Fuente:
adn.es.
La multinacional ve negocio en un proyecto promovido por una organización sin ánimo de lucro y que tiene como principio básico la utilización de software libre.
La compañía de software Microsoft, la más potente del mundo, busca la manera de participar en el proyecto de la Fundación Un portátil por niño (One Laptop per Child-OLPC), a pesar de que el ordenador de bajo coste XO, destinado a niños sin recursos de países en desarollo, se ha diseñado específicamente para que funcione con el software libre de Linux.
La razón es evidente: si la fundación alcanza su objetivo de repartir millones de unidades por todo el mundo, Microsoft se vería obligado a ceder ante su rival de software estos millones de nuevos usuarios, perdiendo así la oportunidad de que manejen su software Windows.
Por eso, la multinacional de Bill Gates se está empleando a fondo en adaptar una versión básica de Windows XP para que sea compatible con el portátil desarrollado por la fundación OLPC. Y, según aseguró ayer un ejecutivo de la compañía, están haciendo importantes progresos.
"Todavía nos queda mucho para poder determinar si el rendimiento, la potencia y la memoria de la primera generación de portátiles XO es compatible con Windows y sus populares aplicaciones", afirmó Will Poole, vicepresidente de Microsoft. "Estamos invirtiendo una cantidad importante de dinero en ello", añadió Poole, "y confiamos en que llegar a tiempo".
Una producción con demasiados obstáculos
El tiempo, de hecho, no juega a favor de la fundación OLPC y la producción del portátil, en general, está teniendo que sortear demasiados obstáculos. El primero, y el más evidente, el aumento de precio en un 88%, ya que el coste del llamado portátil de los 100 dólares (69,5 euros) asciende ya a 188 (130,6 euros). La fundación confía en que esta cifra baje durante el primer trimestre de 2008, un período en el que es habitual que el precio de las memorias baje drásticamente.
Por otro lado, Mary Lou Jepsen, directiva de la fundación, se ha visto obligada a reconocer en una entrevista reciente que el inicio de la producción, previsto para el mes de octubre, se pospone al 12 de noviembre por "algunos problemas de última hora que ya se han resuelto".
Este retraso va a impedir que la fundación responda eficazmente a la campaña que iniciaron a finales de septiembre, Give 1, Get 1 (Regala uno, consigue otro), que permitía a ciudadanos de Estados Unidos y Canadá comprar dos portátiles por 399 dólares (277,3 euros), uno de los cuales se podría entregar a un niño de un país en desarrollo.
Cumplir las entregas
El último trimestre del año es, además, el período con más trabajo en las plantas de ordenadores de China, que es donde se van a producir los ordenadores. Esto hace que las fechas de entrega a estos compradores y a los países que, como Perú y Uruguay, ya han hecho sus encargos sigan, pues, en el aire.
Aún así, explicó Jepsen que la previsión que maneja OLPC es que se lleguen a fabricar unas 100.000 unidades antes de que acabe el año, de las cuales 10.000 irían a Perú y a Uruguay. Después de esta puesta en marcha tan accidentada, la fundación tiene como objetivo producir millones de portátiles cada año, para alumnos de escuelas de primaria de países en desarrollo en Asia, África y América del Sur.
La Fundación OLPC, presidida por Nicholas Negroponte, pretende con este proyecto sin ánimo de lucro poner la informática al alcance de todos los niños. Son los gobiernos de estas naciones los que tienen que hacer frente a la inversión para después entregarle los ordenadores a los estudiantes, sin ningún coste para ellos.