De este modo, Morales descartó la presencia de al menos media docena de empresas multinacionales que habían expresado su interés de asociarse con Bolivia para extraer litio, que tiene un carácter estratégico porque es la materia prima para la fabricación de baterías.
Las baterías a base de este elemento ya se usan en los teléfonos celulares y otros aparatos eléctricos, y se perfilan como las grandes sustitutas del petróleo para la movilización de vehículos eléctricos.
Al respecto, Morales afirmó que Bolivia es poseedor del 70% de la reserva mundial del litio y que está en capacidad de "garantizar el cambio de la matriz energética a nivel mundial".
La mayor parte de esa riqueza se encuentra en el salar de Uyuni que, con una extensión de 10.000 kilómetros cuadrados, se constituye en el más grande del mundo. Está ubicado en la región minera de Potosí y, por su extensa blancura, es considerado uno de los principales atractivos turísticos del país.
Quedaron en el camino
Las empresas que expresaron su interés en la explotación del litio son las surcoreanas Kores y LG, las japonesas Sumitomo y Mitsubishi, la francesa Bolloré y la china Citic Guoan. Incluso, en su última visita a Corea del Sur, Morales suscribió un memorando de entendimiento referido al litio, pero -según dijo él mismo el jueves- no hay ninguna concesión a compañías privadas.La estrategia prevé una inversión "cien por cien estatal" de aproximadamente US$900 millones y se divide en tres fases que van desde la experimentación hasta la fabricación de baterías, pasando por la producción de carbonato de litio.
Según Morales, el Estado se hará cargo de la explotación de los yacimientos y en 2014, cuando llegue a la fase de fabricación de baterías, Bolivia aceptará un socio extranjero para el traspaso de tecnología destinada a la industrialización.
La otra opción, dijo el mandatario, es comprar esa tecnología y definitivamente prescindir del socio extranjero.
"Estamos preparados para invertir el cien por ciento y sólo, quiero que me escuchen bien, sólo necesitamos socios para la tecnología de punta internacional", afirmó.
Cuando se le preguntó qué ocurrirá con las ofertas que Bolivia recibió de las multinacionales, respondió: "Todas las empresas, hasta ahora, quieren invertir sólo para comprarnos carbonato de litio, para que la industria de baterías de litio sea fuera de Bolivia". Sin embargo, él está decidido a instalar la industria en su país.
"Una aventura"
Juan Carlos Zuleta, analista de la economía del litio, no le augura éxitos a la estrategia estatal porque, según dice, el Estado "ha mostrado su incapacidad" en la puesta en marcha de una planta piloto en el salar de Uyuni."Me parece bastante aventurado que el gobierno inicie un proceso de desarrollo e industrialización de esta magnitud solo", le dijo Zuleta a BBC Mundo. A criterio, "no se trata de perder la soberanía, sino que, cuando se recurre a la inversión extranjera, se trata de obtener el suficiente know how y el apoyo tecnológico".
En criterio de este analista, es como si el gobierno pretendiera "reinventar la rueda", cuando puede tomar el conocimiento ya existente para lograr sus objetivos.
Al respecto, el gerente de Recursos Evaporíticos, Luis Alberto Echazú, le comentó a BBC Mundo que "el Estado boliviano y su gobierno van a hacer esfuerzos para garantizar la inversión".
"El presidente Morales dejó claramente establecido que Bolivia explotará el litio para garantizar que su industrialización sea en territorio boliviano y no en el extranjero, como habían propuesto las empresas que fueron descartadas de este proceso".
Las reservas, en duda
Según Morales, Bolivia tiene 100 millones de toneladas métricas de litio, equivalentes al 70% de la reserva mundial. Le siguen Chile, con 30 toneladas métricas, Argentina con dos toneladas métricas y el resto del mundo con siete toneladas métricas del metal.Sin embargo, el analista Zuleta, basado en un informe del servicio geológico de Estados Unidos, asegura que Bolivia tiene sólo nueve millones de toneladas métricas de litio, lo que representaría el 35% de la reserva mundial.
Por eso, BBC Mundo le preguntó al gerente de Recursos Evaporíticos quién certificó las reservas bolivianas, a lo que él respondió: "Nosotros nos certificamos porque tenemos miedo de los certificadores, porque cuando les da la gana certifican una cosa y cuando les da la gana, otra".
Echazú explicó que se llegó a ese número mediante una apreciación basada en la extensión, las capas encontradas en el salar, la concentración media del salar y la porosidad.
Sin embargo, reconoció que "costaría mucho dinero hacer una certificación a detalle porque Uyuni es gigante".
En todo caso, el analista Zuleta no le quita la importancia a Bolivia como poseedor de una de las mayores reservas mundiales de litio.