Su diagnóstico fue refrendado por el vicepresidente de EEUU, Joe Biden, que habló en un vídeo para sustituir la intervención programada de Hillary Clinton (tuvo que ausentarse por la muerte de su madre). "Aquellos que quieren que la red esté cerrada a la libertad de expresión pero abierta a los negocios tendrán problemas", aseguró. Y añadió: "No hay una internet social separada de una internet política y otra económica. Son una sola". Biden mantuvo que "como cualquier plaza pública, internet es neutral, pero lo que hagamos ahí no es neutral" y lanzó una pregunta al aire: "¿Cómo asegurar internet garantizando que siga siendo abierta e interoperable?".
En realidad, Cameron desplegó un discurso bipolar acerca de la red. Por un lado, aseguró que "internet ha cambiado el modo en que cambiamos el mundo" y que "por cada incremento del 10% en la penetración de banda ancha, el PIB crece una media del 1,3%". Por otro, habló de "distinguir entre la libertad y el gratis total" (jugando con las palabras en inglés "freedom and free for all") y explicó que el cibercrimen cuesta a las arcas británicas unos 27.000 millones de libras al año, cifra que escala hasta el billón de dólares a nivel mundial.
En este sentido, Cameron aseguró que Reino Unido ha invertido 650 millones de libras (más de 750 millones de euros) en la mejora de sus ciber-defensas y fue tajante al afirmar que su Gobierno responderá a los ciberataques "con la misma contundencia" con que lo hacen "ante cualquier otra amenaza de la seguridad nacional". Palabras que venían a reforzar el discurso inaugural de su ministro de Asuntos Exteriores, William Hague, que apuntó que "en internet se da lo mejor y lo peor del comportamiento humano".
El contrapunto más ácido a este planteamiento vino de la mano del fundador de Wikipedia, Jimmy Wales, que no dudó en afirmar que "la mayor amenaza para internet no son los criminales, sino las políticas gubernamentales". Wales criticó duramente el intervencionismo estatal en los asuntos de la red, afirmando que "los políticos no han entendido las lecciones que nos da internet". El fundador de Wikipedia usó el modelo organizativo de esta para ilustrar el autogobierno, la autorregulación por la que apuesta para internet, huyendo de excesivas regulaciones por parte de los estados. Wales llegó a decir que "a las fuerzas del orden les hace falta más formación acerca del funcionamiento de las redes sociales".
Herramienta de cambio
La activista yemení Atiaf Alwazir ilustró el potencial del ciberespacio para el cambio político. "Internet ha roto con el miedo y el silencio", aseguró, ensalzando el poder de Facebook para movilizar y el de Twitter para transmitir noticias a cualquier rincón del planeta. Sin embargo, Alwazir negó de manera radical que "Facebook o Twitter hayan creado las revoluciones" para añadir que "son herramientas que aceleran el cambio, pero son las personas las verdaderas generadoras del mismo".En el caso concreto de Yemen, con una baja tasa de penetración de internet, la activista aclaró que la radio y los sms han jugado un papel clave en la revolución, y destacó el papel de los blogueros ya que "no existe una prensa independiente". Alwazir no quiso olvidar el tema de la seguridad, pero tratado desde una óptica bien distinta a los gobernantes. "La seguridad es uno de los grandes retos de internet, pues si bien la retransmisión en directo es una herramienta muy valiosa para denunciar las violaciones de Derechos Humanos, también es cierto que facilita la trazabilidad de la ubicación y nos pone en peligro ante nuestros enemigos", advirtió.