11 de abril.- Era cuestión de tiempo. La aplicación estrella de Microsoft, si no contamos Windows y Office, es el Messenger -260 millones de usuarios- y ahora que la competencia en el mundo de las consolas está al rojo vivo, la compañía no ha tardado en llevarla a su XBox 360. Ahora los usuarios de la máquina de Microsoft podrán chatear con sus amigos de sin despegarse de la tele.
Habrá que esperar a la actualización de Primavera, que se hará el próximo mes de mayo. Pero, un momento, ¿y para escribir? Pues más vale que tengan las manos entrenadas del Blackberry. La generación de los SMS está de enhorabuena porque Microsoft ha creado un minúsculo teclado que se ajusta al mando y se maneja con los pulgares. No tiene pinta de ser muy cómodo pero tampoco se trata de escribir el Quijote con él. Esperemos que no se olviden de ponerle la "ñ".
Ahora bien, a pesar del ruido que hace Microsoft con esta nueva opción lo cierto es que lo más interesante de la actualización viene en el apartado de vídeo. Xbox será por fin capaz de reproducir otros archivos que no sean los propietarios de la compañía —WMV-. A partir de Primavera Xbox 360 soportará H.264 y MPEG4. Es una excelente noticia si no fuera porque MPEG 4 no significa DivX o XviD, que al fin y al cabo son los formatos más utilizados para vídeo en el PC. ¿Una oportunidad perdida? Conmigo, desde luego, sí. Estamos en lo de siempre pero por lo menos se nota que la presión de la competencia ha sido suficiente para abrir un poco la mente de los de Redmond.
Llegan más soportes de vídeo, llega una mejor experiencia en la compra de vídeos y películas —ahora se podrán reproducir mientras se descargan-, llega una nueva versión de la consola con más disco duro… no hay que ser Albert Einstein para darse cuenta de que si la Playstation 3 es el caballo de Troya para meternos el reproductor Blu-Ray en el salón, Xbox 360 es el caballo de Troya de Microsoft para el vídeo bajo demanda. Se empieza a oler el negocio y está claro que estas consolas —Wii incluida- no han nacido exclusivamente para entretenernos a nosotros, sino también a los departamentos contables de sus respectivas empresas. A ver qué nos quieren vender… y a cuánto.