Fuente:
Libertad Digital.
La ministra suiza de Justicia,
Eveline Widmer-Schlumpf, se reúne este lunes con representantes de la Administración estadounidense en Washington para abordar este tema, dos semanas después de que el banco
UBS se viese forzado a levantar el secreto fiscal de unos 300 de sus clientes en EEUU.
Este asunto se convirtió en el detonante de esta nueva polémica sobre el secreto bancario, un principio considerado hasta ahora indisociable de la plaza financiera helvética y uno de sus mayores atractivos. Uno de los principales partidos políticos del país reclamó la
repatriación del oro suizo depositado en EEUU, entre otras medidas, sin embargo, las amenazas de sanción han surtido efecto.
Tras años de negar cualquier posibilidad de revisar esa figura financiera, el presidente de Suiza,
Hans-Rudolf Merz, rectificó en esa posición y admitió que es necesario hacerlo. Los analistas señalan que el Gobierno helvético comprende que hay un sentido de urgencia en esta cuestión, conforme se aproxima la fecha de la reunión del G-20 (principales países industrializados y emergentes) a principio de abril en Londres y en la que se buscarán soluciones a la crisis económica mundial.
En esa cita internacional se planea también actualizar la lista de paraísos fiscales que podrían ser sancionados por la Unión Europea y en la que Suiza podría entrar. El presidente
Nicolás Sarkozy lo ha dejado claro este fin de semana, al señalar que
Suiza era uno de los países que podría ser castigado, a lo que Merz contestó que su homólogo francés "no conoce muy bien el caso de Suiza", aunque evocó la "necesidad de concesiones".
Hasta dirigentes del medio financiero reconocen que Suiza no puede mantener su negativa a negociar este asunto. En ese sentido, el presidente de la Asociación de Banqueros,
Pierre Mirabaud, consideró que la distinción que hace la legislación nacional entre fraude y evasión fiscal "no es indispensable".
Para Suiza,
la cooperación en materia judicial con otros países se aplica únicamente para casos de fraude fiscal, es decir cuando el cliente ha manipulado, escondido o falsificado datos para evitar el pago de impuestos generalmente en su país de origen.
EEUU, contra UBS
En cambio, la evasión fiscal supone una omisión, no necesariamente deliberada y que no constituye delito en Suiza. Los clientes estadounidenses de UBS a los que se levantó el secreto bancario estaban bajo investigación por fraude al fisco de su país.
Incluso el nuevo director general ejecutivo del UBS,
Oswald Grubel, ha señalado la necesidad de mantener el secreto bancario, aunque también dijo que hay momento en los que éste se debe ajustar a las nuevas exigencias. "Cuando los países que están entre nuestros amigos nos ponen bajo presión y no están dispuestos a tolerar más que el evasor fiscal encuentre refugio en algún lugar,
tenemos que transigir", sostuvo el banquero. Sin embargo,
sostuvo que Suiza no debe ser la única en hacer concesiones y que también otras plazas financieras deben ir en el mismo camino.
Agregó que una eventual nueva reglamentación internacional sobre la materia debe comprender también a lugares como las islas del Caribe, las anglo-normandas y a países como Austria y Luxemburgo. "Hasta EEUU posee plazas financieros donde las leyes son diferentes de la descripción que ellos quieren dar hacia el exterior", concluyó Grubel.