La conexión de los jóvenes con la tecnología y el desarrollo de gran parte de sus vidas en relación con las telecomunicaciones y la informática, en ciertos casos, puede conducirlos al punto de no asumir las responsabilidades de seguridad informática que deben cumplir cuando ingresan al mercado laboral.
Necesitados de contar con una conexión en cualquier parte, incluso con un vínculo Wi-Fi abierto, y de consultar su perfil en las redes sociales, llegan a
cometer imprudencias que ponen en riesgo la seguridad de las organizaciones que los emplean.
Así lo revela un estudio de
Cisco, el mayor fabricante mundial de equipos de redes, denominado “
Connected World Technology Report”, que fue presentado este mes en Buenos Aires.
El documento demostró que la nueva mano de obra (joven, calificada, profesional, tecnológica) está "elevando los riesgos personales y corporativos en medio de un panorama complejo" pues "el deseo de acceso a la información bajo demanda está excesivamente incorporado en la nueva generación de
empleados y muchos profesionales jóvenes toman medidas extremas para acceder a Internet, aún si ello compromete su propia seguridad o la de su compañía".
El estudio se realizó a partir de consultas a
2.800 personas, entre profesionales jóvenes y estudiantes universitarios, en 14 países (Brasil y México, en América latina).
Además, reveló este tipo de actitudes se vinculan con el tema generacional. La mayoría de los jóvenes que buscan empleos comenzaron a experimentar con las nuevas tecnologías desde pequeños (entre 10 y 14 años de edad).
Es en este contexto en el que terminan siendo, a consecuencia de sus comportamientos, presas fáciles. De hecho,
uno de cada cuatro es víctima de robo de identidad antes de los 30 años.
Asimismo, el documento destaca que
siete de cada 10 jóvenes profesionales ignora frecuentemente las políticas de tecnologías de la información (TI), lo cual los lleva, incluso, a utilizar conexiones inalámbricas de los vecinos para acceder a Internet, sentarse frente a comercios con redes Wi-Fi gratis y hasta a pedir prestado los dispositivos de otras personas, sin supervisión.
Por arriba del muroEl informe descubrió que uno de cada tres empleados, es decir un 36% de la muestra, respondió de manera negativa cuando se les consultó si respetaban a sus departamentos de TI al hacer un balance sobre el cumplimiento de las políticas de seguridad informática y sus intereses en tener un mayor acceso a los medios sociales, dispositivos y acceso remoto.
“Allí se ponen a prueba los límites de las culturas corporativas tradicionales”, destacó
Claudio Ingilde, gerente de negocios de Cisco para la Argentina, Uruguay, Paraguay, Chile y Colombia, durante la presentación de la investigación en una conferencia de prensa en Buenos Aires.
Este ejecutivo y
Darío Opezzo, especialista de ventas de productos de seguridad de Cisco en la Argentina, señalaron que a los nuevos empleados les interesa, más que el salario, la flexibilidad de tiempo, espacio y recursos que tengan en su trabajo.
Opezzo mencionó que, entre las actitudes, se destaca que
la tendencia de los jóvenes es romper las reglas de seguridad establecidas en los empleos, pues “se sienten conocedores del tema” y se creen capaces de manejar cualquier situación de riesgo que surja.
“Además,
creen que la seguridad le compete a la empresa y no es asunto de los empleados”, señaló este ejecutivo.
El estudio reveló que
uno de cada cinco empleados jóvenes accede a programas o baja aplicaciones no autorizadas para hacer su trabajo, mientras que 14% admitió que viola las políticas de seguridad cuando sus jefes no lo están observando.
El reporte, realizado en tres partes, revela
actitudes alarmantes hacia las políticas de TI y las crecientes amenazas de seguridad presentadas por los dependientes de próxima generación que se integran a la vida laboral, un grupo demográfico que creció con Internet y tiene un estilo de vida que mezcla la actividad personal y comercial en el lugar de trabajo.
El estudio examina las demandas y el comportamiento de las nuevas generaciones de trabajadores hacia el acceso a las redes, la libertad de dispositivo móvil, los medios sociales y los estilos de vida laborales.
Otro de los resultados que alertan sobre esta imprudencia es el siguiente: uno de tres (33%) estudiantes universitarios no le importa compartir información personal online, cree que los límites de la privacidad se están liberando o no piensa acerca de la privacidad.
Se trata de un presagio de cómo la mano de obra de próxima generación mundial se ocupará de la información en línea.
Piden cambiosDe aquellos que son conscientes de las políticas de TI, siete de cada 10 (70%) empleados a nivel mundial admitió romper las políticas de seguridad con variada regularidad.
Entre las razones, la más común fue
la creencia de que los trabajadores no estaban haciendo nada incorrecto (33%).
Uno de cinco (22%) citó la necesidad de acceder a programas y aplicaciones no autorizadas para hacer su trabajo, mientras que el 19% admitió que las políticas no se aplican.
Algunos (18%) dijeron que ellos no tienen tiempo de pensar en las políticas cuando están trabajando, y otros sostuvieron que adherirse a las políticas no es conveniente (16%), que se olvidan hacerlo (15%), o que sus jefes no los están observando (14%).
Dos de tres (67%) encuestados afirmaron que las medidas de seguridad tecnológicas necesitan ser modificadas para responder a las demandas de la vida real para mayor flexibilidad laboral.
Las compañías restringen muchos dispositivos y aplicaciones de medios sociales. Sobre esto, los jóvenes empleados dijeron que los juegos online (37%) eran la aplicación con mayor restricción y los
iPods (15%) eran los dispositivos más restringidos.
Uno de 10 empleados a nivel mundial aseguró que las políticas de TI prohíben el uso de iPads y tabletas, señalando un creciente desafío para los equipos tecnológicos en la medida que la popularidad de las tabletas crece cada vez más.
Tres de 10 empleados (31%) manifestaron que los sitios de redes sociales como
Facebook, Twitter, y YouTube también estaban prohibidos.
En otros tiempos, los vecinos solían pedir huevo o azúcar. Ahora piden acceso a Internet. Casi uno de cuatro estudiantes universitarios (23%) solicitaron a un vecino acceso a una computadora o a Internet, y casi uno de cinco (19%) admitió acceder a la conexión inalámbrica de su vecino sin permiso.
Casi uno de cinco (19%) estudiantes universitarios a nivel mundial admitió pararse fuera de los centros comerciales para utilizar conexiones inalámbricas gratis. Casi uno de 10 (9%) ha pedido el teléfono celular a un extraño.
En general, dos de cada tres (64%) empleados a nivel mundial ha hecho al menos una de estas acciones.
¿Empleados promiscuos?Más de la mitad de los empleados encuestados a nivel mundial (56%) dijo que habían permitido a otros utilizar sus computadoras sin supervisión -familia, amigos, compañeros de trabajo y hasta personas que no conocían-.
Los estudiantes universitarios exhibieron una tendencia mayor que los jóvenes empleados para involucrarse en un comportamiento riesgoso en línea.
Más de cuatro de cinco estudiantes universitarios (86%) dijeron que ellos habían permitido a otros usar sus computadoras sin supervisión, lo cual indica que este comportamiento va a ser cada vez más prevalente en la medida que la nueva generación de empleados entra a la mano de obra en los próximos años.
Más de uno de 10 estudiantes universitarios (16%) admitió dejar efectos personales y dispositivos sin supervisar en público, mientras buscan algo para comer, beber en un café o para ir al baño.