ni subsidios” desarrollaron “una industria que captó el 87% del mercado de PC y el 27% del mercado de notebooks (según cifras de la consultora IDC del primer cuatrimestre de 2009), logrando la integración hacia atrás en la cadena de valor, produciendo memorias RAM y Flash”.
Camoca, que está conformada por 427 empresas radicadas en 21 provincias argentinas que generan 6.700 empleos en forma directa y 18.000 empleos en forma indirecta, anunció que seguirá dando el debate en el Senado.
Impacto negativo en móviles
El proyecto, en caso que sea sancionado por el Congreso, impactará negativamente en el mercado de la telefonía móvil, que a pesar de la crisis mantiene tasas de crecimiento, aunque inferiores a las registradas hace dos años.
Por ejemplo, según el último informe de la consultora Investigaciones Económicas Sectoriales (IES), la telefonía celular aumentó 14,2 por ciento en el primer semestre del año respecto del mismo de 2008. La cantidad de líneas habilitadas en el país creció 6 por ciento, al alcanzar las 49,2 millones.
IES aclaró que una parte de las líneas instaladas no está en servicio, porque tienen relación con equipos de generaciones anteriores que fueron desplazados por otros de nueva tecnología. La cantidad de líneas en funcionamiento llegaría entonces entre 33 millones y 35 millones.
Las importaciones de telefonía móvil en los primeros seis meses del año totalizaron 497,9 millones de dólares, registrando una caída de 36,5 por ciento en comparación con los mismos meses de 2008. Y en junio último la cantidad de líneas en tuvo una suba de 14 por ciento respecto de mayo.
En lo que respecta al consumo de celulares, habría llegado a los 4,5 millones de unidades en el primer semestre del año, un 28,3 por ciento por debajo del registrado en el mismo período del año anterior.
Este descenso se debió a la caída de las importaciones, lo cual muestra el impacto de la desaceleración en el mercado, advirtió el IES.
En cantidades, la importación se redujo un 28,9 por ciento con un total de 4,4 millones de aparatos y una participación del 55 por ciento en las cantidades totales de aparatos de telecomunicaciones.
Para IES, "esta contracción, que se registró a partir del último bimestre del pasado año, marca la caída en el consumo por maduración del mercado, así como los efectos de la desaceleración del consumo por causa de la recesión económica".
La evolución del consumo aparente en los primeros seis meses de 2009 marcó una caída del 28,3 por ciento. Si se compara esta baja con la caída del 28,9 por ciento en las importaciones, se observa que se ajustó la importación a la evolución del consumo aparente, lo que refleja la disminución de los stocks.
Si se analiza la serie histórica del comportamiento del mercado de celulares, se observará que en 2007 tuvo un crecimiento del 20% y en 2008 de sólo 5%.
Desde la consultora Frost & Sullivan estiman que para los próximos 5 años, la expectativa es que los ingresos del mercado de servicios de telefonía móvil crezcan de $ 7.061 millones a $ 10.225 millones en 2014, con una tasa anual promedio del 6,4%. El crecimiento se basará en servicios avanzados como aplicativos de correo, localización, TV móvil y banda ancha 3G.
Para que ocurra esto es necesario que crezca la proporción de teléfonos inteligentes como los Blackberry y el iPhone, que hoy no llegan al 5% del total.